La alcaldesa de Washington rebautizó una calle frente a la Casa Blanca como “Black Lives Matter Plaza” e hizo pintar el eslogan en enormes letras amarillas en el asfalto, en una aparente recriminación por la respuesta militarista de Donald Trump a las protestas por la brutalidad policial en Estados Unidos.
Muriel Bowser tuiteó el viernes imágenes de una sección de la calle 16 de la capital de Estados Unidos con un mensaje para Breonna Taylor, una mujer negra asesinada por la policía de Louisville, en Kentucky, que ha inspirado protestas en todo el país junto con George Floyd, que murió el 25 de mayo bajo custodia de la policía de Minneapolis.
"Breonna Taylor, en tu cumpleaños, mantengámonos firmes con decisión", escribió Bowser. "Decisión para hacer de Estados Unidos el lugar que debería ser".
Bowser y Trump están en desacuerdo sobre el uso que el presidente hizo de las agencias federales y de la policía militar para disolver una protesta el lunes por la noche, para así poder tener una sesión fotográfica frente a una iglesia cerca de la Casa Blanca. “Queremos a las tropas fuera del estado y de Washington, D.C.”, dijo Bowser en una conferencia de prensa el jueves.
El viernes, la ciudad también instaló un letrero con la leyenda: “Black Lives Matter Plaza” (Plaza de las vidas negras importan).
Utilizando rodillos y cubos de pintura amarilla, con pinceles para afinar los bordes de las letras, un grupo de trabajadores de la ciudad y artistas locales -hombres y mujeres, de diferentes razas y edades, algunos con rodillos, otros con botas de trabajo- pintaron la calle. Muchos sudaban bajo el cálido sol.
Las letras y una imagen de la bandera de la ciudad abarcan lo ancho de la Calle 16ma hacia el norte de la Plaza Lafayette. El mural termina cerca de la Iglesia Episcopal de St. John.
Trump volvió a aconsejar el viernes a algunos gobernadores estatales que llamen a la Guardia Nacional. “Tienes que dominar las calles. No puedes dejar que lo que está sucediendo, suceda”, dijo el republicano. Las protestas en todo el país, en su mayoría pacíficas, han derivado a veces en vandalismo, saqueos y enfrentamientos entre la policía y los manifestantes.
El pasado fin de semana la Policía empleó balas de goma y gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes frente a la Casa Blanca cuando algunos lanzaron botellas de agua y ladrillos contra las barreras de las fuerzas de seguridad. También se incendiaron coches y se rompieron ventanas de edificios de oficinas en las manzanas colindantes con la Casa Blanca.
Precisamente desde el jueves se ha levantado una nueva valla en el perímetro de la Casa Blanca que se suma a la de 2,5 metros que se levantó en la plaza Lafayette previamente. Los parques que rodean a la sede presidencial, normalmente accesibles, están ahora cerrados al público y seguirán así al menos hasta la semana próxima.
Con información de AP y Reuters
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