La organización humanitaria, Médicos sin Fronteras, llamó mucho la atención cuando se instaló en la ciudad de Nueva York. Esto debido a que en realidad es conocida por enviar a sus doctores y servicios a países que estén en necesidad, ya sea por hambrunas o guerras, ninguna de las cuales sufre la capital financiera de Estados Unidos.
Sin embargo, la organización se instaló en “la ciudad que nunca duerme” para abogar por los indigentes, quienes a pesar de que viven en una de las ciudades más adineradas del mundo, ni siquiera cuentan con teléfonos celulares.
El miedo de defensores de los indigentes es que se pierda la comunicación con las más de 80.000 personas sin hogar. Y es que este sector de la población corre más riesgo de contagiarse de COVID-19, debido a que tienen más probabilidades de tener condiciones preexistentes, además de las circunstancias generales de sus vidas.
En marzo, cuando la ciudad ya estaba a punto de convertirse en el epicentro de la enfermedad en el país, Médicos sin Fronteras comenzó a preguntar cómo podrían ayudar. Para entonces, los servicios para personas de bajos recursos en persona, ya habían cerrado sin siquiera informar a los indigentes de a dónde acudir en caso de emergencia, según el portal de Vice News.
A través de donaciones, la organización obtuvo 1.000 celulares, los cuales ya estaba pre pagados con dos meses de mensajes de texto y llamadas ilimitadas. Fue gracias a la colaboración de los defensores, quienes trabajaron directamente con los indigentes, que se comenzaron a repartir los celulares junto con comida y otros recursos necesarios, apenas esta semana.
Josiah Haken es el vicepresidente de NYC Relief, y quien ha entregado comida y suplementos a la gente en situación de calle. Cuando hace esta tarea les pregunta cómo puede localizarlos para un seguimiento de sus casos. Si la respuesta es que no tienen cómo comunicarse, Haken les da un Alcatel con una estampa que les informa cuál es su número y a quién pueden hablar en caso de emergencia.
Desde el viernes pasado, Haken repartió alrededor de 15 teléfonos, y quienes han recibido esta ayuda han estado a punto de las lágrimas. Incluso un hombre había estado en búsqueda de un dispositivo móvil por dos años.
Una de las personas se comunicó con Haken una noche para decirle que la policía lo había corrido del vagón del metro en el que estaba viviendo. No tenía a dónde ir. Haken entonces le consiguió una cama en un hotel, y le dijo al hombre a donde dirigirse.
“Los teléfonos son literalmente líneas de vida. Estos pueden hacer la diferencia entre la vida y la muerte”, compartió el vicepresidente de la asociación.
“Si las personas no tienen teléfonos no pueden llamar al 911, no pueden obtener una cita de telemedicina, o incluso hacer una cita, ya que muchos lugares están cerrados y no pueden simplemente pasar”, explicó Michelle Mays, enfermera y coordinadora del proyecto de Médicos Sin Fronteras en Nueva York.
Aunado a esto, la organización también instaló una estación para que la gente en necesidad pueda bañarse e ir al baño en el centro de Manhattan.
“Somos buenos y estamos acostumbrados a saltar a una nueva situación y encontrar dónde está nuestro valor agregado. Nunca he trabajado en un proyecto como este en los Estados Unidos, y nunca pensé que alguna vez lo haría”, declaró Mays, quien ha trabajado en crisis dentro de la República del Congo y Haití.
Ahora, David Giffen, director ejecutivo de la Coalición de la Ciudad de Nueva York para personas sin hogar, compartió con el portal que su organización estaba tratando de ver cómo hacer las compras de más celulares.
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