El Secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, reiteró este jueves que la administración de Donald Trump no negociará al régimen de Nicolás Maduro, y que la única comunicación que podrá tener con la dictadura será la que implique la discusión de su salida de Venezuela.
Consultado al respecto por el senador Marco Rubio (Republicano-Florida) durante una audiencia en el Congreso, la respuesta del jefe de la diplomacia estadounidense fue tajante: “Absoultamente no”, sentenció.
“La política es no negociar con ellos nada que no sea su salida del poder”, afirmó el secretario de Estado, una declaración que reafirma una vez más la política de presión de la administración de Trump para lograr la salida del régimen y el continuado apoyo al presidente interino, Juan Guaidó.
La declaración de Pompeo tuvo lugar horas después de que el régimen de Maduro asegurara que había recibido un mensaje del enviado especial de la Casa Blanca para el país, Elliot Abrams, algo que el funcionario negó poco después.
“Elliot Abrams... que está en cuarentena metido en su casa. Mi saludo a Elliot. Está pendiente la conversación. Ya me llegó tu mensaje, Elliot Abrams, ya sabes. De acuerdo con lo que me dices. Vamos pa’lante”, dijo Maduro el miércoles, sin indicar específicamente a qué mensaje hacía referencia.
Sin embargo, Elliott no tardó en desmentir la declaración del dictador. En un mensaje al periodista Álex Vásquez del medio estadounidense Bloomberg, Abrams expresó: “Esto es un chiste o desinformación. Estados Unidos no le envió ningún mensaje a Maduro, por fuera de nuestra declaración publicá acerca de cómo la recuperación de Venezuela comenzará el día en que se vaya y estamos dispuestos a discutir los detalles de su partida”.
Abrams hacía referencia a comentarios que él mismo había emitido el martes, cuando reiteró que la administración de Trump no interactuará con el régimen de Maduro si sigue adelante con la convocatoria de elecciones parlamentarias y no se compromete a implementar un Gobierno de transición.
Mientras continúe ese escenario, explicó, el Gobierno continuará con su estrategia de presión tanto a “través de sanciones como actividades diplomáticas”. “La política en general es impedir que el régimen tenga ingresos y continuar presionando contra las formas en que opera, particularmente en el sector petrolero y el sector del oro”, dijo Abrams.
La dictadura ha mostrado sus intenciones de continuar profundizando su accionar autoritario. En concreto, lo hizo a través del Consejo Nacional Electoral (CNE) chavista que, nombrado por el Tribunal Supremo de Justicia -también bajo el control de la dictadura- convocó para el 6 de diciembre la votación para elegir a los miembros de la unicameral Asamblea Nacional para el periodo 2021-2026.
Esto pese a que la potestad constitucional de designar a las autoridades electorales corresponde al órgano legislativo, controlado por la oposición y el cual reconoce -al igual que alrededor de 60 países- Juan Guaidó como mandatario interino. El TSJ también suspendió las directivas de dos partidos opositores para reemplazarlas por cúpulas afines a Maduro.
Además, Abrams dijo también que ha mantenido conversaciones con la delegación del diálogo de paz en Noruega, que se encuentra en el país caribeño. “Fue un viaje difícil por la pandemia, pero siempre estamos esperanzados en que sea posible una negociación. El propósito de la presión contra Maduro es forzarlo a negociar seriamente”, señaló.
No obstante, se mostró escéptico sobre la posibilidad de negociar “seriamente” una transición hacia la democracia. “No puedo decir que sea particularmente optimista sobre este viaje porque parece que el régimen ha decidido que continuará con esta farsa de elección”, dijo Abrams.
“Pero siempre es alentador ver a los noruegos permanecer activos y comprometidos. Y si llegamos al punto de tener una negociación en el próximo mes o el próximo año, creo que es perfectamente razonable que Noruega sea clave para eso”, concluyó.
(Con información de AFP)
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