El gobernador informó que otros dos menores han fallecido por complicaciones relacionadas con el COVID-19 lo que aumenta a tres el número de niños que han perdido la vida en el estado de Nueva York como consecuencia de haber contraído el nuevo coronavirus. Hasta el momento, se han registrado 73 casos con síntomas similares, y se está estudiando si el fallecimiento de otros menores con anterioridad pudiera estar vinculados con la pandemia.
Cuomo, que ayer anunció la muerte de un menor, calificó estos casos de “poco comunes”, y subrayó que se están detectando evidencias de que el COVID-19 está causando “enfermedades graves” en niños con síntomas similares a la enfermedad de Kawasaki y a un síndrome parecido a un “shock tóxico”.
La enfermedad de Kawasaki provoca en niños una inflamación de los vasos sanguíneos (erupciones cutáneas, ganglios, conjuntivitis, problemas cardíacos en sus tipos más graves).
Cuomo, además, anunció que un total de 22 iglesias ubicadas en los barrios de Nueva York más afectados por el COVID-19 empezarán a hacer análisis del coronavirus a partir del próximo 12 de mayo, como parte de una campaña para aumentar las pruebas en las comunidades afroamericana y latinoamericana, las más afectadas por la pandemia.
Principalmente ubicadas en los barrios de El Bronx, Brooklyn y Queens estos templos recogerán las pruebas, que serán analizadas por la compañía sanitaria “Northwell Health”, anunció este sábado en su comparecencia diaria el gobernador Andrew Cuomo.
Se trata de 22 sitios temporales, que permanecerán abiertos entre el 12 y el 23 de mayo, en zonas pobres y con predominancia de minorías negra y latinoamericana.
Entre las iglesias participantes está el Centro de Acción Pastoral Latino o la Coalición Clerical Hispánica de Nueva York, además de la Conferencia de Ministros Baptistas del Gran Nueva York, entre otras.
El senador Hakeem Jeffries, uno de los líderes de la iniciativa, subrayó que las iglesias y los lugares de culto siempre "han estado ahí" para ayudar a las comunidades y llegar a la población que necesita ser contactada.
Jeffries, que denunció que la “comunidad de color” siempre se ha visto desproporcionadamente afectada por las tragedias, destacó la importancia de esta iniciativa para medir el impacto en su población y actuar.
Cuomo recordó que de acuerdo con un estudio de anticuerpos con el que se han hecho pruebas a 15.000 personas en todo el estado, el 34 % de las víctimas mortales son hispanas, una comunidad que representa el 29 % de la población, y que el 28 % de los muertos son negros, cuya comunidad representa el 23 % de los habitantes.
Asimismo, apuntó que en los 21 barrios donde se están produciendo más hospitalizaciones por COVID-19, 20 de ellos tienen una mayor proporción de población latina y/o negra. El gobernador destacó el barrio de Melrose en el Bronx, donde el 61 % de sus habitantes son latinoamericanos y el 35 % afroamericanos y el barrio East New York, en Brooklyn, donde el 51 % son negros y el 37 % hispanos.
Según los datos que ofreció, los ingresos anuales en estos barrios -28.000 dólares y 37.000 respectivamente-, están muy por debajo de la media en Nueva York, que es de 61.000 dólares al año.
Estados Unidos, el país más afectado del mundo por el virus, supera ya los 1,2 millones de casos confirmados, con unos 77.000 fallecidos. El estado de Nueva York se mantiene como el gran epicentro de la pandemia, con 330.000 contagios y 26.000 decesos. Solo en la ciudad de Nueva York han muerto más de 19.000 personas
Sin embargo, Cuomo anunció hoy que el número de hospitalizaciones de ayer por COVID-19 fue de 572, la primera vez que desciende por debajo de los 600 y la más baja desde el pasado marzo.Por otro lado, el número de fallecidos se situó un día más por debajo de los 300, con un total de 226.
Con relación al nuevo programa de desinfección lanzado el pasado 6 de mayo por el servicio estatal de transporte (MTA) y que supuso el cierre del metro de Nueva York durante cuatro horas por primera vez en la historia, Cuomo precisó que se había tenido que desalojar a 2.000 personas que habitualmente dormían en los vagones de metro.
“Para desinfectar los trenes hay que sacar a todos los pasajeros del tren, lo que lleva a la cuestión de que hay gente sin hogar que usa el tren toda la noche, que lo han hecho durante décadas y que ahora es mucho peor”, dijo Cuomo, quien agregó que aunque es duro sacar a esta gente que se refugia en el metro, su desalojo es también “una oportunidad para darles cobijo y los servicios que se merecen”.
Con información de EFE
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