En su lucha por la inclusión, los miembros de la comunidad LGBTQ+ han sido determinados y no se han rendido: buscan un lugar en la sociedad y si no existe, lo crean. Tal fue el caso de Carlos Samaniego, quien fundó la primera banda de mariachi LGBTQ a nivel mundial.
Samaniego es un hombre originario de Los Ángeles, California y es intérprete de música de mariachi, pero sufrió discriminación debido a su orientación sexual, ya que es abiertamente gay.
Como nunca encontró un lugar en donde se pudiera sentir cómodo con todos sus gustos, decidió crearlo. Fue de esta manera que formó Mariachi Arcoiris, un grupo al que se unieron diversos miembros de la comunidad LGBTQ.
“A lo largo de los años he experimentado mucha discriminación, se burlaban de mí en varios grupos. No me permitían estar en varios grupos porque soy abiertamente gay, así que decidí crear Mariachi Arcoiris en 2014. Ellos son músicos como yo, dentro de la comunidad LGBTQ que, cuando nos juntamos, interpretamos música de mariachi en un espacio seguro”, explicó el mariachi a ABC 13.
De acuerdo a su perfil en línea, la banda angelina dio un lugar a la primera mujer transgénero mariachi, Natalia Melendez. Poco a poco han ganado más popularidad y muchos más trabajos, pues incluso han tocado para el Orgullo de Los Ángeles y de Long Beach, el Orgullo Transgénero y más festejos de la comunidad.
“Ha crecido mucho. Grabamos nuestro primer álbum y nos invitan a hacer estas cosas maravillosas y maravillosas como El Grito (una celebración del Día de la Independencia de México) en el ayuntamiento del centro de Los Ángeles”, explicó el director.
Melendez por su parte, comentó que hacer música era algo que le llegó de manera muy natural y cuando era muy joven, debido a que toda su familia es música. No obstante algo que también sabía es que era una mujer “atrapada en el cuerpo de un hombre”.
“Vengo de una familia llena de músicos. Me enamoré de la música a los 7 años. Y a los 8 años, comencé a tocar el violín. A muy temprana edad, sabía que era diferente. Sabía que era una mujer atrapada en un cuerpo masculino. Quería ser como mis otras amigas que eran mujeres, tocando música de mariachi, y no podía hacer eso [...] Al principio fue una lucha el poder aceptar mi nueva identidad. Al ver cçomo el público y la sociedad se adapto a mí, fue muy difícil”, narró Meléndez.
Ahora el grupo es más aceptado y conocido ya que ha tocado en vivo para televisoras como Univisión. La cantidad de sus miembros también ha aumentado, pues de ser un grupo conformado por cinco personas, ahora son 11 los músicos.
“Nos hemos convertido en un modelo a seguir para otros músicos queer en el mundo del mariachi. Nos hemos convertido en un modelo a seguir para las personas que están en estos trabajos tradicionalmente masculinos”, agregó el director.
Sin embargo, no solamente quieren ser recordados como un grupo LGBT, ya que también están representado a la cultura mexicana, y al final del día, lo que habla por ellos es la calidad de su música.
“Por encima de ser LGBT, ante todo somos músicos. Somos músicos de mariachi. Representamos una cultura y una tradición de México. Lo bien que tocamos es lo bien que podemos representar a nuestra comunidad. Debemos actuar al más alto nivel posible. Así es como vamos a defendernos de las personas que hablan mal del mariachi, simplemente decimos: ‘Somos tan buenos, sino mejores, que muchos otros grupos’”, sentenció Samaniego.
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