Miami-Dade logró durante más de dos semanas consecutivas mantener la curva descendente de contagios, disminuir el número de consultas con síntomas relacionados al COVID 19 y mientras tanto tener a todos sus hospitales operando sin necesidad de apelar al protocolo de crisis. Con estos índices bajo la manga, se ha tomado la decisión de dejar atrás el modo pandemia y entrar en la etapa de reapertura.
A partir de hoy el condado ha autorizado a los comerciantes, catalogados como no esenciales, abrir sus puertas. Los centros comerciales más grandes, como el Aventura Mall o el Dolphin Mall, han decidido esperar hasta el jueves para abrir sus puertas, y las ciudades de Miami, Miami Beach, Miami Gardens y Hialeah lo harán el miércoles. Pero cerca de un 50 por ciento del condado, compuesto en su mayoría por pequeños comerciantes, ya iniciaron hoy sus actividades.
Para organizar el plan de reapertura, el condado contrató por un millón de dólares a la reconocida consultora McKinsey & Co., que elaboró un plan de 184 páginas estableciendo los parámetros que se deben cumplir en cada paso del proceso de “vuelta a la normalidad” para cada una de las industrias. A raíz de este estudio, y en consultas con destacados empresarios del sector, Miami-Dade decidió abrir los restaurantes al 50 por ciento de su capacidad, y no al 25 por ciento como recomienda el estado de Florida.
Los comerciantes que no sigan las reglamentaciones de distancia social, uso de máscaras, higiene y uso limitado de las instalaciones van a recibir en primera instancia una advertencia. Si vuelven a incumplir la norma tendrán que pagar una multa (cuya cifra no ha sido especificada aún), y en caso de romper las reglas en una tercera ocasión, pueden ser clausurados.
La policía será la encargada de controlar el respeto de las nuevas normas sociales en los comercios. Para alivianar la labor de los oficiales, el condado les ha quitado de encima la responsabilidad de patrullar los parques (donde a los visitantes también se les pide distancia social y uso de tapabocas) y para ello ha contratado a 40 nuevos vigilantes civiles.
Si en dos semanas los datos indican que la tendencia en contagios sigue siendo descendiente, entonces Miami-Dade pasaría a la fase dos en la que podrían reabrirse los hoteles. Si, por el contrario, hay un rebrote en la cantidad de casos, las autoridades ya han anunciado que se podría volver al toque de queda.
MÁS SOBRE ESTE TEMA: