El Centro para el Control de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) publicó en los últimos días los primeros lineamientos del gobierno federal para la distribución inicial de la vacuna contra el Covid-19. Y su contenido explicita que el esfuerzo no será sencillo.
Quizás el punto más saliente de los documentos publicados es que las autoridades sanitarias indicaron a los estados que estén preparados para distribiur la vacuna a trabajadores de la salud y personas que componen los grupos de riesgo para finales de octubre o principios de noviembre.
Las autoridades esperan suministrar una cantidad de dosis limitada este año, pero indicaron que esta aumentaría considerablemente hacia comienzos de 2021. Concretamente, se menciona al próximo enero como fecha posible de distribución masiva.
El 100 por ciento de las dosis -independientemente del laboratorio que las produzca- va a ser distribuido por el CDC, de la misma manera que ocurre con gran parte de las vacunas de esta naturaleza. Por ejemplo, la agencia gubernamental operó de la misma manera a la hora de aplicar aquella contra la influenza H1N1 en 2009.
Considerando que el gobierno se ha asegurado al menos 100 millones de dosis de las dos vacunas más avanzadas -la producida por Moderna y la del esfuerzo conjunto entre Pfizer y BioNtech- la vacuna será gratuita.
Lo que aún no está claro, no obstante, es si las clínicas y farmacias podrán cobrar por la aplicación de las dosis. De todas maneras, si como se espera que suceda la administración de la vacuna quede amparada bajo la ley de autorización de uso de emergencia, los seguros estarían obligados a cubrir cualquier gasto relacionado con la vacuna.
Se sabe que hay docenas de vacunas en desarrollo, siete de las cuales han sido financiadas (al menos parcialmente) por el gobierno de Estados Unidos. Todas estas vacunas, a excepción de una, requieren la suministración de dos dosis. En la mayoría se deben esperar entre 21 y 28 días entre la primera y la segunda dosis. El CDC planea dar una tarjeta de inmunidad en la que se establezca qué vacuna se le colocó a esa persona, en qué fecha y cuándo le corresponde la segunda dosis. Esta tarjeta podría jugar un rol relevante en la normalización de actividades sociales.
Las vacunas de Pfizer y la de Moderna deben ser almacenadas a distintas temperaturas: la primera requiere una temperatura de -94° Farenheit, o -70 grados celcius, mientras que la segunda es de “solo” -4 grados. Debido a los requisitos de infraestructura, las autoridades sanitarias se deben asegurar que los centros que las vayan a distribuir estén capacitados para hacerlo de manera segura.
Los médicos, clínicas, hospitales y farmacias que quieran suministrar la vacuna del Covid-19 deben inscribirse en el programa de vacunación del CDC. El primer paso consistirá en firmar un acuerdo de responsabilidad legal con el organismo gubernamental y demostrar que tienen el espacio, la maquinaria y el personal suficiente para la vacunación.
Como la manipulación y aplicación de la vacuna es muy sensible, el CDC va a dar prioridad a entidades de gran envergadura para la vacunación como hospitales y cadenas de farmacias establecidas en todo el país. Las prioridades geográficas estarán en los grandes centros de población, donde el virus tiene mayores tasas de proliferación dada la alta densidad de población.
Para organizarse federalmente, el CDC trabajará con los departamentos de salud de cada uno de los 50 estados. Si bien el organismo federal será el que determine cómo y cuándo distribuir la vacuna, las instituciones estatales llevarán a cabo la logística local. Nuevamente están pensando en replicar el protocolo ya utilizado en 2009 con el H1N1.
Una vez aprobada la distribución de la vacuna se espera que en sólo 24 horas lleguen las primeras dosis a todo el país. Después cada jurisdicción deberá implementar su propia estrategia local. Junto con la vacuna, el CDC distribuirá jeringas, agujas, algodones embebidos en alcohol y máscaras de protección para quienes coloquen las vacunas.
Diferencias entre las vacunas de Moderna y Pfizer
La diferencia de temperatura que requiere cada una de las vacunas en desarrollo hace que el proceso para ambas sea distinto.
La vacuna de Moderna vendrá de a diez dosis líquidas sin conservantes. Se podrá guardar en congeladores comunes por hasta dos semanas o en cajas si se pone hielo seco. Una vez que se saca a temperatura ambiente, debe ser puesta en la persona en menos de seis horas. La misma vacuna debe ser aplicada dos veces en una persona para lograr la inmunidad con un intervalo de 28 días.
La de Pfizer requiere un proceso logístico más complejo. Debe ser transportada en contenedores especiales llenos de hielo seco. Estas cajas especiales pueden tener las dosis dentro por hasta cinco días. Cada muestra tendrá cinco dosis sin conservantes. Cada vacuna puede ser almacenada un máximo de 48 horas en un refrigerador y una vez que entra en contacto con la temperatura ambiente, dura sólo seis horas. Pfizer ya ha diseñado el modo de transportarla, con unas cajas que mantienen la temperatura ideal. Para poder colocársela a una persona, la vacuna debe ser mezclada con algún tipo de líquido, como agua estéril, que se transportará por separado. Esta vacuna requiere dos dosis que deben ser administradas con 21 días de diferencia.
Los militares tendrán su propio sistema de distribución de la vacuna, organizado por el Departamento de Defensa.
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