El estado de California se ha convertido en el nuevo epicentro de la pandemia de coronavirus en Estados Unidos. Según un recuento del Washington Post, el estado occidental, uno de los más afectados por el incremento significativo de contagios que ha tenido lugar en las últimas semanas, lleva confirmados más de 413.000 casos positivos. De esta manera, superó a los casi 409.000 de Nueva York, cuya curva se ha visto mitigada significativamente desde los picos registrados en marzo y abril.
No obstante, el estado oriental continúa registrando con creces la mayor cantidad de decesos a nivel nacional: los 32.302 a la tarde del miércoles es más de cuatro veces superior a los casi 8.000 de California. También continúa liderando la estadística de tasa de infecciones con casi 2.100 casos por cada 100.000 personas.
El estado reportó el lunes 9.231 positivos, con un récord de 7.091 hospitalizados, de los cuales 2.006 están en terapia intensiva.
Las autoridades de California fueron de las primeras en implementar medidas de confinamiento. Las decisiones tomadas poco después de la llegada de la pandemia al país en marzo permitieron contener el número de infecciones, algo que no sucedió en Nueva York.
Impulsado por los buenos resultados, decidieron reabrir gran parte de su economía a lo largo de mayo y junio. Permitieron las compras en comercios minoristas y las comidas en restaurantes y bares.
Sin embargo, la tendencia comenzó a revertirse poco después y desde entonces el estado más poblado del país registra una de las cifrás y tasas de contagios más altas junto a Texas, Arizona y Florida. Estos estados, conocidos como “el cinturón del Sol” (Sun belt, en inglés) conforman el nuevo epicentro de la pandemia. Y en términos nominales, California encabeza la lúgubre lista.
Con el objetivo de mitigar el impacto de la pandemia, las autoridades retrotrajeron la mayoría de las medidas a principios de mes. Prohibieron las actividades en interiores de restaurantes, cines, museos, bodegas y otros comercios en espacios cerrados. Además, todos los bares y cervecerías debieron cerrar sus puertas, más alla de si proveían servicios en espacios abiertos o cerrados.
Según autoridades sanitarias del condado de Los Ángeles, el más poblado de la nación con 10 millones de residentes, son las actividades de los jóvenes las que han impulsado la propagación del virus.
“La tragedia de lo que estamos presenciando es que muchos de nuestros residentes más jóvenes interactúan entre sí y no se adhieren a las medidas de prevención recomendadas, mientras que nuestros residentes mayores continúan experimentando los resultados de esta mayor propagación con las peores consecuencias para la salud, incluida la muerte “, dijo la directora de salud pública Barbara Ferrer.
No obstante, también hicieron alusión a la reapertura. “fue tratada como una luz verde para un regreso a la vida normal”, lamentó el secretario de Salud estatal Mark Ghaly.
“Hemos aprendido que ese período de dos a tres semanas puede no ser lo suficientemente largo, puede que nos lleve hasta tres, cuatro semanas incluso para sentir el impacto completo de algunos de esos cambios”, agregó, indicando de esa manera que el impacto de las nuevas medidas debe verse en un mes aproximadamente.
El gobernador Gavin Newsom ha impuesto una orden de uso de mascarillas a los residentes, pero al menos cinco condados rurales se negaron a implementar la medida.
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