El Departamento de Justicia acusó este martes a dos hackers chinos de robar cientos de millones de dólares en secretos comerciales de empresas de todo el mundo y, más recientemente, de atacar a las empresas que desarrollan una vacuna para el coronavirus.
La acusación, que será detallada en conferencia de prensa, señaló que los hackers Li Xiaoyu, de 34 años, y Dong Jiazhi, de 33, en los últimos meses habían investigado las vulnerabilidades en las redes informáticas de empresas conocidas públicamente por su trabajo en el desarrollo de vacunas y tratamientos.
Los hackers acusados estaban trabajando con el Ministerio de Seguridad Estatal de China, según afirmó John Demers, fiscal general asistente de Seguridad Nacional de EEUU. Además, también apuntaban sus ciberataques contra activistas de derechos humanos en Norteamérica y Hong Kong.
Las autoridades estadounidenses creen que Li y Dong están en territorio chino, fuera del alcance de la justicia norteamericana. Según los fiscales, en algunas instancias actuaron “por su beneficio personal” y en otras para dar ventaja al gobierno chino.
La acusación incluye cargos de robo de secretos comerciales y conspiración de fraude electrónico contra los hackers, quienes según los fiscales federales robaron información que sabían que sería de interés para el régimen chino.
Entre los documentos no se desprende información de que los hackers hayan podido acceder con éxito a alguna investigación científica sobre el Covid-19, a pesar de los esfuerzos por espiar a las empresas.
El caso fue presentado a principios de este mes en la corte federal del estado de Washington y fue desclasificado este martes.
Inovio Pharmaceuticals y Moderna son dos de los laboratorios estadounidenses que están llevando estudios avanzados sobre fórmulas de inmunización contra el Covid-19.
Intentos rusos
En plena carrera internacional por hallar la primera fórmula que apruebe con éxito los ensayos clínicos para la vacuna contra el coronavirus, las acusaciones florecen contra los intentos de espionaje.
La semana pasada, Estados Unidos, Reino Unido y Canadá fustigaron al Kremlin con una advertencia pública inusualmente detallada, al denunciar que hackers —que se cree forman parte de la inteligencia rusa— trataron de robar valiosa información privada a científicos y compañías médicas sobre una posible vacuna contra el coronavirus.
Las agencias de inteligencia de estos tres países apuntaron contra el grupo de hackers APT29, también conocido como Cozy Bear y responsabilizado por la injerencia en las elecciones estadounidenses hace cuatro años. Según indicaron, los ciberdelincuentes están atacando a instituciones académicas y de investigación farmacéutica involucradas en el desarrollo de una vacuna contra el COVID-19.
La acusación de que hackers vinculados con un gobierno de otro país tratan de extraer información confidencial médica durante la pandemia no es del todo nueva.
(Con información de AP)
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