Los consumidores estadounidenses se mostraron inesperadamente confiados en junio, luego de que los estados comenzaran a revertir los cierres que habían decretado por el coronavirus y algunos trabajadores desempleados volvieran a sus puestos de trabajo. El índice de confianza que mide la Universidad de Michigan saltó a 78,9 desde 72,3 en mayo, mucho mejor de lo que los economistas habían anticipado.
“El sentimiento de los consumidores registró su segunda ganancia mensual a principios de junio, al ritmo del optimismo en las perspectivas de las finanzas personales y las perspectivas más favorables para la economía nacional debido a la reapertura”, dijo Richard Curtin, economista jefe de la Encuesta de Consumidores.
“El cambio de rumbo se debe en gran medida al renovado crecimiento del empleo, con más consumidores que esperan una disminución en la tasa de desempleo que en cualquier otro momento de la larga historia de las encuestas de Michigan”. El índice de las condiciones económicas actuales subió al 87,8% desde el 82,3% de mayo, mientras que las expectativas de los consumidores subieron más de siete puntos hasta el 73,1 por ciento.
La mayor economía del mundo está atravesando un proceso de reapertura, y los estados están suavizando los cierres impuestos a mediados de marzo para detener la propagación del virus, que provocaron decenas de millones de despidos. Se atribuye a la reapertura y al programa de ayuda del gobierno a las pequeñas empresas la adición de 2,5 millones de puestos de trabajo en mayo y la reducción de la tasa de desempleo a un todavía elevado 13,3 por ciento.
Pero el virus ha resurgido en algunas partes del país, que ha visto el peor brote del mundo con casi 114.000 muertes. Aunque los consumidores esperan que las cosas mejoren, Curtin dijo que pocos anticipan un regreso a la normalidad “en cualquier momento”. Los consumidores esperaban que el coronavirus causara otra caída, y que el desempleo persistentemente alto frenará la recuperación. “Dos tercios de los consumidores siguen esperando malos momentos financieros en la economía en su conjunto durante el próximo año".
Ian Shepherdson, de Pantheon Macroeconomics, advirtió que el fin de los beneficios de desempleo ampliados en el billonario plan de estímulo aprobado por el Congreso para amortiguar el golpe del virus podría revertir el progreso realizado en las últimas semanas. “Estos beneficios están programados para expirar a finales de julio... en cuyo momento la confianza podría fácilmente volverse atrás, porque millones de personas seguirán sin trabajo”, dijo.
Las nuevas solicitudes de ayuda por desempleo volvieron a bajar en junio, pero se mantuvieron elevadas. Fueron 1.542.000 millones en la semana terminada el 6 de junio, informó este jueves el Departamento de Trabajo, un número que lleva el total a 44,2 millones desde las medidas tomadas para evitar el avance de la pandemia de coronavirus.
Esta cifra semanal está en línea con las expectativas de los analistas, que estimaban unos 1.525.000 de nuevas demandas de desempleo en la semana del 31 de mayo al 6 de junio. Si bien las solicitudes han disminuido desde que alcanzaron la cifra récord de 6.867 millones a fines de marzo, son tres veces más que en el pico de la Gran Recesión de 2007-2009. Aún así, el informe sugiere que lo peor ya ha pasado para el mercado laboral.
Con información de AFP
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