Durante la cuarentena, las aplicaciones movilidad para entregar alimentos a domicilio han sido uno de los elementos digitales más socorridos por la gente que se mantiene en casa para evitar contagios y al mismo tiempo quiere ayudar a los negocios de su comunidad; sin embargo, los restaurantes se han visto perjudicados por estas dinámicas.
Pitas and Sticks, un restaurante griego en Brooklyn, Nueva York, agrega notas para los usuarios cada vez que hacen pedidos por esta vía: “Las pequeñas empresas como nosotros necesitan su apoyo en este momento de crisis. Las app en línea están cobrando el 30% de cada pedido(...) Por favor, ayude a salvar la industria de los restaurantes al ordenar directamente con nosotros”, reportó NBC News.
A partir de estas situaciones es que los restauranteros en ciudades de Estados Unidos como nueva York se han organizado para persuadir a los clientes de no usar esas plataformas. Las alternativas que se han planteado han sido dar ofertas especiales a través de sus redes sociales o dejar definitivamente la aplicación.
Entonces, aplicaciones como Uber Eats y Grubhub, la cual también posee a Seamless y a DoorDash, se han convertido en uno de los principales problemas para los pequeños y medianos empresarios en medio de la pandemia por el nuevo coronavirus.
Para los restauranteros, esta situación los pone en una disyuntiva, ya que mientras las aplicaciones les cobran importantes comisiones por cada pedido, la mayoría también provienen de estas plataformas. John Stamos, propietario de Pitas and Sticks, dijo al medio de comunicación que el 90% de sus encargos son a través de Grubhub.
Si bien en un momento normal, las apps fueron benéficas para los restaurantes hasta el nivel de no tener que contratar a personal de mensajería, ahora, durante la pandemia, las transacciones digitales representa una gran parte de sus negocios.
Ante este panorama, los políticos en diferentes ciudades de Estados Unidos han tomado medidas al respecto. En Chicago, por ejemplo, se ordenó que las aplicaciones deben ser más transparentes respecto a sus tarifas en los recibos de los clientes. Cabe decir que en esta urbe es donde se ubica la sede de Grubhub.
En otras entidades del país como Washington, DC, Seattle o San Francisco se limitaron las comisiones hasta un 15%, mientras que en Nueva York el tope fue de 20 por ciento.
La posición de los responsables de las aplicaciones es claramente en contra de los límites; no obstante, los portavoces consultados por el canal de televisión no hablaron sobre las preocupaciones de los restauranteros, las cuales están relacionadas con la optimización de los pagos, la atención al cliente u otros servicios de marketing.
Al ver las notas que los propietarios de los establecimientos escriben de puño y letra, los comensales han cambiado su parecer. “La gente dice ‘ok, no lo sabía’. Están dispuestos a cambiar”, comentó Stamos.
Es claro que Nueva York no es la única ciudad que ha sufrido a causa de este problema. En Santa Bárbara, California, el propietario de una pizzería comentó al medio estadounidense que el trabajo con apps como Grubhhub rápidamente se volvió insostenible después de que la emergencia sanitaria escaló.
Para las aplicaciones, el entorno tampoco es alentador. A principios de mayo, Grubhub dio a conocer que durante el primer trimestre del año, la compañía tuvo un aumento de los pedidos, pero una disminución de sus ganancias. Por otra parte, recientemente se dio a conocer que Uber podría comprarla, con lo cual obtendría hasta el 48% del mercado de entrega, según datos de Second Maesure.
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