El gobierno de los Estados Unidos sancionó este jueves a tres ciudadanos y dos compañías mexicanas por sus vínculos con el régimen venezolano. En concreto, las medidas de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) alcanzan a Verónica Esparza Garcia, su hija Olga María Zepeda Esparza y Joaquín Leal Jiménez, así como las empresas Libre Abordo y Schlager Business Group, dedicadas al intercambio de comida y agua potable por petróleo.
Esparza García es al mismo tiempo copropietaria de Libro Abordo, junto a su hija, y gerenta de Schlager, dos empresas vinculadas entre sí que estaban siendo investigadas por Estados Unidos desde hace meses por presuntamente violar las sanciones contra la exportación de petróleo por parte del régimen venezolano, según informó el periódico ABC.
A finales de 2019, indicó ese mismo medio, ambas empresas ya habían comprado 15 millones de toneladas de crudo venezolano a cambio de 210.000 toneladas de maíz y 1.000 tanques de agua potable, sin que mediera dinero por el intercambio.
Leal Jiménez, en cambio, es acusado de participar de este intercambio de petróleo por comida como corredor, y de mantener vínculos con el empresario colombiano Alex Saab, presunto testaferro del dictado venezolano Nicolás Maduro.
Una larga investigación y un vacío legal
Con pocas compañías petroleras establecidas dispuestas a comprar petróleo directamente de Venezuela por temor a provocar al presidente estadounidense Donald Trump, Libre Abordo y Schlager Business Group, surgieron recientemente como los principales intermediarios para el crudo de PDVSA.
Las empresas dijeron a la agencia Reuters que firmaron un acuerdo con el gobierno de Maduro para suministrar bienes, incluyendo maíz y camiones cisternas para agua, a cambio de petróleo, que luego revenderían.
La Oficina Federal de Investigaciones de Estados Unidos había estado investigando a las dos compañías, entre otras, como parte de una pesquisa sobre posibles violaciones a las sanciones a PDVSA, según tres personas familiarizadas con el asunto. Esta investigaciones derivaron en las sanciones anunciadas este jueves.
Las firmas mexicanas dijeron que el intercambio de alimentos por petróleo está permitido por las sanciones, siempre que no lleguen pagos en efectivo al gobierno de Maduro. Las compañías dijeron no tener conocimiento sobre investigaciones de Estados Unidos a sus actividades.
Libre Abordo se declaró en quiebra el 31 de mayo. Dijo que su acuerdo con Venezuela había quedado suspendido por Maduro y que fue objeto de una campaña internacional de presión, dirigida por Washington.
El 11 de febrero, el tanquero de bandera panameña Athens Voyager cargó unos 700.000 barriles de crudo en el noroeste de Venezuela, según datos de Refinitiv Eikon. Su cliente era Libre Abordo, según un documento interno de PDVSA visto por Reuters.
El domingo 5 de abril, el Athens Voyager completamente lleno llegó a su destino: el centro para transferencias de Linggi, frente a la costa de Malasia. Allí trasvasó su carga a un buque con bandera de Liberia llamado Loyalty A el 17 de abril.
La firma operadora del Athens Voyager, Chemnav Shipmanagement Ltd, con sede en Grecia, dirigió la solicitud de comentario al propietario del barco, Afranav Maritime Ltd, con sede en las Islas Marshall.
El 2 de junio, la Tesorería de Estados Unidos anunció sanciones contra Afranav Shipmanagement por su supuesto rol en el comercio de petróleo venezolano. Dijo que el Athens Voyager había cargado petróleo en puertos venezolanos hasta mediados de febrero.
En un correo electrónico enviado a Reuters el 8 de junio, Libre Abordo confirmó que el petróleo transportado a bordo del Athens Voyager estaba registrado a su nombre. El 10 de junio, Libre Abordo dijo además que la documentación de origen reflejaba que el crudo provenía de Venezuela. La compañía dijo que envió el petróleo a Malasia, donde fue descargado a otro barco a instancias del cliente final, cuyo nombre no revelaría.
Según los datos de Refinitiv Eikon, el buque receptor, el Loyalty A, se encuentra actualmente en camino a Qingdao, China.
Con información de Reuters
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