El director general del Servicio Postal designado por el presidente Donald Trump acordó testificar ante el Congreso la próxima semana sobre los recortes en la entidad que, a juicio de legisladores, podrían obstaculizar la capacidad del organismo para gestionar el sufragio a distancia en la próxima elección.
Louis DeJoy, un importante financista de campaña de Trump que fue nombrado por el presidente en junio, se presentará el próximo lunes ante la Comisión de Supervisión y Reforma de la Cámara de Representantes, liderada por los demócratas, que está investigando si los cambios adoptados en las últimas semanas han ralentizado las entregas de correos.
La comisión dijo que la comparecencia de DeJoy será voluntaria y también participará Robert Duncan, quien preside la junta de gobernadores del Servicio Postal y es un ex presidente del Comité Nacional Republicano.
Congresistas demócratas han expresado preocupación de que, en medio de una pandemia de coronavirus que se espera que duplique la cantidad de estadounidenses que votan por correo respecto a 2016, los recortes de costos en el Servicio Postal podrían dar lugar a sufragios perdidos o retrasados. La inquietud excede los temas electorales: la institución, una de las mejor valoradas por la ciudadanía estadounidense, también es una necesidad básica por gente que recibe pagos y medicinas por esta vía.
Trump ha afirmado repetidamente y sin pruebas que la votación por correo es vulnerable al fraude. Sufragar por correo no es nada nuevo en Estados Unidos, donde uno de cada cuatro votantes emitió su voto de esa manera en 2016, pero el sistema no estaría preparado para un aumento de la magnitud que se espera para noviembre.
Esta campaña del presidente, que se niega a otorgar fondos al Servicio Postal, que está prácticamente en quiebra, es vista por la oposición como un intento de socavar el derecho al voto, especialmente a las minorías.
La propuesta es votar un proyecto de ley que impediría a DeJoy llevar a cabo cambios en sus operaciones o servicio como consecuencia de los recortes planeados.
Esos recortes de gastos han contribuido a un aumento del trabajo pendiente de los empleados postales, lo que ha alarmado a los demócratas y a activistas que defienden el derecho al voto e insisten en la necesidad de facilitar el sufragio por correo a los estadounidenses en el contexto de la crisis de la COVID-19.
El Servicio Postal advirtió el pasado viernes de que votantes en 46 de los 50 estados del país podrían no poder ejercer su derecho al voto por correo en las elecciones del 3 de noviembre debido a retrasos en el procesamiento de las papeletas. Ya en varias elecciones primarias miles de votantes que habían solicitado votar a distancia no llegaron a recibir a tiempo sus boletas para el sufragio.
(Con información de Reuters y EFE)
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