Estados Unidos destacó este martes la condena del terrorista de Hezbollah Salim Ayash por el asesinato en 2005 del ex primer ministro libanés, Rafik Hariri, y anunciada por el Tribunal Especial para Líbano respaldado por la ONU.
Lo hizo a través del secretario de Estado, Mike Pompeo: “La condena de Ayash ayuda a confirmar lo que el mundo reconoce cada vez más: que Hezbollah y sus miembros no son defensores de Líbano como afirman, sino que forman una organización terrorista cuyo objetivo es promover los nefastos proyectos sectarios de Irán”, indicó el jefe de la diplomacia norteamericana en un comunicado.
“Aunque Ayash sigue en libertad, el fallo subraya la importancia de hacer justicia y poner fin a la impunidad, lo cual es imperativo para garantizar la seguridad, la estabilidad y la soberanía del Líbano”, añadió Pompeo.
Horas antes Arabia Saudita se pronunció en la misma línea, y pidió que el grupo terrorista libanés sea “castigado” tras la condena de Ayash.
“El gobierno de Arabia Saudita ve el fallo como el surgimiento de la verdad y el comienzo de un proceso para lograr justicia persiguiendo, arrestando y castigando a los involucrados”, dijo Adel bin Ahmed al Jubeir, ministro de Relaciones Exteriores del reino, en su cuenta de Twitter.
“Arabia Saudita, al pedir que Hezbollah y sus elementos terroristas se enfrenten a la justicia y sean castigados, subraya la necesidad de proteger al Líbano, a la región y al mundo de las prácticas terroristas de este grupo”, añadió.
El Tribunal Especial para el Líbano, adscrito a la ONU, determinó el martes que Salim Ayyash participó en el estallido del camión-bomba en Beirut el 14 de febrero del 2005 que mató a Hariri y a otras 21 personas e hirió a 226.
“Aunque no actuó solo, tuvo un papel importante en la preparación del ataque, por lo que es culpable de los cargos”, aseguró el juez presidente de la sala, David Re, que le consideró corresponsable de la “comisión de un ataque terrorista con material explosivo”, así como el “homicidio intencionado” de Hariri y las otras personas fallecidas en el ataque.
En cuanto a los otros tres acusados -Hussein Hassan Oneissi, Assad Hassan Sabra y Hassan Habib Merhi-, la Justicia los absolvió de su responsabilidad en “la conspiración” para la preparación del ataque terrorista de febrero de 2005 porque no se pudo probar que conocieran la intención última, que era matar al ex primer ministro libanés.
Horas antes, jueces del tribunal determinaron que no había evidencias de que Siria o Hezbollah hayan sido responsables del asesinato.
Esbozando la complicada realidad geopolítica en el momento del crimen, el juez David Re destacó que Hariri era partidario de reducir la influencia de Siria y del Hezbollah en el Líbano.
El magistrado explicó a su vez que los jueces -que examinaron gran cantidad de documentos antes de emitir el fallo- “opinan que Siria y el Hezbollah quizás tenían motivos para eliminar al señor Hariri y a algunos de sus aliados políticos”.
Pero añadió que no hay evidencias de que “el liderazgo de Hezbollah haya estado involucrado en el asesinato del señor Hariri, y no hay pruebas directas del involucramiento de Siria”.
Hariri era el político suní más prominente en el Líbano cuando fue asesinado por un camión-bomba el 14 de febrero del 2005. Hezbollah es un grupo terrorista chií respaldado por Irán.
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