Después de varias décadas el caso conocido como Golden State Killer puede llegar a su fin en las próximas semanas. Según consigna Los Angeles Times, que cita a varias fuentes, el ex policía acusado de aterrorizar a California con violaciones y asesinatos, Joseph James DeAngelo, aceptó declararse culpable en un acuerdo que le permitiría evitar la pena de muerte.
De esta manera, se espera que el acusado, de 74 años, admita que fue responsable de 13 asesinatos y otras tantas violaciones ante un tribunal de Sacramento.
Sin embargo, esas fuentes indicaron que DeAngelo accedió a admitir decenas de crímenes por los que no se le acusa, incluyendo violaciones, por las que el estatuto de limitaciones ha expirado. Las víctimas de algunos de los crímenes en el caso expresaron tanto alivio como frustración.
“Estoy agradecido de que lo hayan atrapado, pero el hecho es que ya ha vivido una vida plena", manifestó Victor Hayes, que tenía 21 años cuando él y su novia de 17 años fueron atacados mientras estaban en la cama una noche de septiembre de 1977, en un suburbio al este de Sacramento. Alertados por el terror que sacudía a East Sacramento, la zona preferida del criminal, habían colocado barras de madera en ventanas y puertas para evitar que “The Golden State Killer” irrumpiera mientras dormían. También tenían un revólver escondido entre el colchón y una escopeta cargada y lista para repeler al asesino.
Sin embargo, esa noche, el criminal ingresó a la vivienda enmascarado, ató y amenazó a Hayes, y luego arrastró a su novia a otra habitación y la violó varias veces antes de huir.
En ese momento, DeAngelo trabajaba a tiempo completo como oficial de policía de la ciudad de Auburn, situada en las afueras del norte de California. El cuerpo policial lo despidió en 1979 luego de que lo atraparan robando un martillo y un repelente para perros de una ferretería. Meses después, el hombre comenzó una serie de asesinatos en el sur de California.
Sin embargo, el asesino de Golden State -como es conocido por la prensa internacional- logró evadir a las autoridades durante mucho tiempo. Los años -las décadas- pasaban y ni las policías locales ni estatales ni tampoco el FBI podían dar con el asesino serial. Incluso en junio de 2016 la oficina federal ofreció una recompensa para quien aportara algo de información sobre el hombre que, para entonces, tendría -según los cálculos de los investigadores- entre 65 y 75 años.
De acuerdo con el perfil trazado por el FBI, The Golden State Killer tendría esa edad, sería blanco, de alrededor de 1,80 metros, rubio o castaño claro y de contextura atlética. ¿Pudo estar entrenado en técnicas militares? Era muy probable. De hecho, esa información se confirmó cuando dieron con él: había sido policía.
Finalmente, el 25 de abril de 2018 fue detenido tras más de 40 años de estar burlándose de las autoridades. El ex policía fue aprehendido en su casa de Citrus Heights, a pocos kilómetros al norte de Sacramento.
Al conocerse la noticia sobre su detención, los medios norteamericanos estallaron con crónicas en las que se relataba cómo había masacrado a doce personas y violado a más de 50. Su historial era macabro y ya podían ponerle un nombre completo a quien durante cuatro décadas llamaron Golden State Killer.
Al momento de la detención de DeAngelo, la fiscal del caso Anne Marie Schubert reveló que la policía de Sacramento logró atrapar al “Golden State Killer” gracias a páginas de internet de genealogía.
Steve Grippi, adjunto de Schubert, confirmó que los investigadores detectaron al presunto asesino a través de muestras de ADN tomadas de las escenas de los crímenes, las cuales compararon con perfiles genéticos publicados en páginas web como Ancestry y Genealogy.
Los investigadores buscaron en los árboles genealógicos de las familias cuyo ADN se aproximaba a las muestras tomadas, hasta que se centraron en Joseph DeAngelo, quien había vivido en la zona donde ocurrieron varias de las violaciones en los suburbios de Sacramento y tenía la edad que se sospechaba era la del agresor.
Una vez confirmado esto, la policía lanzó un operativo de vigilancia para recuperar muestras de ADN de DeAngelo y hacerlas analizar. Luego de obtener los resultados, la policía ordenó el arresto del sospechoso.
El también llamado “East Area Rapist” (violador de la zona este) y “Original Nightstalker” (primer acosador de la noche) entraba, según el FBI, a las casas en la noche y amarraba a sus víctimas mujeres, violando a muchas de ellas, como el caso de la novia de Hayes. La edad de sus víctimas eran dispares. Se hallaban entre los 12 y los 41 años.
Entre sus víctimas siempre había una mujer. No importaba si viviera sola, con sus hijos o con sus maridos. El patrón se repetía siempre. DeAngelo atacaba de noche.
Algunos de sus crímenes
El historial de DeAngelo es truculento. El 2 de febrero de 1978, Brian Maggiore y su esposa Katie decidieron dar una caminata nocturna con su perro por Rancho Cordova, el vecindario en el cual vivían. Fue allí cuando fueron sorprendidos por The Golden State Killer. Fueron perseguidos y asesinados, de acuerdo con los registros del FBI, que tomó el mando de la investigación desde entonces.
Además de matar y violar, DeAngelo también robaba viviendas del Área de la Bahía de San Francisco. De ellas intentaba llevarse objetos pequeños, pero de gran valor, como joyas, monedas de oro y cualquier otra cosa que encontrara.
Pese a que fue imposible de rastrear durante 40 años, sus ataques tenían una similitud: encandilaba con una linterna a sus víctimas mientras sostenía un arma o un cuchillo. Nunca podrían reconocerlo. Siempre llevaba una tenebrosa máscara. Luego las ataba con una cuerda. Por lo general lo hacía con cordones de los propios zapatos de las víctimas, que luego se llevaba.
Según los testigos que pudieron sobrevivir a su brutalidad, DeAngelo siempre hablaba con los dientes apretados, distorsionando su voz, para que no pudieran reconocerlo en caso de una ronda de identificación o de un interrogatorio.
Cuando irrumpía en una vivienda, violaba a sus dueñas y parecía un tornado haciendo un saqueo absoluto. Barría con todo en busca de lo más valioso. También su lado sádico se evidenciaba tras finalizar su tarea. En algunos casos, permanecía durante horas después del ataque en las casas violentadas e incluso cocinaba comidas.
MÁS SOBRE ESTE TEMA: