El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo este viernes no haber visto aún evidencia de que el opositor ruso Alexei Navalny haya sido envenenado, aunque agregó no tener motivos para dudar de Berlín, que afirma tener “pruebas inequívocas”.
“No sé exactamente qué pasó. Creo que es trágico, es terrible, no debería suceder”, dijo Trump en rueda de prensa. “No hemos tenido ninguna prueba todavía”, agregó, al tiempo que prometió que Estados Unidos examinará de manera muy seria este tema.
Trump dijo que había escuchado que Alemania había descubierto que Navalny, quien se sintió mal en un avión en Siberia el mes pasado, había sido envenenado con el agente nervioso mortal Novichok.
Desde entonces, Europa ha amenazado con nuevas sanciones y la OTAN pidió una investigación internacional sobre el presunto intento de asesinato del principal opositor del presidente ruso, Vladimir Putin.
Alemania informó a sus socios de la OTAN, cuyo secretario general, Jens Stoltenberg, dijo que había “pruebas más allá de toda duda” de que Navalny fue envenenado con Novichok.
“No lo hemos visto nosotros”, dijo Trump sobre la evidencia de los investigadores alemanes. Según lo que dice Alemania, parece ser así, agregó. “Estaría muy enojado si fuera así”, afirmó también.
Trump no dijo qué medidas tomaría si estuviera convencido de que el más poderoso oponente político de Putin hubiera sido víctima de un complot de asesinato. Pero insistió en que él ha sido “de lejos más duro con Rusia que nadie”.
Trump acotó no obstante que las negociaciones sobre armas nucleares con Moscú son prioritarias frente a cualquier otro tema. “Es lo más importante”, dijo.
Rusia, impasible
El Kremlin ignoró este viernes la presión de los países occidentales por el caso de Navalny y mostró todo su escepticismo sobre el envenenamiento con una sustancia neurotóxica, como afirma Alemania.
La OTAN urgió a Moscú el viernes, al día siguiente de las amenazas de sanciones de la Unión Europea, que revele la totalidad de su programa Novitchok, el tipo de sustancia química creada por los soviéticos en los años 1970.
Para el gobierno de Putin, estos llamados occidentales no cambian nada. “Desde los primeros días, fueron examinadas pistas diferentes, entre ellas el envenenamiento”, por los especialistas rusos, dijo el viernes el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov. “Según nuestros médicos, esta pista no ha sido confirmada, se están estudiando otras pistas médicas”, agregó.
El ministro del Interior, Vladimir Kolokoltsev, consideró que “no hay ninguna razón” para pensar que se cometió un crimen.
En días anteriores, los responsables rusos dijeron que Moscú no tenía que reprocharse nada y que cualquier sanción sería inadmisible y que supondría una “politización” del caso.
El ministerio de Relaciones Exteriores ruso se preguntó cuándo “la señora Merkel (...) va a dar la orden de mandar una respuesta” con las acusaciones contra Moscú.
Alemania y Francia en un comunicado conjunto exigieron este viernes que los culpables del envenenamiento sean “identificados y llevados ante la justicia”.
Con información de AFP
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