El estado de Nueva York, epicentro mundial de la pandemia del COVID-19 con 27.564 fallecidos, según datos de la Universidad Johns Hopkins, ha sumado este jueves a una quinta región de un total de diez, la de Central New York, para que comience su reapertura económica de forma gradual mientras que el número de fallecidos a nivel estatal continúa a la baja, con 157 muertos contabilizados durante ayer martes.
En la conferencia diaria del gobernador neoyorquino, Andrew Cuomo, destacó que se trata del tercer día consecutivo que la cifra baja de 200 y apuntó que el número de hospitalizaciones se mantiene estable, con un ligero repunte de cuatro casos, y que las intubaciones habían bajado.
Con respecto a las regiones que han comenzado sus reaperturas (Central New York, Finger Lakes, Mohawk Valley, North Country y Southern Tier), el gobernador aseveró que las mayores responsabilidades recaerán ahora en las administraciones locales.
A estas Cuomo les pidió monitorizar los números día a día y reaccionar inmediatamente si comienzan a ser negativos para que la vuelta a la normalidad sea segura, y solicitó a los negocios y ciudadanos de esas zonas que cumplan con las recomendaciones sanitarias para evitar un rebrote.
“Estamos en niveles similares a los del comienzo de pandemia”, dijo Cuomo, que avanzó asimismo que había hablado con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para abordar los problemas de financiación estatal y pedirle que acelerase ciertos pagos que dependen del Gobierno federal.
En este sentido, el mandatario estatal adelantó que el Gobierno federal firmaría una partida de 3.900 millones de dólares que se destinarían para apoyar a la Autoridad Metropolitana del Transporte (MTA por sus siglas en inglés) que, entre otros recursos, gestiona la red de metro de la ciudad de Nueva York.
Asimismo, el gobernador pidió al Congreso de Estados Unidos celeridad para aprobar una ley de alivio fiscal para todos los estados que contemple fondos para gobiernos estatales y locales, para la realización de test, así como para los servicios esenciales como escuelas, hospitales, policía y bomberos.
En este sentido advirtió de que si el Congreso fracasaba en dotar de esos recursos, los estados se verían obligados a hacer recortes en esos servicios prioritarios en un momento en el que “nadie quiere hacer eso”.
“Washington debe actuar de forma inteligente y rápida. El estado de Nueva York tiene un agujero de 61.000 millones de dólares”, manifestó Cuomo, que añadió que su posición no es partidista sino la que comparte la Asociación Nacional de Gobernadores, en la que están representados demócratas y republicanos, y urgió a aprobar una ley de alivio de al menos 500.000 millones de dólares.
Asimismo, Cuomo pidió “aprender” de lo que ocurrió tras la crisis financiera de 2008 y llamó a no hacer “rescates sin escrúpulos” a ciertas empresas, a las que a su juicio habría que pedirles ciertos requisitos, como contratar al mismo número de empleados que tenían antes de la pandemia, y vigilar que algunas compañías no utilicen la pandemia para hacer una reestructuración.
“Cualquier empresa que reciba dinero público debería contratar a los mismos empleados. Que no esperen que los ciudadanos subsidien su empresa”, insistió Andrew Cuomo.
Para el político demócrata, una de las lecciones que se deben aprender de la pandemia es a no volver a afrontar una situación de estas características sin materiales básicos para el personal sanitario o con una fuerte dependencia de China para conseguir mascarillas porque se trata, según opinó, de una cuestión de seguridad nacional.
“Como nación no podemos volver a vernos en la misma situación”, dijo en referencia a la complejidad del mercado internacional para adquirir material de protección contra el virus.
“Quiero asegurarme de que Nueva York va a liderar la iniciativa de manufacturar equipamiento médico de emergencia”, expresó Cuomo, que propuso ayudas de tres millones de dólares para aquellos negocios que manufacturen equipamiento de esas características en el estado y llamó a organizarse a través de colaboración público-privada para que las empresas lo logren.
Según el gobernador, manufacturar mascarillas o batas “no es la cosa más complicada tecnológicamente hablando” e indicó que el problema suele ser la cantidad que se necesita.
El número de niños hospitalizados por una rara afección relacionada con el COVID-19 que afecta a personas de entre 1 y 21 años y cuyos síntomas son similares a los de la enfermedad de Kawasaki o el “shock tóxico” pasó de 102 a 110.
Cuomo animó a los padres a que se informen sobre los síntomas, que incluyen fiebre, dolor abdominal severo, diarrea, vómitos, enrojecimiento de ojos o erupciones cutáneas, entre los más frecuentes.
Con información de EFE
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