Los verdaderos motivos que llevaron a Estados Unidos a cerrar el consulado de China en Houston

Washington ordenó a Beijing que cancele las operaciones de esa oficina luego de conocer lo que realmente ocurría en esa sede diplomática clave para el régimen

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Un hombre habla con un
Un hombre habla con un guardia de seguridad fuera del Consulado General de China en Houston, Texas, que permanece cerrado por orden de Washington. Al parecer, era el epicentro del espionaje del régimen en los Estados Unidos (Reuters)

Los Estados Unidos le ordenaron este martes a última hora a China que cerrara las operaciones de su consulado en Houston, Texas, en un movimiento diplomático que sorprendió al mundo y colocó la disputa entre ambos países ante una nueva fase. El régimen prometió responder: su objetivo es responder en igual medida y su blanco será, probablemente, la oficina consular norteamericana en Chengdu, clave para las misiones en Tibet, un área siempre sensible.

De inmediato, al conocerse la noticia, un llamado al teléfono rojo del consulado en Houston dio una orden directa: quemar todos los documentos confidenciales que estuvieron archivando durante años. Los 60 empleados que allí trabajan a diario comenzaron a moverse con rapidez. El mandato fue cumplido de manera absoluta. A tal punto que el humo comenzó a salir del edificio del 3417 Montrose Blvd de aquella ciudad texana. A tal punto incendiaban los informes que los bomberos debieron asistir para sofocar las llamas.

¿Qué información querían transformar en cenizas los diplomáticos chinos? Para las autoridades norteamericanas el consulado era el “epicentro” de espionaje del régimen en los Estados Unidos. Eso dejaron ver en un principio al afirmar que Beijing estaba dirigiendo “operaciones ilegales de influencia y espionaje masivos”.

David Stilwell, quien tiene a cargo la política para el Este de Asia y el Pacífico del Departamento de Estado, fue más directo en una entrevista con The New York Times. “Tuvieron un comportamiento subversivo”, denunció el funcionario de la administración de Donald Trump. Reveló que el cónsul general, Cai Wei junto a otros dos diplomáticos de su país, fueron sorprendidos utilizando tarjetas de identificación falsas. Ocurrió el 31 de marzo pasado y lo hicieron para acompañar a ciudadanos chinos a una de las puertas principales del Aeropuerto Internacional George Bush para tomar un vuelo charter que los retornaría a China en plena pandemia. ¿Por qué utilizaron identidades falsas oficiales que pueden transitar tranquilamente con sus credenciales internacionales?

La bandera de China ondea
La bandera de China ondea frente al Consulado General del país en Houston, estado de Texas (Reuters)

Pero fue más allá. Dijo que ese consulado podría estar vinculado a los intentos recurrentes del régimen de robar información -a empresas, laboratorios e instituciones de los Estados Unidos- sobre los avances en la vacuna contra el coronavirus Sars-CoV-2 que provoca la enfermedad COVID-19.

La información dada por Stilwell coincide con un informe del FBI al que accedió el prestigioso diario neoyorquino. Entre los puntos relevantes figuran: transferir ilegalmente investigaciones médicas y otra información sensible de instituciones en el área de la salud; el reclutamiento de talentos; la persuasión de más de 50 investigadores, profesores y académicos para que entreguen sus investigaciones o información a instituciones chinas. Pero también era un centro de presión sobre sus propios ciudadanos viviendo en los Estados Unidos y que no quieren estar oprimidos por el régimen: quieren que regresen a su patria.

Estados Unidos ordenó el cierre del consulado chino en Houston “para proteger la propiedad intelectual estadounidense y la información privada de los estadounidenses”, había declarado en las primeras horas del miércoles un vocero del Departamento de Estado. “La Convención de Viena dice que los diplomáticos de Estado deben ‘respetar las leyes y reglas del país anfitrión’ y ‘tienen el deber de no interferir en los asuntos internos de ese Estado’”, afirmó el portavoz Morgan Ortagus en una visita del jefe de la diplomacia estadounidense Mike Pompeo a Copenhague.

El consulado en San Francisco, ¿el próximo?

La fiscalía reportó el miércoles que un investigador chino que mintió al FBI sobre su pertenencia a una universidad militar de su país ingresó al consulado de China en San Francisco el 20 de junio pasado y desde entonces ha permanecido allí. El sospechoso había sido entrevistado por los investigadores del FBI en relación a un presunto fraude de visas, de acuerdo con documentos a los que tuvo acceso el sitio Axios.

Si la información se confirmara, China estaría utilizando una de sus instalaciones diplomáticas en Estados Unidos para albergar a alguien acusado de un delito federal, lo que podría causar serias tensiones entre ambos países, en momentos en los que la relación atraviesa un momento complejo.

Científicos que responden al Ejército
Científicos que responden al Ejército Popular Chino en uno de sus laboratorios en el que desarrollan la vacuna contra el coronavirus (Gobierno China)

En particular, Estados Unidos ha tomado en el último tiempo una serie de medidas contundentes contra el espionaje chino y el robo de información de investigaciones, entre ellas el cierre del consulado de ese país en Houston.

“Es muy inusual que un puesto diplomático chino se asocie tan estrechamente con un sospechoso en un caso relacionado con el robo de propiedad intelectual” dijo, citado por Axios, Minyao Wang, un abogado de Nueva York que ha trabajado en casos de robo de propiedad intelectual relacionados con China. La situación, por tan inusual, hace más grave las acusaciones.

El martes por la noche, en efecto, Estados Unidos cerró el consulado chino en Houston, una medida que, según el vocero del Departamento de Estado, Morgan Ortagus, tiene la intención de “proteger la propiedad intelectual estadounidense y la información privada de los estadounidenses”.

Robo de datos, acusación formal

El Departamento de Justicia acusó este martes a dos hackers chinos de robar cientos de millones de dólares en secretos comerciales de empresas de todo el mundo y, más recientemente, de atacar a las empresas que desarrollan una vacuna para el coronavirus.

La acusación, que será detallada en conferencia de prensa, señaló que los hackers Li Xiaoyu, de 34 años, y Dong Jiazhi, de 33, en los últimos meses habían investigado las vulnerabilidades en las redes informáticas de empresas conocidas públicamente por su trabajo en el desarrollo de vacunas y tratamientos.

Los hackers acusados estaban trabajando con el Ministerio de Seguridad Estatal de China, según afirmó John Demers, fiscal general asistente de Seguridad Nacional de EEUU. Además, también apuntaban sus ciberataques contra activistas de derechos humanos en Norteamérica y Hong Kong.

Las autoridades estadounidenses creen que Li y Dong están en territorio chino, fuera del alcance de la justicia norteamericana. Según los fiscales, en algunas instancias actuaron “por su beneficio personal” y en otras para dar ventaja al gobierno chino.

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