La nueva Ley de Seguridad Nacional instaurada por China criminaliza las críticas contra el régimen -en particular aquellas que llaman a la imposición de sanciones o piden por la independencia de Hong Kong- aún si son realizadas fuera del gigante asiático o la ex colonia británica.
Es por ello que universidades de los Estados Unidos, entre ellas Harvard y Princeton, han anticipado su voluntad de diseñar distintas estrategias para garantizar que sus cursos sobre política china puedan desarrollarse de manera segura tanto para los alumnos como los profesores.
Según consignó The Wall Street Journal, quienes formen parte de estos cursos en Princeton usarán códigos en vez de nombres para proteger sus identidades; en Amherst, un profesor considera llevar a cabo clases en salas de chat anónimas para que los alumnos puedan discutir libremente; y la Harvard Business School podría habilitar a que los alumnos se excusen de discutir ciertos temas si están preocupados por posibles retaliaciones.
Los potenciales riesgos que acarrea la sanción de la ley del régimen chino se ven exacerbados por la pandemia de coronavirus. Considerando que numerosas universidades darán sus cursos de manera virtual, al menos durante el primer semestre, alumnos que se encuentren en China o Hong Kong estarían al alcance de las autoridades si material en el que realizaran críticas terminara en sus manos.
La posibilidad de que ello suceda no es nula. A finales de julio, senadores de Estados Unidos pidieron al departamento de Justicia que investiguen si las aplicaciones Tik Tok y Zoom -ampliamente usada para realizar videoconferencias durante la pandemia- compartieron información privada con el régimen.
“Creemos que es imperativo que el Departamento de Justicia investigue y determine si las relaciones comerciales, las prácticas de manejo de datos y las conexiones operativas con China de Zoom y TikTok representan un riesgo para los estadounidenses”, escribieron los senadores Josh Hawley, republicano de Missouri, y Richard Blumenthal, demócrata de Connecticut.
Además, representantes de Zoom reconocieron en junio que se plegaron a exigencias del Partido Comunista y cerraron las cuentas de militantes pro democracia radicados en Estados Unidos y Hong Kong que querían utilizar su aplicación de videoconferencia para conmemorar un nuevo aniversario de la represión en la Plaza Tiananmen. Luego de que arreciaran las críticas, la aplicación aseguró que no proporcionó información de los usuarios.
Casi 370.000 alumnos chinos y alrededor de 7.000 hongkoneses se matricularon en universidades estadounidenses en el año académico 2018/2019. Los primeros se encuentran al tope de la lista de alumnos extranjeros que asisten a las instituciones. De acuerdo al medio citado, los estudiantes suelen tomar cursos sobre política, cultura y derecho chino para mejor comprender su país y la manera en que el mundo lo ve.
El régimen chino comenzó a aplicar la ley inmediatamente después de su aprobación y ya ha arrestado a numerosos manifestantes pro democracia en Hong Kong. También ha apuntado fuera de las fronteras: The Wall Street Journal reportó también el 7 de agosto que Samuel Chu, un hongkonés naturalizado estadounidense fue incluído en una lista de fugitivos luego de que abogara para que el Congreso estadounidense impusiera sanciones a China por socavar la autonomía de la ex colonia británica.
Un estudiante de la universidad de Minnesota, en tanto, fue sentenciado a seis meses de prisión al volver a China, luego de ser encontrado culpable de “provocación” por escribir una serie de tweets en las que se burló de los líderes del partido comunista.
Rory Truex, un profesor de la universidad de Princeton, dijo que cambiará el nombre de los alumnos por un código para evitar que se los vincule con las opiniones vertidas durante su transcurso.
“Si como comunidad que enseña sobre china dejamos de enseñar sobre Tiananmen, Xinjiang o cualquier otro tema sensible que el gobierno chino no quiera que discutamos por miedo, entonces estamos perdidos”, expresó.
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