Peter Tsai: el creador de las mascarillas N95 que salió del retiro y ahora trabaja más de 20 horas al día en el combate al coronavirus

El especialista ha colaborado en la creación de métodos para esterilizar estos utensilios, así como en técnicas para el aumento de la producción

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(Video: Reuters)

El nombre de Peter Tsai se ha vuelto sumamente relevante para la comunidad médica, pues él fue el inventor de las mascarillas N95, las cuales son utilizadas por el personal de salud que es la primera línea de defensa en contra de la COVID-19 en los hospitales. Aunque se retiró hace un par de años, ahora trabaja incansablemente para contribuir a esta lucha mundial.

En 1995 patentó el material de filtración usado en las mascarillas desechables N95, pero tras el comienzo de la pandemia por coronavirus comenzó a recibir llamadas de laboratorios, empresas y trabajadores que buscaban los conocimientos de este hombre de 68 años, originario de Taiwán, y que actualmente vive en Knoxville, Tennessee.

Los principales asuntos por los cuales lo requerían eran saber una manera para aumentar la producción de mascarillas o incluso cómo esterilizarlas para su reutilización, pues en la actualidad se han convertido en un elemento crítico para los especialistas de la salud que se deben enfrentar al virus a diario.

Y es que estos productos, a diferencia de otros para la protección personal, son capaces de filtrar los contaminantes, por lo que son de las máscaras más útiles y protectoras que existe en el mercado. Es por ello que tras el crecimiento de casos, Tsai instaló un laboratorio en su casa, en donde ha probado diferentes métodos para desinfectar estos utensilios.

“Comencé a trabajar casi 20 horas al día”, declaró en una entrevista para el diario The Washington Post, donde agregó que no le importa tener que sacrificar el tiempo de su retiro, pues es una labor que realiza de manera voluntaria.

Ha probado distintos métodos y
Ha probado distintos métodos y uno de los más efectivos ha sido someter a calor los productos. (Foto: Nicholas Pfosi/Reuters)

De esta forma comenzó a realizar pruebas en las mascarillas para detectar una manera de esterilizarlas sin que sus mecanismos de filtración perdieran eficacia. Las hirvió, las coció al vapor, las horneó y las dejó a la luz del sol durante largos periodos y después realizó pruebas.

Uno de los hallazgos más relevantes que ha hecho, e incluso su hipótesis ha sido validada por los Institutos Nacionales de Salud, es que las mascarillas se pueden calentar a 158 grados Fahrenheit durante una hora utilizando un método de calor seco sin que su tecnología de filtración disminuya.

Durante este proceso, muchas compañías lo han buscado para obtener conocimientos de su parte. N95DECON, un grupo de científicos, ingenieros y clínicos, recurrió a él para encontrar un método de desinfección. Otro ejemplo es Oak Ridge National Lab, un laboratorio en Tennessee patrocinado por el Departamento de Energía de EEUU, el cual se puso en contacto para escalar la producción de máscaras.

En estos casos se ha mostrado abierto a la colaboración sin ningún tipo de condición. “El doctor Tsai estuvo inmediatamente dispuesto a colaborar con nosotros en nuestro esfuerzo contra la COVID-19″, comentó Merlin Theodore, director de la Instalación de Tecnología de Fibra de Carbono en el laboratorio al mismo medio.

Según esta fuente, su labor fue la de convertir la instalación de procesamiento de fibra de carbono en el laboratorio en una instalación de tela de filtración para generar la tecnología necesaria para las máscaras N95 y así acelerar la producción. Ahora, este laboratorio tiene la capacidad de producir material para 9,000 máscaras por hora.

Estas mascarillas han sido de
Estas mascarillas han sido de los productos más relevantes en la lucha de los doctores contra el coronavirus. (Foto: Issei Kato/Reuters)

Cabe mencionar que el esfuerzo de Tsai se ha replicado en este panorama donde la salud pública se ha visto comprometida, pues Oak Ridge ha compartido sus enseñanzas con otros socios de la industria con el fin de que el material de filtración se distribuya ampliamente.

A finales de abril habló sobre la labor que ha hecho durante esta pandemia en un video publicado por la agencia de noticias Reuters, en donde explicó: “No sabía que esto pasaría, llegó de repente, así que no tengo tiempo de sentir algo. Simplemente me siento obligado a ayudar a las industrias y de dar información acerca de cómo esterilizar las máscaras”.

Peter Tsai estudió ingeniería de fibra química en el Instituto Provincial de Tecnología de Taipei y después de graduarse tomó un trabajo en el Instituto de Investigación Textil de Taiwán, de acuerdo con información del diario Focus Taiwan.

Luego se inscribió en un doctorado en la Universidad de Kansas State, en donde tomó 500 créditos en clases de matemáticas, física y química, aun cuando únicamente necesitaba de 90 para graduarse, según la misma fuente.

Al terminar sus estudios, Tsai se convirtió en un investigador en la Universidad de Tennessee. Fue donde, en 1992, lideró un equipo que desarrolló la tecnología de carga electrostática, también llamada carga de corona, la cual es utilizada para filtrar las partículas no deseadas y se usa en las mascarillas médicas N95.

Tsai se mostrado con toda
Tsai se mostrado con toda la disposición para colaborar en la creación de métodos en relación a estos elementos. (Foto: Nicholas Pfosi/Reuters)

Si bien Tsai se retiró el año pasado, la decisión de regresar al trabajo no sorprendió a sus colegas, quienes lo han descrito como una persona que resuelve los problemas que se le presentan, además ser alguien que puede responder a dudas incluso en los horarios para dormir.

“Tenemos conversaciones a altas horas de la noches y prácticamente en cualquier momento. Siempre se pone a disposición”, comentó Theodore al Post, enalteciendo sus características de contribución ante una situación tan apremiante como la actual, la cual se suma a otras que compañeros han mencionado, como que es una persona que no busca compensaciones.

A él lo inspira el querer ayudar, el hacer una diferencia y el resolver un problema. Y estamos muy orgullosos de él y su trabajo”, dijo a Reuters Jenny Terpenny, la decana de la facultad de Ingeniería de la Universidad de Tennesse.

Aunque los los colegas de Tsai han bromeado que a raíz de la emergencia sanitaria pudo haber ganado mucho dinero, él ha recalcado que lo más importante son las vidas: “Si pudiera elegir, preferiría salvar 100 millones de vidas que ganar 100 millones de dólares”.

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