Autoridades sanitarias alrededor del mundo han advertido que la posibilidad de que la cantidad de muertes producto de la pandemia de Covid-19, la enfermedad causada por el nuevo coronavirus, sea sustancialmente mayor a la reportada por las autoridades, es cierta. Y hoy un nuevo estudio estimó que ese escenario también tiene lugar en la ciudad de Nueva York.
El Centro de Control de Enfermedades del gobierno de los Estados Unidos (CDC, por su acrónimo en inglés) publicó este lunes un documento en el que indicó que, entre mediados de marzo y mayo, perdieron la vida alrededor de 24.000 personas más que las esperadas por los expertos. La cifra excede en más de 5.000 la cantidad de muertes atribuídas al nuevo coronavirus en la ciudad, epicentro del estado más afectado por la pandemia a nivel nacional.
No obstante, el estudio indica que las muertes podrían haber sido tanto por la Covid-19 como por la falta de atención recibida debido al colapso sanitario causado por la pandemia. “Llevar la cuenta del exceso de mortalidad es importante para entender la contribución a la tasa de muertes tanto de la Covid-19 como la falta de disponibilidad de cuidado para aquellos con enfermedades no relacionadas”, indicó el estudio.
Y explicó que “la demanda hospitalaria y de los proveedores de los sistemas de salud, así como el miedo del público a la enfermedad” podrían haber llevado también a que personas evitaran recibir tratamientos que les hubiera salvado la vida.
Al domingo, las autoridades sanitarias de la ciudad habían contabilizado casi 14.800 muertes por la enfermedad, mientras que casi 5.200 todavía están catalogadas como probables. Es decir, la causa no se confirmó mediante un test, pero los médicos estaban lo suficientemente seguros de que ese había sido el caso como para asentarlo en la partida de defunción. A ese total se podría sumar un porcentaje de las casi 5.300 muertes adicionales.
No obstante las cifras reales, la curva de contagios y muertes en la ciudad ha descendido de manera continuada durante las últimas semanas. Sin embargo, la ciudad no comenzará a reabrir de manera gradual en los próximos días, en contraste con otras regiones del estado homónimo, que lo harán el viernes.
El gobernador Andrew Cuomo indicó este lunes que a partir del viernes ciertos negocios que incluyen la construcción, el comercio minorista, los cines y algunas actividades recreativas podrán reabrir. Esto siempre y cuando cumplan con siete requisitos, incluidas las bajas tasas de hospitalizaciones relacionadas con el virus y ciertas pruebas y medidas de rastreo. Habrá salas de control para monitorear la reapertura de cada área, asegurando que cumplan con las métricas, dijo el gobernador.
“Tan rápido como puedan reabrir, abran”, dijo Cuomo el lunes en una conferencia de prensa. “Solo miren los datos”. “Estamos saliendo al otro lado”, dijo Cuomo. “En muchos sentidos, desde mi punto de vista, estamos al otro lado de la montaña”.
No obstante, Cuomo ha dicho que sería un “milagro” si la ciudad de Nueva York estuviera lista para reabrir el 15 de mayo. Y en la misma línea se expresó el alcalde Bill de Blasio, quien dijo el lunes que es probable que el confinamiento de la ciudad continúe hasta junio.
Los ingresos hospitalarios en toda la ciudad han disminuido, junto con los ingresos en cuidados intensivos, pero las medidas de incidencia de virus muestran que la ciudad “claramente todavía no está lista” para reabrir, dijo De Blasio.
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