La revista de divulgación científica más importante de Estados Unidos tomó una decisión inédita en sus 175 años sobre la próxima elección presidencial

Scientific American anunció por primera vez su apoyo a un candidato en los comicios del próximo 3 de noviembre

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Donald Trump y Joe Biden, los contendientes de las elecciones presidenciales 2020
Donald Trump y Joe Biden, los contendientes de las elecciones presidenciales 2020

Es habitual que los periódicos estadounidenseS publiquen en los meses previos a cada elección presidencial una columna editorial en la que manifiestan a qué candidato le dan su apoyo. Pero no es usual que lo hagan publicaciones del campo académico o ciéntifico.

Scientific American, la revista de divulgación científica más antigua y reconocida de Estados Unidos, acaba de tomar la decisión de manifestar su apoyo a un candidato por primera vez en sus 175 años de historia.

“Scientific American nunca ha apoyado a un candidato presidencial en sus 175 años de historia. Este año estamos obligados a hacerlo. No lo hacemos a la ligera”, comienza el editorial publicado en el número de octubre de la revista.

“La evidencia y la ciencia muestran que Donald Trump ha dañado gravemente a los EE.UU. y a su pueblo - porque rechaza la evidencia y la ciencia. El ejemplo más devastador es su respuesta deshonesta e inepta a la pandemia COVID-19, que costó la vida a más de 190.000 estadounidenses a mediados de septiembre. También ha atacado las protecciones ambientales, la atención médica y a los investigadores y organismos científicos públicos que ayudan a este país a prepararse para sus mayores desafíos. Por eso los instamos a que voten por Joe Biden, quien está ofreciendo planes basados en hechos para proteger nuestra salud, nuestra economía y el medio ambiente. Estas y otras propuestas que ha presentado pueden volver a encaminar al país hacia un futuro más seguro, más próspero y más equitativo”, afirma

“La pandemia pondría en tensión a cualquier nación y sistema, pero el rechazo de Trump a la evidencia y a las medidas de salud pública ha sido catastrófico en los EE.UU. Se le advirtió muchas veces en enero y febrero acerca de la enfermedad de la avalancha, pero no desarrolló una estrategia nacional para proporcionar equipo de protección, pruebas de coronavirus o pautas claras de salud. La realización de pruebas para detectar el virus y el seguimiento de las personas que pueden haber infectado es la forma en que los países de Europa y Asia han logrado controlar sus brotes, salvar vidas y reabrir con éxito empresas y escuelas. Pero en los EE.UU., Trump afirmó, falsamente, que “cualquiera que quiera una prueba puede hacerse una prueba”. Eso era falso en marzo y siguió siendo falso durante todo el verano. Trump se opuso a los 25.000 millones de dólares para el aumento de las pruebas y el rastreo, que figuraban en un proyecto de ley de alivio de la pandemia hasta julio. Estos lapsus aceleraron la propagación de la enfermedad en todo el país, especialmente en las comunidades altamente vulnerables que incluyen a las personas de color, donde las muertes aumentaron de manera desproporcionada”.

La portada del numero de octubre de la revista Scientific American
La portada del numero de octubre de la revista Scientific American

El editorial continúa enumerando una larga lista de errores que el directorio de la revista considera que cometió la gestión Trump en el manejo de la pandemia. “No fue sólo un problema con los tests: si casi todos en los EE.UU. usaran máscaras en público, podrían haberse salvado alrededor de 66.000 vidas a principios de diciembre, según proyecciones de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington. Tal estrategia no perjudicaría a nadie. No cerraría ningún negocio. No costaría casi nada. Pero Trump y su vicepresidente se burlaron de las reglas locales sobre las máscaras, y se propusieron no usar máscaras en las apariciones públicas”.

"Trump también sigue presionando para eliminar las normas de salud de la Agencia de Protección Ambiental, poniendo a las personas en mayor riesgo de enfermedades cardíacas y pulmonares causadas por la contaminación. Ha reemplazado a los científicos de los consejos asesores de la agencia con representantes de la industria. En su continua negación de la realidad, Trump ha obstaculizado los preparativos de los Estados Unidos para el cambio climático, alegando falsamente que no existe y retirándose de los acuerdos internacionales para mitigarlo. El cambio climático ya está causando un aumento de las muertes relacionadas con el calor y un incremento de las tormentas graves, los incendios forestales y las inundaciones extremas. Joe Biden, en cambio, se viene preparado con planes para controlar la COVID-19, mejorar la atención sanitaria, reducir las emisiones de carbono y restaurar el papel de la ciencia legítima en la elaboración de políticas. Solicita experiencia y ha convertido ese conocimiento en propuestas políticas sólidas.

“Biden tiene una iniciativa sobre la familia y el cuidado de los niños, reconociendo que esto es clave para una recuperación sostenida de la salud pública y la economía. Sus planes incluyen el aumento de los sueldos de los trabajadores de la atención infantil y la construcción de nuevas instalaciones para los niños porque la incapacidad de pagar una atención de calidad mantiene a los trabajadores fuera de la economía y ejerce una enorme presión sobre las familias”, argumenta la revista su apoyo al candidato demócarata. “En cuanto al medio ambiente y el cambio climático, Biden quiere gastar 2 mil millones de dólares en un sector energético libre de emisiones para el año 2035, construir estructuras y vehículos eficientes desde el punto de vista energético, impulsar la energía solar y eólica, establecer organismos de investigación para desarrollar tecnologías seguras de energía nuclear y de captura de carbono, y más. La inversión producirá dos millones de puestos de trabajo para los trabajadores de EE.UU., afirma su campaña, y el plan climático se pagará en parte mediante la eliminación de los recortes de impuestos corporativos de Trump. Las comunidades históricamente desfavorecidas de los Estados Unidos recibirán el 40 por ciento de estos beneficios de energía e infraestructura”.

El editorial culmina con una exhortación a participar de las elecciones del 3 de noviembre. “Aunque Trump y sus aliados han tratado de crear obstáculos que impiden a la gente votar con seguridad en noviembre, ya sea por correo o en persona, es crucial que los superemos y votemos. Es hora de sacar a Trump y elegir a Biden, que tiene un historial de seguir los datos y ser guiado por la ciencia”.

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