Johnson & Johnson anunció que tiene previsto fabricar 1.000 millones de vacunas del coronavirus para el año que viene, informó el jefe científico de la compañía, Paul Stoffels. “Vamos a comenzar con las pruebas clínicas en septiembre y esperamos que tengamos los datos para finales de año (...). Estamos trabajando para tener 1.000 millones de vacunas para el año que viene”, explicó en declaraciones a la televisión ABC.
"Johnson & Johnson está ya trabajando para incrementar la producción y comenzará la fabricación de la vacuna este mismo año, aseguró Stoffels. “Los ensayos clínicos son necesarios para demostrar que es eficaz y eso llevará un tiempo”, indicó.
“Vamos a tener una vacuna disponible este mismo año, pero dependerá de las autoridades la decisión de si se puede utilizar antes de que estén disponibles los datos de eficacia”, explicó.
El 30 de marzo, Johnson & Johnson ya había anunciado que había seleccionado un candidato líder para la vacuna contra el coronavirus. Desde entonces, la compañía se ha asociado con el gobierno de los Estados Unidos para desarrollar una vacuna, y la administración Trump ha concedido una subvención de casi 500 millones de dólares para ayudar a su investigación.
Johnson & Johnson explicó que el proceso típico de desarrollo de una vacuna toma de cinco a siete años pero, por la pandemia, se están moviendo en un “marco de tiempo sustancialmente acelerado”.
“Necesitamos este tipo de esfuerzos en J&J, y otros los están haciendo”, dijo George Yancopoulos, presidente y director científico de la firma de biotecnología Regeneron, que participó de la misma entrevista que Stoffels.
A diferencia de Johnsons & Johnson, Regeneron está desarrollando un tratamiento de anticuerpos COVID-19 diseñado para prevenir y tratar el coronavirus. “Lo que hace una vacuna, como todos sabemos, es que genera inmunidad en la persona que la recibe. ¿Qué es esa inmunidad? Son anticuerpos contra el virus que lo encuentran y lo matan”, explicó Yancopoulos. “Lo que desarrollamos son tecnologías que nos permiten fabricar exactamente estos anticuerpos que el cuerpo produce en respuesta a la vacuna. Los fabricamos fuera del cuerpo, los escalamos en biorreactores, y luego los inyectamos en las personas, e inmediatamente es como si hubieran sido vacunados”, añadió.
Sin embargo, Yancopoulos subrayó que los tratamientos anticuerpo no pueden sustituir a una vacuna. “Las vacunas pueden proporcionar inmunidad permanente a un número mucho mayor de personas. Por eso necesitamos todos estos esfuerzos”, dijo.
Regeneron está trabajando para adaptar uno de sus medicamentos, Kevzara, para tratar el COVID-19, e indicó que podría comenzar los estudios clínicos en junio.“Es posible que dentro de un mes o dos después de eso tengamos datos de que nuestro cóctel de anticuerpos podría ser un importante parche hasta que consigamos una vacuna efectiva y segura”, dijo Yancopoulos .
Al ser consultado pro el periodista deasobre si el ritmo acelerado de desarrollo del tratamiento seguía siendo seguro para los consumidores, Yancopoulos dijo: “Creo que lo más importante -ya han oído a Stoffels- es que tenemos un conjunto de tecnologías fuertes y poderosas en todo el ecosistema en la investigación básica y en la industria que nos permite luchar estas batallas cuando aparecen”.
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