El ex gobernador norteamericano Bill Richardson informó este viernes que no logró liberar a los ciudadanos estadounidenses que se encuentran detenidos en Venezuela, en el marco de la visita que hizo esta semana al país caribeño con ese objetivo y pese a haber mantenido reuniones con el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, y el propio dictador chavista, Nicolás Maduro.
El diplomático norteamericano partió el pasado lunes hacia Caracas, “a petición de las familias de varios prisioneros estadounidenses”, en una “misión humanitaria” para lograr su liberación, según informó el Centro Richardson.
En ese entonces, el ex gobernador de Nuevo México adelantó que se reuniría con Maduro, “para discutir el estatus de los prisioneros estadounidenses y otros asuntos humanitarios relacionados con la COVID-19”.
“Me alegro de que hayamos podido reunirnos con el presidente Maduro para discutir la posible liberación de los prisioneros estadounidenses y otros asuntos humanitarios sobre la COVID-19”, indicó Richardson en un nuevo comunicado, recogido por la prensa estadounidense.
Sin embargo, al mismo tiempo lamentó “no haber podido asegurar la liberación de los estadounidenses”. “Nuestros pensamientos están con las familias de los seis ejecutivos de CITGO --Tomeu Vadell, Gustavo Cárdenas, Jorge Toledo, José Ángel Pereira y Alirio y José Luis Zambrano-- y de los ex boinas verdes Luke Denman y Airan Berry”, precisó.
Pese a no haber logrado los resultados esperados, el diplomático norteamericano agradeció al gobierno de Qatar por su intermediación.
La liberación más complicada era la de los dos ex boinas verdes, ya que fueron arrestados en el marco de la “Operación Gedeón”, un supuesto plan para derrocar a Maduro con una intervención militar que habría derivado en una fallida incursión naval el pasado 3 de mayo en La Guaira.
Los seis ejecutivos petroleros de Citgo, la subsidiaria de la petrolera estatal PDVSA en Estados Unidos, están entre los presos más icónicos por parte de la dictadura. Los “seis de Citgo” -cinco ciudadanos venezolano-americanos y uno residente permanente de Estados Unidos- fueron llevados a Caracas para una reunión a fines de 2017 en las oficinas de PDVSA, cuando agentes de seguridad enmascarados invadieron una sala de juntas y se los llevaron.
Desde entonces han permanecido bajo custodia del régimen. Y si bien les habían concendido la prisión domiciliaria en diciembre del año pasado, los volvieron a encarcelar en febrero sin explicación alguna.
El régimen de Maduro publicó el mes pasado un video que muestra a los seis ejecutivos en relativamente buenas condiciones, después de que sus seres queridos expresaron temor por su salud en medio de la pandemia de coronavirus.
“Dadas las limitaciones, nuestras condiciones aquí han sido buenas”, dijo uno de los hombres, el ex presidente de Citgo, José Pereira, entre los clips de los hombres vestidos con atuendo naranja de la cárcel jugando ping pong y levantando pesas. “Nos tratan respetando nuestros derechos humanos”.
Richardson, ex embajador estadounidense en la ONU, ya ha ofrecido su “diplomacia informal” en asuntos relacionados con Cuba o Corea del Norte. En el caso del último país, consiguió la liberación de varios estadounidenses detenidos, incluido el estudiante Otto Warmbier, excarcelado en 2017 tras 17 meses de prisión, aunque murió días después de regresar al país como consecuencia de graves daños cerebrales sufridos bajo detención del régimen norcoreano.
La relación de Richardson con Maduro se remonta a cuando el venezolano viajaba a las Naciones Unidas como ministro de Relaciones Exteriores de Hugo Chávez. Los dos también se cruzaron en la inauguración en 2018 del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador. Richardson también trabajó detrás de escena para traer a casa a otro estadounidense encarcelado en Caracas, el ex misionero mormón Joshua Holt, quien recuperó su libertad en 2018.
Con información de Europa Press
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