La sesión de fotos de recién casados de una pareja en una playa del estado de California se aguó luego de que una ola los tomara por sorpresa y arrastrara al Océano Pacífico.
Las imágenes muestran como ambos posan sonrientes ante una cámara -que se encuentra fuera de la toma- desprevenidos de la magnitud de la corriente que se acerca a ellos.
Ambos integrantes de la pareja cayeron al agua -con sendos atuendos de boda- pero rápidamente llegaron autoridades para auxiliarlos: un camión de bomberos del condado de Laguna y guardavidas de la playa.
Los miembros del departamento de bomberos les arrojaron tubos de rescate para que se agarraran de ellos, mientras los guardavidas acudían a la zona en la que se encontraban. Las imágenes muestran como al menos dos de ellos trabajan juntos para llevar a la mujer a la orilla.
Ninguno de los dos miembros de la pareja sufrió heridas mayores como consecuencia del hecho, reportaron medios locales.
Las posibilidades de que la situación vuelva a tener lugar en los próximos días son significativamente menores, considerando que las autoridades planean cerrar las playas públicas ante la celebración del 4 de julio como consecuencia del incremento de casos de coronavirus en el país.
La decisión es parte de un plan más amplio de restricciones. Es que en un período de dos semanas que terminó el pasado lunes, los casos confirmados de coronavirus en California subieron 45 por ciento a casi un cuarto de millón, y las hospitalizaciones aumentaron 52% a 5.077. Unos 500 pacientes más estuvieron lo suficientemente enfermos para requerir cuidados intensivos, lo que eleva el total de pacientes en terapia intensiva en el estado a 1.528.
En consecuencia, el gobernador Gavin Newsom ordenó el miércoles el cierre de bares, viñedos, museos, salas de cine y la suspensión de servicio dentro de restaurantes en casi todo el estado por tres semanas, suficiente tiempo para determinar si esas acciones contienen de nuevo la diseminación del virus.
La orden de Newsom afecta Los Ángeles y otros 18 condados en los que viven casi tres cuartas partes de los 40 millones de habitantes del estado. La mayoría del sur de California está incluida en la orden, aunque no San Diego, cuya situación es más auspiciosa.
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