El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence encabezó este miércoles la tercera noche de la Convención Nacional Republicana, en la que él y Donald Trump se convertirán oficialmente en los integrantes de la boleta partidaria que buscará la reelección en los comicios de nomiembre. Pence, un devoto evangélico, buscará acercarse a ese objetivo apelando a un segmento clave en los comicios: el votante de derecha religioso.
Pence, que seguirá en el cargo si los republicanos conservan la Casa Blanca en la elección del 3 de noviembre, tomará la palabra desde el Fuerte McHenry en Baltimore, un lugar emblemático en la historia de Estados Unidos por haber sido la fuente de inspiración para el himno nacional. La convención ya comenzó y es transmitida en vivo tanto por el Partido Republicano como las principales cadenas televisivas.
Pence ya compareció el primer día del evento en Charlotte, Carolina del Norte, animando a los delegados a confirmar a Trump como candidato remitiéndose a pedir “cuatro años más”. También presenció el discurso de la Primera Dama, Melania Trump, en el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca en el final de la segunda jornada.
El vicepresidente, de 61 años, es el funcionario de mayor rango en aparecer en la convención después de Trump, que ha tenido un papel preponderante en todas las noches del evento.
En estos casi cuatro años Pence ha adoptado un rol de contrapeso frente las controversias que ha protagonizado Trump. Además, se presenta como una persona de reputación intachable y tendencias religiosas incuestionables.
Frente a la imagen de Trump de magnate y “playboy” con tres matrimonios a cuestas, Pence presenta las credenciales de un hombre pío, que presuntamente se niega a cenar a solas con ninguna mujer que no sea su esposa. Karen Pence también tendrá un lugar preponderante en la Convención.
El flanco del coronavirus
El vicepresidente, que es lidera el grupo de trabajo de respuesta de la Casa Blanca a la pandemia, toma la palabra en un momento en que hay más de 178.000 muertos por el coronavirus. Y las encuestas muestran que dos tercios de los estadounidenses se declaran descontentos con la gestión del gobierno de la pandemia.
Este ha sido un factor relevante para que Trump esté por debajo de su rival demócrata, Joe Biden, en las encuestas nacionales y aparezca codo a codo en muchos estados claves para llegar a la Casa Blanca, lo que indica una campaña reñida.
Se espera que Pence utilice su tribuna para reafirmar a los votantes de que el gobierno ha hecho todo lo posible para controlar el virus y que se preocupa por la economía, muy perjudicada por el confinamiento.
Los demócratas aprovecharán este flanco y el jueves la compañera de fórmula de Joe Biden, la senadora Kamala Harris, va a criticar la estrategia de Trump para el coronavirus en un discurso desde Washington.
A diferencia de Biden, que expuso en la convención demócrata el respaldo de los ex presidentes Barack Obama, Bill Clinton y Jimmy Carter, no se espera que el antiguo mandatario republicano George W. Bush intervenga en el cónclave republicano para apoyar a Trump.
La Casa Blanca no adelantó si Trump aparecerá en vivo el miércoles -se espera que tenga algún tipo de intervención, al igual que ha sucedido en los dos primeros días- pero sin duda lo hará el jueves con un discurso para aceptar formalmente la nominación, en vivo desde la Casa Blanca, rompiendo la tradición de separar el gobierno y la campaña.
Por Ariela Navarro (AFP)
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