En el día en que Estados Unidos se convirtió en el primer país en registrar más de 100.000 muertes por Covid-19, la cantidad diaria de decesos volvió a repuntar de manera significativa en el país. En concreto, se registaron 1.521 nuevos fallecimientos, más del doble de los 691 de la víspera. El total asciende a 100.396, de acuerdo con el último conteo de la universidad Johns Hopkins.
La cifra es, con creces, la mayor a nivel global. Casi triplica los más de 37.500 reportados por el Reino Unido, segundo en la lúgubre lista.
La cantidad de contagios, en tanto, se acerca a los 1,7 millones. También es la más alta del mundo y más que cuadruplica los casi 400.000 reportados por Brasil, nuevo epicentro de la pandemia. La pandemia más letal en la historia del país fue la gripe de 1918, en la que aproximadamente 675.000 estadounidenses perdieron la vida.
La primer muerte reconocida por el gobierno federal tuvo lugar el 26 de febrero (meses después, autoridades sanitarias de California confirmaron una el 6 de ese mes). Durante dos meses la curva vio un crecimiento exponencial: el 26 de marzo, la cifra ascendía a 1.195, y un mes después a 54.856.
Desde entonces, y con la imposición de medidas de aislamiento y distanciamiento social en la mayoría de los estados -que, no obstante, variaron en cuanto a lo estricto de sus órdenes- la cantidad de decesos entró en una meseta: durante la mayor parte de mayo la cifra osciló entre 1.000 y 2.000. Y pese a que en los últimos días había entrado en una claro descenso, ilustrado por el hecho que desde el sábado se registran menos de 1.000 muertes, la cifra del miércoles pone en duda la tendencia.
Durante los últimos tres días Estados Unidos había dejado de registrar la mayor cantidad diaria de muertes. El lugar había sido ocupado por Brasil, cuya curva continúa en ascenso. No obstante, el país norteamericano volvió al tope de la lista este miércoles, considerando que la cifra en Brasil fue de 1.086.
Desde hace días que los 50 estados han tomado pasos para reabrir sus economías y reanudar ciertas actividades. Nueva York, el territorio más golpeado por la pandemia -registra casi 375.000 casos y más de 29.500 muertes- registra las cifras más bajas desde marzo. También se han reportado tendencias decrecientes en otros estados del noreste.
No obstante, las cifras de ciudades como Chicago y Los Ángeles se han mantenido en niveles altos. Y están subiendo en estados como Arkansas, Carolina del Norte y Wisconsin. Especialistas han atribuído esto al hecho que personas no respeten la distancia social recomendada en el marco de las reaperturas.
Un hecho ilustrativo tuvo lugar el sábado, cuando cientos de personas se juntaron a beber cócteles bajo el sol en una picina de Misuri. La escena ocurrió el sábado en un bar restaurante a orillas del lago de los Ozarks, en los montes homónimos, en el centro del país. Es la misma zona donde transcurre una de las series más vistas de Netflix, cuya tercera temporada fue estrenada durante la pandemia. El video ha sido visto más de 16 millones de veces.
La fiesta generó furibundas críticas del cercano condado de St. Louis, desde donde mucha gente se trasladó al lago debido al feriado del Memorial Day, pese a la preocupación por la pandemia de coronavirus.
Las autoridades dijeron que cualquiera que ignorara las medidas para evitar la expansión de la covid-19 debía someterse a una cuarentena de 14 días o hasta que un test de diagnóstico arrojara resultado negativo.
La dolorosa cifra ha sido ilustrada de distintas maneras en el país. Una de las que suscitó mayor atención fue la portada del pasado domingo de The New York Times, la que cubrió de nombres de 1.000 personas que habían perdido la vida a causa de la enfermedad junto a una breve descripción de sus vidas.
“Las 1.000 personas nombradas aquí reflejan sólo el 1% de las cifras. Ninguna fue un mero número”, afirma el diario. “No eran simplemente unos nombres en una lista. Eran nosotros”, sentencia.
El balance alcanzó las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que había proyectado entre 100.000 y 240.000 muertes; pero ha superado ya con creces los cálculos más optimistas que hizo a posteriori el presidente Donald Trump de entre 50.000 y 60.000 fallecidos.
En tanto, una estimación del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Washington, cuyos modelos son usados como referencia por la Casa Blanca, indicó en su última proyección que la cantidad de muertes en Estados Unidos a causa del coronavirus llegará a 147.000 para el 4 de agosto.
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