Las autoridades locales informaron este sábado de tres nuevos fallecidos por uno de los múltiples grandes incendios que queman en el oeste de EEUU, lo que eleva el total de muertos por los fuegos desde mediados de agosto a 28, aunque se espera que la cifra crezca ya que sigue habiendo decenas de desaparecidos.
En una rueda de prensa, el sheriff del condado de Butte, Kory Honea, informó de las nuevas víctimas en el fuego de North Complex, uno de los que más ha avanzado en los últimos días en California y que arrasa el norte del estado. Estos tres fallecidos elevan el total de muertos en este fuego a 12, mientras que 13 vecinos de la zona siguen desaparecidos.
El incendio de North Complex lleva quemadas 102.000 hectáreas y ha destruido más de 2.000 edificios desde que se inició hace 24 días, y por el momento los bomberos sólo han logrado contenerlo en un 22%.
Apenas 350 kilómetros al norte, en el vecino estado de Oregón, decenas de personas permanecen desaparecidas.
En medio del caos, los pronósticos sobre los desaparecidos no son nada alentadores, y el director de gestión de emergencias del estado, Andrew Phelps, indicó que se están preparando para una “desgracia masiva” de pérdida de vidas humanas, un término usado en EEUU para referirse a incidentes en los que se estima que hay una gran cifra de personas muertas que por el momento no se pueden confirmar. Por su parte, el jefe de bomberos del estado renunció tras ser puesto abruptamente en licencia administrativa.
En una de las pocas notas positivas de las últimas horas, la gobernadora de Oregon, la demócrata Kate Brown, admitió un error en la información anteriormente emitida por su oficina según la cual hasta medio millón de personas habían sido evacuadas por los fuegos, y redujo la cifra a alrededor de 40.000. Los 500.000 apuntados inicialmente por los responsables estatales (que supondrían un 10% de toda la población del estado) no son personas que ya hayan sido evacuadas, sino gente a quien se ha informado de que se preparen para abandonar sus casas en caso de que sea necesario, aclaró Brown.
La mayor parte de los fuegos se declararon a mediados de agosto a causa de una tormenta eléctrica nada habitual en la región, y desde entonces la sequedad, los fuertes vientos y las altas temperaturas los han hecho extenderse a gran velocidad.
Algunas comunidades lucían como ciudades bombardeadas de Europa después de la Segunda Guerra Mundial, debido a los inmuebles reducidos a pilas de escombros chamuscados sobre tierra ennegrecida. Los habitantes lograban huir mientras se acercaban las llamas o enfrentaban la muerte. Pero la temporada de incendios, que con frecuencia se prolonga hasta noviembre, aún está lejos de terminar.
El activista y cineasta Roger Morre escribió este domingo en Twitter: “Esto no es cambio climático. El clima ya cambió de forma permanente cuando Wall Street y las corporaciones compraron a gran parte del movimiento ambiental, los negadores del clima lo frenaron y Trump decimó la agencia ambiental. ¡Estos no son incendios forestales, son incendios climáticos!”.
La Casa Blanca anunció el sábado que Donald Trump “visitará California el lunes, donde se le informará sobre la situación de los incendios en el estado”.
Para las autoridades locales y muchos expertos, la escala de estos incendios forestales, que se extienden desde Canadá hasta México, está indudablemente vinculada al cambio climático, que agrava la sequía crónica y provoca condiciones climáticas extremas, algo que ha sido relativizado o negado por el propio Trump.
(Con información de EFE, AP, AFP)
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