Estados Unidos sancionó este lunes a otras once empresas chinas por su vínculo con la violación sistemática de los derechos humanos por parte del régimen chino sobre la minoría étnica uigur en la provincia de Xinjiang, en la región oeste del país.
En concreto, el departamento de Comercio de la administración de Donald Trump anunció que estas once empresas verán limitado su acceso a tecnología y productos estadounidenses como consecuencia de su accionar.
“Están involucradas en violaciones de derechos humanos vinculadas a la implementación de la campaña de represión, encarcelamiento masivo, trabajo forzado, recolección involuntaria de datos biométricos y análisis genéticos dirigidos a las minorías musulmanas en la región autónoma uigur de Xinjiang”, expresó el ministerio en un comunicado.
Las empresas a las que refiere el comunicado son Changji Esquel Textile, Hefei Bitland Information Technology, Hefei Meiling, Hetian Haolin Hair Accessories, Hetian Taida Apparel, KTK Group, Nanjing Synergy Textiles, Nanchang O-Film Tech y Tanyuan Technology.
Las dos compañías restantes, Xinjiang Silk Road y Beijing Liuhe, figuran en la lista debido a sus análisis genéticos que “sirven para reprimir a los uigures y otras minorías musulmanas”, se indicó. No son las primeras en integrar la lista, sino que se agregan a una lista ya existente, que también incluye funcionarios del Partido Comunista chino.
De hecho, las últimas sanciones relacionadas a este asunto tuvieron lugar el pasado 9 de julio, cuando Estados Unidos indicó que rechazaría la solicitud de visado de tres altos funcionarios chinos y sus familias como consecuencia de su involucramiento en él.
Entre ellos figura Chen Quanguo, el secretario del Partido Comunista para la región de Xinjiang, a quien se considera el arquitecto de las políticas de línea dura de Beijing contra estas minorías étnicas y religiosas.
Además, el departamento de Estado dijo que se están imponiendo restricciones adicionales a los visados de otros funcionarios del Partido Comunista Chino que se cree que son responsables o cómplices de la injusta detención o el abuso de los uigures, los kazakos étnicos y los miembros de otros grupos minoritarios.
Como represalia, el Partido Comunista sancionó a un diplomático y tres congresistas estadounidenses, entre los que se cuentan los senadores republicanos Ted Cruz (Texas) y Marco Rubio (Florida). Beijing expresó que tomó la decisión “en respuesta a las equivocadas acciones de Estados Unidos”.
El régimen de Xi Jinping ya había anticipado a finales de la semana pasada que tomaría “medidas equivalentes” por las sanciones adoptadas por Estados Unidos. “Si Estados Unidos sigue actuando de forma arrogante, sin duda China contraatacará”, aseguró el un vocero del gobierno antes de pedir a Washington “revocar de inmediato la decisión equivocada y detener cualquier palabra y acción que interfiera en los asuntos internos de China y dañe los intereses del país”.
No obstante, Estados Unidos está lejos de ser la única nación que ha denunciado la detención e internamiento de al menos un millón de uigures en campos y prisiones, en los que se les obliga a denunciar su religión y su idioma y se les maltrata físicamente, al punto de que ha habido reportes sobre esterilizaciones forzadas.
El pasado domingo, el secretario de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Dominic Raab, acusó a Beijing de cometer “graves y escandalosos abusos contra los derechos humanos” contra los uigures. “Es profundamente, profundamente impactante. Queremos una relación seria (con China), pero no podemos ver tal comportamiento sin denunciarlo”, agregó el funcionario.
Al igual que ha sucedido con Estados Unidos, el embajador de China en el Reino Unido, Liu Xiaoming, advirtió ante la BBC que Beijing responderá de manera “resuelta” si Londres impone sanciones a funcionarios chinos respecto a la situación en Xinjiang.
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