A medida que aumentan los casos positivos de coronavirus en el condado de Miami-Dade, hay dos índices que preocupan: el porcentaje de positividad respecto de los tests totales y la capacidad en las terapias intensivas. Este viernes, la Florida reportó 11.433 casos positivos relativos a las últimas 24 horas, de los cuales 2.380 pertenecen a Miami-Dade.
Hasta ahora, la situación santiaria no era crítica porque los hospitales estaban trabajando con cierta normalidad. Esos días parecen haber quedado atrás. Según los últimos datos del Tablero de la Nueva Normalidad de Miami-Dade, las terapias intensivas están trabajando a más del 90 por ciento de su capacidad en este momento. Esto hace pensar que si no se frena el número de positivos, que eventualmente pueden terminar internados en una terapia intensiva, la situación pudiera pasar a ser crítica en cualquier momento.
Según la misma fuente, el porcentaje de positivos en el condado hoy es de 33,5 por ciento. Si se contemplan los últimos catorce días, el porcentaje de positivos con respecto al número de pruebas realizadas es del 24,28 por ciento. Se supone que, para tener una imagen representativa del alcance de la pandemia, el porcentaje de positivos no debería superar el 10 por ciento de los testeados.
Si los hospitales se quedan sin camas en las terapias intensivas, Florida podría fácilmente llegar a un punto similar al que se vivió en Nueva York semanas atrás. Quienes llegan a necesitar este nivel de cuidados tienen altas probabilidades de estar conectados a un respirador automático. Y según el departamento de salud estatal, el 40 por ciento de quienes deben ser conectados a respiración asistida fallecen.
Por ende, no sería raro ver un aumento en el número de fallecidos en las próximas semanas. El otro número a tener en cuenta son las camas de terapias intensivas para niños. En Miami-Dade hay 80 camas preparadas para cuidados intensivos pediátricos, sólo 20 están disponibles.
“El lunes el departamento de salud nos va a otorgar un conteo final de la situación de las terapias intensivas y de la disponibilidad de camas. En base a eso veremos si es necesario pedirle a las autoridades estatales y federales que nos envíen más recursos”, decía en su encuentro diario con la prensa el alcalde de Miami, Francis Suarez.
El estado de Florida confirmó que mandará 100 enfermeros extra al principal hospital público de Miami, el Jackson Memorial. El problema no es sólo la gran cantidad de trabajo que recae sobre los profesionales médicos, sino que muchos de ellos no pueden trabajar porque al estar tan expuestos al virus son una de las poblaciones con el más alto número de contagios.
El promedio de edad de quienes están resultando positivos con COVID 19 en Miami-Dade es de 43 años, por encima de la media estatal. Pero según los epidemiólogos el crecimiento exponencial de los contagios en gran medida se da porque una persona infectada suele pasarle el virus a toda su familia.
Con la información disponible hasta ahora, un 34 por ciento de la gente se contagió en su propia casa a través de un familiar. Lo que las autoridades se temen es que, por un lado esto haga que crezca el número de contagios muy rápido, y por otro, que pronto se empiece a ver gente de mayor edad contagiada por generaciones más jóvenes de una misma familia.
La buena noticia dentro de la gran incertidumbre es que hay posibilidades de aumentar la capacidad médica. Dentro de las mismas municipalidades se cuenta con la habilidad de montar hospitales de emergencia si fuera necesario, y a nivel estatal y federal estarían listos para enviar ayuda.
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