De Buckingham al MDC Brooklyn: así es la cárcel de máxima seguridad donde pasa sus días Ghislaine Maxwell

La ex pareja de Jeffrey Epstein deberá permanecer al menos un año en las celdas del reclusorio, hasta que inicie el juicio en 2021

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(Foto: bop.gov/Archivo)
(Foto: bop.gov/Archivo)

Durante décadas, Ghislaine Maxwell se movió entre los círculos más inaccesibles de la alta sociedad. Su nombre nunca faltaba en la lista de los grandes eventos organizados por actores, políticos y empresarios. Junto a su ex pareja, el magnate financiero Jeffrey Epstein, viajaba en jet privado y disfrutaba de sus extraordinarias propiedades en Nueva York, Nuevo México, o Florida.

Con el paso de los años, la británica llegó a poseer en Manhattan una deslumbrante casa adosada de cinco pisos. Una vida de lujo y derroches, residencias exclusivas y contactos influyentes, que se evidenció el día en que se sentó junto a su gran amigo, el Príncipe Andrew de Inglaterra, en el trono de la reina Isabel II en el Palacio de Buckingham.

Ni siquiera cuando se escondió de las autoridades dejó atrás su mundo de riquezas y opulencias. En el momento de su detención, el pasado 2 de julio, Maxwell se escondía en una mansión de 63 hectáreas de New Hampshire, que compró en diciembre de 2019 en una transacción en efectivo de USD 1 millón, que realizó bajo identidad protegida.

Sin embargo, ahora todas sus comodidades y privilegios se acabaron. Y tendrá que prescindir de su estilo de vida, al menos, durante un año.

Una ilustración de Maxwell, en su primera comparecencia este 14 de julio (Foto: REUTERS/Jane Rosenberg)
Una ilustración de Maxwell, en su primera comparecencia este 14 de julio (Foto: REUTERS/Jane Rosenberg)

El lunes 6 de julio, Ghislaine Maxwell fue trasladada al Centro Correccional Metropolitano en Brooklyn (MCC Brooklyn, por sus siglas en inglés), una prisión de máxima seguridad en la que se encuentra también el ex Secretario de Seguridad Pública de México, Genaro García-Luna.

La británica de 58 años fue acusada de ayudar a Epstein a reclutar entre 1994 y 1997 a menores de edad, y abusar sexualmente de ellas. Además, también enfrenta cargos por mentir a la justicia en 2016, al explicar su rol en la presunta trama.

A través de videoconferencia, desde la prisión, Maxwell compareció este martes 14 de julio por primera vez ante el tribunal, y se declaró inocente de los seis cargos que se le imputan.

Aunque su defensa trató de solicitar la libertad bajo fianza, y ofreció pagar una cuantía de USD 5 millones, la juez Alison Nathan denegó la petición, por el riesgo de fuga. Después, fijó la fecha de inicio del juicio para el 12 de julio de 2021. Lo que significa que, al menos durante un año, Maxwell vivirá en la celda del Centro Correccional Metropolitano. Sus palacios y mansiones se convirtieron en una pequeña celda compartida.

De ser declarada culpable, podría recibir una sentencia de hasta 35 años.

Centro Correccional Metropolitano, una prisión peor que Guantánamo

MDC Brooklyn (Foto: REUTERS/Mike Segar)
MDC Brooklyn (Foto: REUTERS/Mike Segar)

Ubicada en South Slope, Brooklyn, la prisión Centro Correccional Metropolitano en la que se encuentra Ghislaine Maxwell, es considerada una de las más grandes y seguras de EEUU, pero también es una de las que cuenta con peor reputación. Encierra a un total de 1,541 reclusos, hombres y mujeres.

Tras el arresto de Maxwell en New Hampshire, las autoridades federales de Nueva York establecieron protocolos de seguridad adicionales, por temor a que la interna se suicide. Esto en gran parte, debido a lo ocurrido en agosto de 2019, cuando su ex pareja, Jeffrey Epstein, se ahorcó en una celda del Centro Correccional Metropolitano de Manhattan, también ubicada en Nueva York, un hecho que detonó grandes críticas hacia los responsables de esa prisión.

Como parte de las medidas de vigilancia para impedir que la británica termine con su vida, los oficiales penitenciarios la obligaron a quitarse la ropa, y le entregaron una vestimenta de papel. Además, le retiraron las sábanas de su celda, le asignaron una compañera y se aseguraron de que siempre esté acompañada tras las rejas.

MDC Brooklyn (Foto: REUTERS/Mike Segar)
MDC Brooklyn (Foto: REUTERS/Mike Segar)

En declaraciones a la agencia Reuters, el ex director del reclusorio, Cameron Lindsay, explicó que la experiencia que vivirá Maxwell será realmente dura. Aunque el hecho de tener un compañero de celda minimiza el riesgo de suicidio, algunas presas podrían intentar atacar a la británica para ganar cierto respeto.

“[Herirla] sería una insignia de honor”, dijo Lindsay.

Para el ex alcaide, el brusco cambio en la vida de la acusada, que dejó atrás los palacios y mansiones para mudarse forzosamente a una de las instalaciones penitenciarias “más problemáticas” de EEUU, con un “historial único de mala conducta del personal”, también será difícil de procesar.

“Pasas de vivir una vida como Maxwell a estar de repente en una situación en la que te inspeccionan y haces que la gente revise las cavidades de tu cuerpo”, añadió.

Sin ir más lejos, en 2019, tres guardias de la prisión fueron condenados por agredir sexualmente a al menos seis internas. Ahora, además, en plena pandemia, se reveló que el MDC Brooklyn no cuenta con capacidad para realizar pruebas de COVID-19 a todos sus reclusos, que residen en espacios individuales de tres metros por cuatro metros, o en celdas gemelas compartidas.

MDC Brooklyn (Foto: REUTERS/Mike Segar)
MDC Brooklyn (Foto: REUTERS/Mike Segar)

Según el ex reo Gregory Cooper, a quien le concedieron el pasado 30 de abril “una liberación compasiva”, al salir a las áreas comunes de la prisión, no se cumple una distancia de seguridad para evitar la propagación del virus. Esto se debe a que únicamente les permiten salir media hora al día, tres veces por semana.

“No hay distancia social. Cuando dejan salir a todo el mundo durante 30 minutos, todos se congregan, todo el mundo está hablando”, explicó.

Desde el inicio de la pandemia, decenas de presos enfermaron por COVID-19 en el MDC Brooklyn. Motivo por el que el ex Secretario de Seguridad Pública de México, detenido por sus presuntos nexos con el narco, presentó una petición para salir de la cárcel.

Además de no cumplirse medidas preventivas, tampoco se mantiene la higiene necesaria. Así lo denunció Cooper, quien explicó que los baños desprenden un olor muy desagradable: “No hay tapas y no se están limpiando”. Además, se quejó de los problemas de ventilación en su celda.

La polémica por la mala gestión durante la crisis sanitaria, no es la única que ha sacudido al correcional en estos meses. Desde principios de junio, la prisión ha estado en la mira por la muerte del recluso de 35 años Jamel Floyd, que falleció después de que los guardias le rociaran el rostro con gas pimienta, lo que detonó una ola de protestas en el exterior de las instalaciones.

Aunque lo que ocurre en el interior de los muros de esta prisión federal es en gran parte un misterio, testimonios de los reos y hechos que salen a la luz la convierten en uno de los reclusorios con peor reputación del país.

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