El alcalde de la ciudad estadounidense de Portland, Ted Wheeler, fue alcanzado por gases lacrimógenos en la noche del miércoles, cuando estaba parado en una cerca que protege una corte judicial federal, en otra noche de protestas contra la presencia de agentes enviados por el presidente, Donald Trump, para frenar los disturbios en la mayor ciudad de Oregon.
Las protestas han sacudido a Portland todas las noches durante semanas, con las fuerzas de seguridad a menudo lanzando gases lacrimógenos y manifestantes.
Al visitar el sitio de la protesta, Wheeler fue abucheado por algunos manifestantes que lo llamaron a dimitir y corearon “vergüenza”. El regidor se ha opuesto a la presencia de las fuerzas gubernamentales en la ciudad, pero enfrentó duras críticas y su presencia no fue bien recibida por muchos, que le gritaron e insultaron. Sin embargo, recibió un breve aplauso cuando gritó “Black Lives Matter” y levantó el puño en alto.
“Quiero dar las gracias a los miles de ustedes que se han opuesto a la ocupación de esta ciudad por parte del gobierno de Trump”, dijo Wheeler ante cientos de personas en el centro, cerca del tribunal federal. “La razón por la que esto es importante es porque no está ocurriendo solo en Portland (...) Aquí estamos en la primera línea del frente”.
Sin embargo, mientras se encontraba entre la multitud afuera del Centro de Justicia de Portland, Wheeler, que llevaba una máscara facial, fue alcanzado por gases lacrimógenos. Las imágenes de video lo mostraron tosiendo.
La protesta se avivó en torno a Wheeler, con los manifestantes encendiendo un gran fuego en el espacio entre la cerca y el Palacio de Justicia Mark O. Hatfield, y con el sonido de los botes de gases lacrimógenos y granadas aturdidoras lanzadas por los agentes federales a la multitud.
El despliegue de agentes federales en Portland el 4 de julio es un punto álgido en un debate nacional sobre las libertades civiles y lo que los manifestantes y los funcionarios demócratas ven como una estrategia política de Trump, un republicano, para impulsar una campaña de “ley y orden”, mientras se enfrenta a una batalla cuesta arriba de reelección.
El Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos llamó al despliegue “Operación Valor Diligente“, según documentos judiciales.
Las autoridades locales demócratas se han quejado que desplegar agentes federales a sus ciudades ha exacerbado las tensiones en las calles, mientras que los residentes han acusado al gobierno de violar sus derechos constitucionales. De hecho, el descontento civil en Portland aumentó después de que agentes federales fueron acusados de detener a personas en autos sin insignias oficiales y sin causa probable. Wheeler calificó la intervención como un abuso del poder federal y dijo que estaba intensificando la violencia.
El miércoles, una multitud cada vez mayor de simpatizantes se unió a las manifestaciones.
Algunos residentes, incluyendo miembros del Consejo de la ciudad, han acusado a Wheeler de no controlar a la policía local, que empleó gases lacrimógenos en varias ocasiones antes de la llegada de los agentes federales a principio de mes en respuesta a casi dos meses de protestas nocturnas por el asesinato de George Floyd. Otros, incluyendo líderes empresariales, lo criticaron por no haber controlado la situación antes de la llegada de las tropas federales.
Desde que comenzaron las protestas en pro de la justicia racial, el equipo de campaña de Trump se ha inclinado fuertemente por un compromiso de preservar el “orden público” y ha intentado vincular a Biden con un pequeño grupo de radicales y anarquistas que, afirma, intentan desestabilizar las ciudades y reescribir la historia.
Trump desplegará agentes federales en Chicago y Albuquerque
En la misma línea, Trump anunció el miércoles que enviará agentes federales a Chicago y Albuquerque para ayudar a combatir el aumento de la delincuencia.
El presidente se refirió a las ciudades con gobiernos demócratas como lugares fuera de control y arremetió contra la “izquierda radical”.
“En las últimas semanas ha habido un movimiento radical para retirar fondos, desmantelar y disolver a nuestros departamentos de policía”, dijo Trump en un evento en la Casa Blanca, en el que culpó al movimiento de una “sorprendente explosión de tiroteos, asesinatos y atroces crímenes violentos”.
“El derramamiento de sangre debe terminar”, declaró. “Este derramamiento de sangre terminará”.
El plan que Trump anunció el miércoles amplía otro existente mediante el cual se enviaron cientos de agentes federales a Kansas City, Missouri, para ayudar a contener un aumento récord en la violencia, incluida la muerte a tiros de un niño de 4 años. El despliegue de agentes federales para ayudar a las localidades no es una práctica inusual. En diciembre pasado, el secretario de Justicia William Barr anunció medidas similares en siete ciudades que habían registrado aumentos de violencia.
Pero esta nueva medida incluirá a por lo menos 100 agentes de la unidad de Investigaciones del Departamento de Seguridad Nacional (DHS por sus iniciales en inglés) que generalmente efectúan pesquisas sobre narcotráfico y explotacion infantil, así como personal bajo la égida del Departamento de Justicia.
El equipo de campaña cree que este escenario puede ayudar a Trump a granjearse el apoyo de los electores suburbanos y de mayor edad que podrían estar hastiados de las imágenes de violencia.
En Chicago, la alcaldesa demócrata Lori Lightfoot, que censuró inicialmente la noticia del despliegue, dijo que la oficina del secretario de Justicia supervisará los agentes adicionales que se integren en las actuales oficinas policiales federales.
“Si esos agentes están aquí para colaborar realmente en el combate a la violencia derivada de las armas de fuego y los casos violentos, sumándose a la infraestructura actual de agentes federales, no intentando desempeñarse como policías en nuestras calles, entonces eso es algo distinto”, afirmó.
El secretario interino de Seguridad Nacional, Chad Wolf, hizo una distinción entre la misión en Portland —para proteger propiedad federal—, y los incrementos de personal en Kansas City, Chicago y Albuquerque para ayudar a detener la violencia.
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