En los primeros momentos posteriores al primer debate entre el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, que busca la reelección por el Partido Republicano, y Joe Biden, el ex vicepresidente que quiere ganarle por el Partido Demócrata, en los medios de un extremo al otro del arco político pareció establecerse un acuerdo que rara vez se ve: ambos candidatos habían perdido.
“Un descarrilamiento”, fue el primer titular de Politico. “Primer debate lleno de intercambios exaltados e insultos”, el de Fox News. “Debate demente”, eligió Breitbart News; “Agudos ataques personales e insultos en el primer caótico debate”, The New York Times, y “Ataques personales e intercambios afilados marcan el turbulento primer debate presidencial”, The Washington Post. Algo similar sucedió en las redes sociales: en Twitter, por ejemplo, las primeras publicaciones celebraron, como un gran alivio, que los políticos no pronunciaran discursos de cierre.
La cobertura que los medios estadounidenses ofrecieron, en tiempo real y con análisis posterior, del primer debate presidencial de las elecciones 2020, que se celebrarán el 3 de noviembre, pareció también cubrir con la misma crítica a Chris Wallace. El moderador, periodista de la cadena Fox e hijo del legendario Mike Wallace de 60 Minutes, fue criticado porque no pudo impedir las sucesivas interrupciones mutuas entre Trump y Biden. “En las redes sociales, algunos espectadores pidieron que le cerrara el micrófono al presidente, pero Wallace no tenía ese poder: ninguna de las dos campañas hubiera accedido a tal mecanismo de antemano”, resumió The New York Times.
Una hora más tarde muchos medios comenzaron a publicar encuestas informales sobre la opinión del público. En general, mostraron una suerte de empate técnico, con una diferencia leve, de entre 3% y 5%, a favor del presidente. Pero varios otros —la cadena ABC, por ejemplo— mostraron cifras que levemente favorecían al demócrata, sostenidas por el argumento de que fue el único que, aun en los peores momentos, se separó del intercambio, miró a cámara y le recordó al televidente que el debate no se trataba sobre demócratas o republicanos, sino sobre el ciudadano común.
Entre otras encuestas, las de C-SPAN y Telemundo dieron por triunfador al presidente, del mismo modo que el analista Doug Schoen en Fox News: “Aunque, en términos de estilo, el presidente Trump fue el claro ganador: tuvo el control de la conversación y de la discusión, y si acaso no resultó presidencial, ciertamente estuvo más al mando”.
Lo cual, desde la perspectiva de Fox, fue lo central, ya que no hubo mucho más que estilo en la noche del 29 de septiembre: “Si bien el debate fue contencioso, y en ocasiones se puso personal, careció de sustancia real que pudiera cambiar las actitudes de alguna forma significativa”.
En un choque de ideas sobre la crisis del coronavirus, los impuestos, el cambio climático, el racismo, la Corte Suprema y la integridad del inminente proceso electoral, los dos candidatos de los partidos principales parecieron encontrar un lenguaje común que, paradójicamente, dejó fuera a buena parte de los votantes. “Ambos acertaron algunos golpes. Ambos interrumpieron demasiado y actuaron como niños”, dijo Matt Mackowiak, un estratega republicano y titular del partido en Austin, Texas, a The New York Post.
En el mismo medio, otra estratega republicana, Leticia Remauro le otorgó una ventaja “de un pelito” a Trump: “Fue enérgico y solidificó su base, pero perdió puntos por interrumpir. Biden no pareció tan fuerte pero transmitió compasión, lo cual alimenta a su base". Un poco más generoso que ella, Sean Hannity, columnista de Fox News, recurrió a su cuenta de Twitter para dar por ganador al presidente con un 60% sobre el 30% de Biden.
También entre los medios favorables a la actual gestión de la Casa Blanca, National Review ironizó: “Es una pena que Joe Biden no pudiera asistir al debate del martes por la noche. Bueno, Biden estaba presente pero durante los 90 minutos apenas si pareció que terminaba una frase". Si bien para el medio no hubo una clara victoria de Trump, en el sentido original de estos debates —cambiar la intención de voto de los espectadores—, con “sus incesantes abucheos y sus constantes interrupciones, Trump volvió imposible que Biden presentara sus argumentos”.
El medio subrayó que “unas cuantas veces, Biden perdió la calma”: en efecto, le preguntó a Trump si se podía callar, lo alentó a seguir ladrando y lo llamó payaso. “En otras circunstancias, al retador que asumiera ese tono con el presidente de los Estados Unidos le saldría el tiro por la culata. Pero Trump es diferente a cualquier otro presidente: dado que no reconoce decoro, restricción o reglas, es poco probable que Biden sufra mucho por sus propios arrebatos”.
Del otro lado del espectro político, CNN habló de “un horrendo debate entre Trump y Biden", hizo una serie de verificaciones de datos (según las cuales muchas de las afirmaciones del presidente fueron falsas) citó a dos republicanos, Rick Santorum y Scott Jennings, que criticaron la intervención de Trump. Según la encuesta instantánea de la cadena, Biden ganó el debate con el 60% del favor de los consultados, más del doble del 28% que Trump mereció para ellos.
Uno de los presentadores más conocidos de la señal, Jake Tapper, abundó: “Eso fue un desastre dentro de un incendio en un contenedor de basura que viajara en un tren que descarrilara. No fue un debate, fue una desgracia". También Rachel Maddow, de NBC, fue lapidaria: “Esta clase de debate no debería suceder en una democracia”, dijo la presentadora, para quien Trump pronunció “una sucesión de mentiras cada vez más locas y obscenas”, para concluir que Trump no luchaba contra Biden, “sino contra la elección”.
CBS News publicó una encuesta, realizada con YouGov, que dio por ganador a Biden, con el 48%, sobre Trump, a quien los encuestados otorgaron el 41%, cifras que —señaló el director de sondeos de CBS, Anthony Salvanto— “se acercan bastante al apoyo que obtiene cada candidato” hasta el momento.
Desde luego, los analistas de The New York Times, criticaron fuertemente al presidente: “Trump hizo durante el debate del martes lo que ha hecho en la vida política del país en sus cuatro años”, escribieron Matt Flegenheimer y Maggie Haberman. “Se negó a condenar a los supremacistas blancos y echó a volar oscuras conspiraciones sobre el proceso de votación”, además de perturbar el desarrollo de los argumentos de su opositor “con sus inveteradas interrupciones y sus quejas bien ensayadas”.
Por último, mientras algunos medios, como The Boston Globe, simplificaron la interpretación del debate en términos de calificaciones (Biden obtuvo una C, es decir, una aprobación con lo justo, mientras que Trump recibió una F, o reprobado), otros como la radio pública NPR, se detuvieron en detalles de importancia semiótica, como que Biden utilizara la expresión árabe inshallah (“si dios quiere”) al preguntarle al presidente cuándo mostrará sus declaraciones de impuestos (algunas de las cuales se filtraron esta semana), o que Trump se dirigiera al grupo supremacista Proud Boys y dijera “Den un paso atrás y esperen. Alguien tiene que hacer algo con Antifa y con la izquierda”.
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