Para el FBI y la Fiscalía de Nueva York, Ghislaine Maxwell fue una figura central en los aberrantes abusos sexuales de Jeffrey Epstein, el fallecido magnate pedófilo. Para los investigadores fue su mejor amiga, su novia por un tiempo, la encargada de manejar todos sus asuntos, incluso los más asquerosos.
Su arresto puso fin a casi un año de especulaciones sobre su paradero tras la muerte de Epstein en una cárcel de Nueva York el verano pasado; algunos informes habían sugerido que estaba en Los Ángeles, otros que se había trasladado a París.
Esta semana, finalmente, será trasladada a Nueva York para responder ante la Justicia por su supuesta participación en la trama de abusos sexuales a menores en torno al financiero, que se suicidó en prisión el pasado año. Así lo decidió una jueza federal de New Hampshire ante la que Maxwell compareció de forma virtual como consecuencia de la pandemia del coronavirus.
Maxwell está acusada por la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York de “ayudar” a Epstein a “explotar y abusar sexualmente de múltiples” niñas entre 1994 y 1997, además de mentir a la Justicia sobre el asunto. La Fiscalía, por ahora, ha pedido que quede detenida sin derecho a fianza dado que plantea un “riesgo de fuga extremo”. En un documento, la fiscal en funciones del Distrito Sur de Nueva York, Audrey Strauss, que anunció los cargos contra Maxwell unas horas antes, señaló que la acusada tiene “tres pasaportes, grandes cantidades de dinero, amplias conexiones internacionales y absolutamente ninguna razón para quedarse en EEUU y afrontar la posibilidad de una larga sentencia”.
Durante el fin de semana, surgieron imágenes de Maxwell y el actor estadounidense Kevin Spacey sentados en los tronos de la Reina Isabel II y el Duque de Edimburgo durante una visita al Palacio de Buckingham en 2002. Maxwell es una amiga cercana del Príncipe Andrew, que visitó a Epstein en sus casas en Nueva York y en otros lugares, amistad que hoy se transformó en la peor pesadilla de la monarquía.
En una entrevista con el programa australiano del Canal Nueve 60 Minutos, Virginia Giuffre, una de las víctimas, dijo que el príncipe Andrés “debería entrar en pánico” tras el arresto de Maxwell. “A Ghislaine no le importa nadie más que Ghislaine”, advirtió. La cruda descripción abre la puerta para que los ricos y poderosos que se codeaban con Epstein empiecen a temblar.
Por la gravedad de las acusaciones, su arresto se transformó en un asunto sensible. Ahora se conocieron detalles de ese espectacular operativo.
La policía tuvo que utilizar tenazas para romper la cerradura de la puerta de metal que conduce a la propiedad aislada de la sospechosa. Uno de los oficiales reveló: “Condujimos a gran velocidad por el camino de entrada en un convoy y digamos que no tocamos cortésmente la puerta. Fue aplastada”. En declaraciones al medio británico The Daily Mail, la fuente agregó que “Maxwell estaba levantada y vestida, en la sala, con pantalones de deporte y una blusa. Extrañamente no parecía tener mucha reacción”. “La esposaron rápidamente. Fue detenida en cuestión de segundos”.
Los vecinos vieron aviones sobrevolar la propiedad durante horas, lo cual fue parte de una estrategia que la policía utilizó para garantizar que la sospechosa no huyera antes del arresto.
“Escuché ruidos y lo que primero pensé fue que era un avión paracaidista, básicamente un motor con asiento y paracaídas, que es común por aquí. Escuchas uno durante diez minutos y luego se van. Pero esto siguió y siguió. Salí a cargar mi camioneta a las 7 de la mañana y el avión todavía estaba en marcha, pensé, ‘¿qué diablos está haciendo este tipo girando de un lado a otro?’ miré a través de los árboles y vi un pequeño avión tipo Cessna en lo alto dándo vueltas en un amplio círculo”, reveló un testigo. Y agregó: “Entonces vi otro avión, así que había dos de ellos, de lados opuestos formando un círculo a gran altitud y giraban de un lado a otro. Más tarde me di cuenta de que tenía que ser el FBI asegurándose de que no se fuera antes de que el equipo de la redada llegara allí”.
De hecho, ahora se supo que la policía había “estado detrás de Maxwell” durante casi un año, desde que Jeffrey Epstein se suicidó en prisión antes de su juicio por cargos de tráfico y prostitución infantil. “Esto ha significado millones de dólares y cientos de horas. Al menos cinco millones de dólares, tal vez más”, dijo otra fuente a la publicación. “El FBI la ha estado rastreando durante un año. La tuvieron, luego la perdieron, estaba en Colorado y Wyoming y luego la perdieron hasta que apareció en New Hampshire, ha sido un juego de alto riesgo de gatos y ratones”.
“Tuvieron que construir un caso y ponerlo frente a un gran jurado. Estas cosas llevan tiempo. Se escabulló de la red una vez, pero tan pronto como el jurado regresó con una acusación hace diez días, se puso en marcha de nuevo”, explicó.
Ella niega las acusaciones y se sabe que su equipo de defensa está “preparándose para la guerra. " Han tenido un año para anticipar esto, ella tiene dinero para contratar al mejor equipo legal. Anticipábamos que llegaría este día, ella está en la pelea de su vida y no se va silenciosamente, insiste en que es inocente y siempre lo ha sido”, agregó la fuente.
Hacia donde irá esa investigación es incierto, al menos para el público. Maxwell podría optar por no oponerse a los cargos y podría aceptar cooperar en la investigación de EEUU, abriendo nuevas vías de indagación para el Gobierno.
El principe Andrés, playboy de la familia real británica caído en desgracia
“Hijo predilecto” de la reina Isabel II, el príncipe Andrés fue visto durante años como un playboy y militar valiente, pero su vida está salpicada de controversias y acabó cayendo en desgracia por su amistad con el fallecido Jeffrey Epstein. El Duque de York, de 60 años, héroe de la guerra de las Malvinas (1982) en la que luchó a los 22 años como piloto de helicóptero, vio su reputación comprometida y ahora corre el riesgo de enfrentarse a un nuevo alud de revelaciones y acusaciones.
En el punto de mira por su relación con el financiero estadounidense quien, acusado de explotar sexualmente a niñas menores de edad durante años se suicidó en prisión, Andrés vio como la detención el jueves de la británica Ghislaine Maxwell volvía a sacar su nombre a la luz: los investigadores estadounidenses insisten en interrogarlo.
En documentos judiciales publicados en agosto de 2019, una mujer, Virginia Roberts, afirmó que fue coaccionada por Eptsein para mantener relaciones sexuales con el príncipe Andrés cuando ella tenía 17 años. El duque de York siempre ha negado estas acusaciones y trató de defenderse en noviembre en una entrevista televisada con la BBC que se convirtió en un verdadero fiasco. El príncipe, octavo en el orden de sucesión al trono británico, se mostró arrogante y carente de compasión por las presuntas víctimas de Epstein.
Amistades peligrosas
Nacido el 19 de febrero de 1960 en el Palacio de Buckingham, diez años después que su hermana, la princesa Ana, Andrés es el tercer hijo de la reina Isabel II y del príncipe Felipe. Niño fácil y lleno de entusiasmo, se dice que es el “hijo predilecto” de la monarca. En su juventud fue uno de los solteros más codiciados y multiplicó las conquistas antes de casarse, en 1986, con Sara Ferguson. La reina le concedió el título de duque de York.
Dos hijas nacieron de esa unión, las princesas Beatriz (1988) y Eugenia (1990), pero el matrimonio no duró. A pesar de su divorcio, en 1996, Andrés y Sara afirmaron seguir siendo “los mejores amigos del mundo” y la duquesa recientemente salió en su defensa. Tras su separación, el príncipe Andrés fue visto junto a mujeres con los pechos descubiertos de vacaciones en Tailandia o participando en una fiesta sobre el tema “prostitutas y proxenetas” en Estados Unidos junto a Ghislaine Maxwell.
Después de 22 años en la Armada, el duque de York se convirtió en el representante especial del Reino Unido para el comercio internacional, pero fue sumamente criticado por sus elevados gastos a expensas de los contribuyentes.
Sus relaciones con el yerno del ex presidente tunecino Ben Ali, el hijo del difunto dictador libio Muamar Gadafi y un sulfuroso multimillonario kazajo ya eran vistas con malos ojos, pero en 2011 salieron a la luz sus vínculos con Epstein, condenado en 2008 por conducir a las niñas a prostituirse.
Una foto muestra al príncipe Andrés abrazando a una jovencísima Virginia Roberts, en otra se lo ve paseando por Central Park con Epstein, en diciembre de 2010, un año después de su puesta en libertad. Esta relación fue “imprudente” reconoció el príncipe en noviembre. Pero unos días antes, durante una entrevista televisada, explicó que el financiero le había permitido conocer a gente interesante.
En palabras aún más torpes, el duque de York juzgó simplemente “inapropiado” el comportamiento de su amigo.
Muy discreto desde que se retiró de la vida pública por el escándalo, ha aparecido unas cuantas veces junto a su madre y fue fotografiado envolviendo magdalenas para un hospicio con Sarah Ferguson durante el confinamiento.
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