Padres pro Trump, hijo pro Biden: la intensa noche de una familia estadounidense discutiendo las elecciones

Infobae, invitado a la cena, escuchó y observó cómo intercambiaron ideas con vehemencia y energía, pero nunca traspasaron el límite de la agresión

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Una familia dividida por la política

PINECREST, Florida (EEUU) - Cuando entre la carne, los espárragos y la yuca se mezclan Black Lives Matter, Fidel Castro, el Partido Comunista Chino y Lo que el viento se llevó, está claro que la noche es especial. Sí, son días de campaña electoral, prólogo de un 3 de noviembre en el que Estados Unidos tomará una decisión que muchos, dentro y fuera del país, consideran ya histórica gane quien gane, sea Donald Trump o sea Joe Biden. Los Díaz cenan en su casa de Pinecrest, una idílica localidad a 40 minutos de Miami. Y la cosa se pone por momentos caldeada.

Saúl Andrés, de 39 años, mira a Consuelo, su madre de 63, y a Saúl José, su padre de 69, y le alcanza con abrir la boca para que la brecha generacional se haga casi física.

“¡Creo que tus ejemplos acerca de que la izquierda impulsa la censura son terribles! ‘Lo que el viento se llevó’ es una de las mejores novelas que yo haya leído”.

Consuelo mira a su hijo sin entender del todo por qué le dice lo que le dice: “¡Pero si coincido! ¡Coincido!”.

Saúl Andrés, DJ y maestro de niños autistas, nació en Miami. Consuelo, ama de casa, lo hizo en Madrid. Madre e hijo llevan enzarzados un par de minutos discutiendo sobre la decisión que tomó en su momento HBO al sacar de la programación una de las películas más vistas de todos los tiempos, la novela ambientada en la Guerra Civil estadounidense que hoy es criticada por amplios sectores por ofrecer una visión lavada de la esclavitud e incurrir en estereotipos racistas. Saúl José, empresario y nacido en La Habana, se toma una pausa. Ya llegará su momento de hablar.

Saúl Andrés, Sophie,Consuelo y Saúl José
Saúl Andrés, Sophie,Consuelo y Saúl José

Infobae, invitado a la cena, se limita a escuchar y observar cómo vive una familia estadounidense estas semanas decisivas. Padres e hijo discuten con vehemencia y energía, pero nunca traspasan el límite de la agresión. Sophie, escocesa y esposa de Saúl Andrés, escucha con atención. Habla poco, pero cuando lo hace encuentra la manera de sacar al resto del callejón sin salida en que se meten al discutir de política. Nada fácil, porque el padre, ferviente anticomunista, tiene claro que volverá a elegir a Trump. La madre se inclina también por el republicano, aunque con algún atisbo de duda. Y el hijo no duda: su candidato es Biden.

- Saúl Andrés: Creo que no hay nada malo con HBO diciendo que van a parar un momento y pensar qué hacer. Mucho mejor que decir que la siguen mostrando o que la quitan para siempre.

- Consuelo: ¿Y cuál es el resultado?

- Saúl Andrés: Que ahora se puede ver la película entendiendo mucho mejor su contexto.

- Consuelo: A mí las cosas que se ven en “Lo que el viento se llevó” no me gustan. Pero puedes hacer eso sin necesidad de suprimir la película de la programación.

Es entonces que Saúl padre sale del silencio.

- Saúl José: Por mucho que tu quieras analizar lo que esa mujer escribió, era su visión de una situación que es parte de la historia de los Estados Unidos. Una historia muy negativa, sí, pero es parte de su historia, te guste o no. Aunque digas que es racista o no. Esto es cancelación, y eso no está bien.

- Saúl Andrés: Soy mucho más centrista de lo que mis padres creen que soy. Y creo que mi padre es mucho más de derecha que mi madre, pero él no se avergüenza de admitirlo.

- Saul José: Si admites la cultura de la cancelación entonces estás diciendo que la censura está bien.

- Saúl Andrés: ¡No, no, no!

- Consuelo: ¿Estás cancelando a tu padre?

- Saúl Andrés: ¡Absolutamente!

Las risas son solo una tregua. El hijo no coincide con sus padres, cree que ven la realidad desde un extremo.

- Saúl Andrés: Creo que hay cancelación tanto en la izquierda como en la derecha.

- Saúl José: No, no, eso es algo de la izquierda. ¿Cuántas conferencias de universidad has visto que cancelaran desde la derecha?

Aunque no solo se da allí, el debate acerca de la “cultura de la cancelación” es especialmente intenso en Estados Unidos. ¿Hay cosas de las que no está permitido hablar? ¿Hay opiniones prohibidas? Muchos han sufrido el escarnio y enviados al rincón de la indiferencia tras decir algo considerado ofensivo o fuera de lugar por determinados grupos. El debate vira en la mesa hacia un tema especialmente delicado: el movimiento “Black Lives Matter”.

- Saúl Andrés: Creo que el “Black Lives Matter” está siendo vilipendiado mucho más allá de lo que es lógico. Hay gente allí que es demasiado militante y va muy lejos, pero la mayoría del “Black Lives Matter” no lo es, y no cancela a nadie. No creo en eso de quitarle fondos a la policía, pero creo que hay que entrenarlos mejor. Hay un problema obvio con determinados policías.

- Saúl José: “Black Lives Matter” es una organización marxista, su líder es marxista. Lo ha dicho.

- Consuelo: Es una organización que está muy politizada, aunque por supuesto que el problema existe. Y la policía no es perfecta, pero creo que en los últimos 20 o 10 años las cosas han ido mejorando en la cuestión racial. Aunque no está bien y todavía quedan muchas cosas por hacer en la policía.

Saúl jr. no está de acuerdo, cree que la situación de violencia injustificada por parte de la policía ha empeorado en los últimos años en Estados Unidos. Pero en la mesa sigue flotando una palabra: marxismo. La dijo Saúl padre, que dejó Cuba en su adolescencia y tiene muy presente el recuerdo de su propio padre: cuando la revolución liderada por Fidel Castro tomó el poder, muchos cubanos que habían establecido negocios en Miami transfirieron su dinero a cuentas bancarias en Cuba. Había que ayudar al país en esa nueva etapa que se iniciaba. Ese dinero se esfumó, los Díaz nunca volvieron a verlo. Debieron empezar otra vez en Miami y desde cero. Así y todo, ¿tiene sentido insistir en que Estados Unidos puede ser tomado por el marxismo? Demasiados datos apuntan a la inviabilidad de semejante proyecto, pero en el caldeado 2020 hay lugar para todo, y son muchos los que están convencidos de que el peligro es real.

Consuelo no llega tan lejos, pero cree que “Black Lives Matter” busca desestabilizar el sistema político de los Estados Unidos. Su hijo discrepa totalmente: “No estoy de acuerdo. Creo que la mayoría de la gente del BLM no se suman al movimiento por marxismo. Esa gente quiere que se hagan cosas, pero esto no va a llevar a una revolución comunista en los Estados Unidos. Esa gente no cree en el marxismo, no, solo quieren ver un progreso para las minorías y los negros”.

“Pero cuando el líder del movimiento dice que es marxista leninista, yo me alarmo”, insiste Consuelo. Es entonces que interviene Sophie y pregunta si no es acaso posible apoyar a “Black Lives Matter” sin apoyar a sus líderes. "¡Claro que sí!, responden padre, madre e hijo al unísono.

“El tema es para mí problemático”, admite Saúl José. “Yo viví el marxismo, es complicado para mí seguir a una organización con un líder marxista”.

Saúl Andrés recuerda una situación de hace unos años y se ríe. Fue cuando le dijo a su padre que se iba a vivir a China, a un país comunista. El DJ y maestro recupera el momento con una dramatización perfecta.

“Cuando se lo conté me miró y me dijo: ‘¡Yo, que he trabajado toda mi vida para darte lo que yo no tuve...! ¿Me lo pagas yendo a un país comunista?’. Y la verdad que yo ni lo había pensado. Le dije, esto no es Cuba, China es una cosa distinta”.

Los padres de Saúl Andrés terminaron viajando a China, y la opinión que tenían del gigante comunista cambió en parte.

“Ojalá Cuba estuviera como China... Pero es imposible de comparar”, admite Saúl José. “Han estado muy acertados en un modelo híbrido que permite el desarrollo económico pero no permite la libertad de expresión. Hay como un contrato social en el que el chino no se mete con el Partido Comunista y el partido no se mete con su vida privada. Y eso ha funcionado hasta ahora. Pero las generaciones van cambiando. El beneficio económico hoy no le es suficiente al nieto, como sí lo era para sus abuelos en la era de Mao”.

La charla deja China y se mueve hacia la Casa Blanca. Consuelo explica por qué tiene casi totalmente descartado darle su voto al candidato demócrata, aunque le espanten algunas cosas del republicano.

“Yo probablemente acabe votando a Trump. Lo que no me gusta de él son las barbaridades que dice en Twitter. Es horrible. Lo que me gusta de él es que no ha sido políticamente correcto y ha abordado cosas que hace mucho tiempo que se tenían que haber abordado. Ha cambiado el buenismo, que es lo que ahora rige en política. Me gusta el acuerdo de paz en el Cercano Oriente”.

“¿Y qué es lo que no me gusta de Biden? No lo sé, porque cuando habla dice el mínimo de información. Lo que no me gusta del Partido Demócrata en estos momentos es que si no piensas como ellos estás mal. A Kamala (Harris) no la conozco lo suficiente. De primera impresión no me parece mal. Es de izquierdas, pero no es como (Bernie) Sanders, no es de extrema izquierda. La que más miedo me da es la Pelosi”, dice en referencia a Nancy, veterana demócrata y presidenta de la Cámara de Representantes.

“Va a haber mucho lío en las elecciones, y si las cosas no se solucionan, ella va a ser presidenta. Y eso me aterra, porque tiene un odio dentro...”.

Su esposo coincide. “El 3 de noviembre las elecciones no van a estar decididas. Hay jueces locales cambiando las leyes de control del voto. Son jueces activistas. En el caso de Pennsylvania el juez cambió la fecha al 6 de noviembre y ha decidido que todos los sobres sean contados, aunque vengan de afuera. Y en Michigan la jueza dictaminó que la elección se puede extender hasta 14 días después del 3 de noviembre. Si se empiezan a desvirtuar los resultados electorales en Estados Unidos la democracia va a sufrir muchísimo. Va a ser un noviembre muy caliente, yo no estoy nada esperanzado en que vayan a ser elecciones sencillas”.

Consuelo remata: “Para que Trump gane va a tener que ser una gran diferencia, si no se la van a pelear hasta el último voto. ¿Para que gane Biden? Cualquier cosa vale. A Biden, con dos votos de diferencia, le van a dar la presidencia. Es que yo soy muy cínica...”, dice, y ríe.

Saúl padre no tiene precisamente en alta estima al vicepresidente de Barack Obama. “Yo voy a votar a Trump por varias razones. Trump no es Biden, que tiene 47 años de vida política y no ha hecho muchas cosas. Ha vivido dentro del sistema político. Es un sobreviviente de la política. Y el país no mejoró. Yo voté a Trump en 2016 buscando un cambio radical. No es una persona diplomática, es un presidente que actúa como CEO de una corporación, y ese modelo no funciona. Se ve en su actitud contra la prensa y contra el sistema político. Pero yo no quería ver a un Clinton otra vez en la Casa Blanca. En lo que más se ha equivocado Trump es en la inmigración”.

“Ufff... Yo hubiera dicho (que en lo que más se equivocó fue con el) covid”, interviene el hijo. Y el debate vuelve a subir de temperatura.

- Saúl José: No, Saúl, tú y yo tenemos una diferencia radical en este asunto del Covid.

- Saúl Andrés: Trump no promovió la ciencia, dijo que te puedes inyectar lavandina y te curas... Nunca lo ves con un barbijo. Siempre subestimó al virus.

- Saúl José: Lo que Trump no manejó bien es el tema de la inmigración. En Estados Unidos tenemos 30 millones de seres humanos que viven ilegalmente. La economía sumergida es brutal. Hubiera sido inteligente que Trump hablara con el Congreso para hacer más racional el sistema migratorio. La entrada descontrolada de gente no es una buena idea. El muro frena el negocio que durante años hicieron los mexicanos cruzando gente, los famosos coyotes, durante 30 años de frontera libre y abierta...".

Saúl hijo apunta que el muro no detendrá la inmigración clandestina: “Y si hablas de drogas, las drogas siempre van a encontrar la manera de reunirse con el dinero”. Y el dinero, es sabido, está en Estados Unidos.

A Saúl padre se le nubla el rostro cuando recuerda la política de Obama hacia Cuba, aunque reconoce algo valioso en el ex presidente demócrata.

“Fue a Cuba y se paró frente a la Asamblea Nacional y les dijo, entre otras cosas: aquí estoy yo, soy un negro americano, tataranieto de esclavos y acá estoy como presidente de los Estados Unidos. ¿Me van a decir que mi país no ha evolucionado? Vengo a decirles que ustedes también tienen que evolucionar. Fue bueno que el pueblo cubano oyera eso. Pero a los cubanos les gusta hablar mucho y no hacer nada. Ocho años después estamos donde estamos. No ha pasado nada en Cuba”.

“¿Qué harías tú con Cuba si estuvieras en la Casa Blanca?”, es la pregunta que surge. “Muy difícil pregunta, no te la puedo contestar, tendría que pensar un poco. Mientras el país esté en manos de la dictadura de la familia de los Castro, que es una mafia como la de Don Corleone... Hijos, nietos y sobrinos metidos en el gran negocio”.

La noche se alarga tras el postre, hace calor y la conversación podría seguir y seguir en esa amplia y cómoda casa rodeada de vegetación tropical. Pero quedan cinco semanas hasta las elecciones, ya habrá tiempo de seguir discutiendo, es hora de parar.

O no. ¿Quién va a ganar el 3 de noviembre?

Saúl Andrés, el treintañero, tiene la respuesta justa: “Las encuestas dicen que va a ganar Biden, pero también decían que iba a ganar Hillary”.

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