La tranquilidad volvió a Nueva York este martes luego de los disturbios y saqueos que se produjeron el lunes por la noche en la mítica Quinta Avenida en medio de las protestas por la muerte de George Floyd.
Mientras la ciudad volvía, de a poco, a la normalidad tras semanas de confinamiento por el coronavirus, en las últimas horas se vivieron momentos de tensión por los disturbios y actos de vandalismo de algunos manifestantes, pese al toque de queda decretado por las autoridades.
Tras lo sufrido el lunes por la noche, reconocidas tiendas decidieron cubrir las vidrieras con paneles de madera para evitar nuevos saqueos. Asimismo, la catedral de San Patricio permaneció durante la tarde custodiada por la policía neoyorquina.
En medio de la relativa calma, durante la jornada del martes se registró poco movimiento de gente y automóviles.
En otra noche de protestas por la muerte de George Floyd a manos de la policía, decenas de personas tomaron el lunes por la noche una de las zonas más emblemáticas de Nueva York, la Quinta Avenida, rompiendo las vitrinas de algunos negocios y realizando saqueos.
La policía de Nueva York se enfrentó con los manifestantes, pero poco pudo hacer para que tiendas como The Nintendo Store, Michael Kors, Kate Spade y Barnes and Noble, entre otras, fueran saqueadas. También se presentaron choques entre las autoridades y los vándalos cerca al Rockefeller Center y cerca de Union Square.
Por este motivo, la ciudad de Nueva York impuso el lunes un toque de queda a partir de las 11 de la noche para evitar más destrozos. Con el toque de queda hasta las 5 de la madrugada, Nueva York se suma a otras ciudades del país que han impuesto ese tipo de medidas tras días de violencia. La limitación al movimiento de más de 8 millones de personas se lleva a cabo luego de meses de restricciones impuestas a causa de la pandemia de coronavirus.
El alcalde Bill de Blasio y el gobernador Andrew Cuomo dijeron que los brotes de violencia —que dejaron tiendas saqueadas, vehículos policiales quemados y otros daños en algunas partes de la ciudad— no les dejaban otra opción, incluso cuando insistieron que apoyaban a la multitud de manifestantes pacíficos que han protestado durante días contra la brutalidad policial y la injusticia racial.
“No podemos dejar que la violencia desvirtúe el mensaje de este momento”, afirmó De Blasio en un comunicado. Por su parte, Cuomo culpó a “la gente que está tratando de distraer y desacreditar” las protestas, y dijo que no se les podía permitir poner en peligro la seguridad pública.
Además de saqueos, algunos manifestantes también quemaron patrulleros de la policía y dañaron diferentes estructuras de la vía pública.
Este martes, el presidente Donald Trump, quien el lunes pidió a los gobernadores aplicar manos dura contra los violentos, expresó su rechazo a lo sucedido en Nueva York. El mandatario dijo que la ciudad quedó sometida a los saqueadores y a la “izquierda radical”.
“Nueva York se perdió ante los saqueadores, matones, la izquierda radical y otras formas de pordioseros y escorias”, escribió el presidente en su cuenta de Twitter.
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