Estados Unidos y Polonia pidieron este sábado al presidente bielorruso, Alexandre Lukashenko, que empiece a dialogar con la sociedad civil, tras la ola de protestas en Bielorrusia contra su reelección en unos polémicos comicios presidenciales. ”El objetivo común es ayudar al pueblo bielorruso a alcanzar su propia soberanía, su propia libertad”, aseguró el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, durante una visita a Varsovia.
“Exigimos a los dirigentes de Bielorrusia (...) que inicien un diálogo con la sociedad civil”, añadió, por su lado, el ministro de Relaciones Exteriores polaco, Jacek Czaputowicz, durante una rueda de prensa conjunta.
"Pedimos a las autoridades bielorrusas que empiecen a respetar los derechos humanos fundamentales y se comprometan a dialogar con la sociedad", y así encontrar "una fórmula de coexistencia conjunta durante un periodo de transición, quizás hasta unas elecciones", defendió Czaputowicz, quien recordó la propuesta polaca de convocar unas nuevas elecciones.
Lukashenko se opuso el sábado a una posible mediación extranjera, una propuesta hecha el miércoles por Polonia y dos países bálticos. La Unión Europea anunció el viernes sanciones contra dirigentes bielorrusos acusados de fraude electoral y de reprimir las protestas.
LAS MANIFESTACIONES SE EXTIENDEN POR TODO EL PAÍS
Mítines y manifestaciones de solidaridad tuvieron lugar en numerosas ciudades y localidades bielorrusas, sin que se haya informado de cargas policiales en la séptima jornada de las protestas. Las movilizaciones populares contra el régimen de Lukashenko han adquirido carácter transversal: en ellas participan no solo estudiantes y opositores liberales, sino también obreros y habitantes de pequeñas ciudades, considerados hasta ahora los principales apoyos de Lukashenko.
La brutalidad de la represión policial en los primeros días de las protestas lejos de desanimar a los manifestantes ha ampliado sus filas y reforzado su determinación de proseguir las protestas, que mañana tendrán como eje central una gran marcha en Minsk.
Al menos dos muertos, casi tres centenares de heridos, y cerca de 7.000 detenidos es hasta ahora el balance que ha dejado la represión policial de las manifestaciones de protesta que se han extendido a todo el país.
Los ciudadanos que han sido puestos en libertad han denunciado haber sido sometidos a torturas y golpizas en los centros de detención.
La Iglesia católica de Bielorrusia se sumó hoy a los llamamientos a Lukashenko a poner fin a la violencia, liberar a todos los detenidos y entablar un diálogo con la sociedad. Bielorrusia atraviesa un momento difícil, “ensombrecido por el derramamiento de sangre, por la detención de miles de ciudadanos pacíficos que han sido brutalmente golpeados y que quieren saber la verdad de las elecciones del 9 de agosto”, declaró el arzobispo de Minsk y Moguiliov, Tadeusz Kondrusiewicz.
LA OPOSICIÓN BUSCA ARTICULAR UN MECANISMO DE TRASPASO DEL PODER
La campaña de la candidata presidencial de la oposición unificada, Svetlana Tijanóvskaya, actualmente refugiada en Lituania, anunció este sábado que ha comenzado el proceso de articulación de un consejo coordinador para el traspaso del poder. ”Se trata de un grupo de trabajo que será integrado por personas altamente respetadas por la sociedad y que tendrá como tarea elaborar mecanismos seguros para garantizar el traspaso del poder”, afirma una declaración emitida por la campaña de Tijanóvskaya.
La abanderada de la oposición, que según sus compañeros fue obligada a abandonar el país bajo amenazas del Comité de Seguridad del Estado (KGB) de Bielorrusia, se ha declarado ganadora de las presidenciales y se ha comprometido a celebrar elecciones libres en un plazo de seis meses.
Pompeo concluyó en Polonia su gira europea y aprovechó también su visita a Varsovia para firmar un acuerdo militar con el gobierno polaco que prevé que se incremente con 1.000 soldados la presencia militar norteamericana en este país de la Europa del Este donde ya había unos 4.500.
MÁS SOBRE ESTE TEMA: