Quién era y qué delitos cometió Dustin Honken, el tercer preso federal ejecutado en Estados Unidos esta semana

Honken fue condenado por cometer cinco asesinatos, entre ellos el de dos niñas. Recibió una inyección letal en la prisión de Terre Haute, Indiana

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En esta foto de archivo del 18 de agosto de 2004, Dustin Honken es conducido por los alguaciles federales a un coche de espera después del segundo día de selección del jurado en el tribunal federal de Sioux City, Iowa (Tim Hynds/Sioux City Journal vía AP, Archivo)

Un notorio traficante de metanfetaminas que mató a cinco personas, entre ellas dos niñas, fue el tercer preso federal en ser ejecutado esta semana.

Dustin Honken, de 52 años, es el tercer condenado en el estado de Iowa desde 1963, luego de que se le aplicara la condena este viernes. Iowa abolió la pena de muerte en 1965, pero la fiscalía federal solicitó aplicarla en el caso de Honken debido a que mató a informantes oficiales y menores de edad.

El narcotraficante nacido en Britt, en el mencionado estado, murió por inyección letal en la prisión de Terre Haute, Indiana, donde estaba desde el 2005 en el pabellón de la muerte y donde otros dos presos han sido ejecutados esta semana, poniendo fin a una pausa de 17 años en la aplicación de la pena de muerte a nivel federal. Las autoridades judiciales denegaron sus pedidos de postergar la ejecución.

Honken fue hallado culpable de matar a una mujer, su novio y sus dos hijas —de 10 y 6 años— en 1993, aunque no fue sino hasta siete años después que fueron hallados los cadáveres. Además, mató a otro traficante de drogas, Terry DeGeus, golpeándolo con un bate y disparándole.

Según la Agencia Federal de Prisiones, Honken fue declarado muerto este viernes a las 4:36 pm.

El recluso -conocido por su verborrea en el juicio y por haber hecho una larga declaración de inocencia en el momento de la sentencia- habló sólo brevemente antes de la ejecución, sin dirigirse a los familiares de las víctimas. Sus últimas palabras fueron: “Santa María, madre de Dios, ruega por mí”.

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En esta foto de archivo del 11 de octubre de 2005, Dustin Lee Honken es llevado por los Marshals de EE.UU. al Tribunal Federal de Cedar Rapids, Iowa, antes de su sentencia (Cliff Jette/La Gaceta vía AP, Archivo)

Proveniente del poblado de Bitt en Iowa, Honken comenzó a vender marihuana y cocaína a inicios de la década de 1990 y luego pasó a elaborar metanfetaminas tras estudiar un poco de química. Junto con un amigo, se mudó a Arizona para traficar la droga.

Mientras estaba bajo fianza en un caso de drogas en julio de 1993, Honken y su novia Angela Johnson secuestraron a Lori Duncan y a sus dos hijas en su casa de Mason City, Iowa, y luego las mataron y enterraron en una zona boscosa cercana. Kandi, de 10 años de edad, y Amber, de 6 años de edad, todavía estaban en traje de baño el caluroso día de verano cuando les dispararon en la cabeza al estilo de una ejecución.

Su principal objetivo ese día era el entonces novio de Lori Duncan, Greg Nicholson, que también vivía en la casa y que también fue asesinado. Él y Lori Duncan fueron atados, amordazados y disparados varias veces. Honken se había enterado recientemente de que Nicholson, un antiguo socio narcotraficante, estaba cooperando con los investigadores y probablemente testificaría contra Honken en el juicio por narcotráfico.

Lori Duncan no estaba involucrada en drogas y no sabía que Nicholson era un informante.

Johnson, la novia de Honken, fue condenada en un juicio separado y sentenciada a muerte. Años más tarde se redujo su sentencia a cadena perpetua tras las rejas.

Con información de AP

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