La gran mayoría de los millones de trabajadores despedidos o suspendidos en Estados Unidos en el marco de la pandemia de coronavirus espera recuperar su empleo cuando se reanude la actividad económica, una expectativa que sobrepasa largamente a las estimaciones de los analistas económicos.
Una encuesta nacional de Ipsos y el Washington Post indicó que el 77% de los trabajadores cesados espera volver a ser contratado por su antiguo empleador, y casi el 60% dijo que es “muy probable” retomar su puesto.
Sin embargo, la expectativa de los analistas económicos dista mucho de esa cifra, considerada optimista por los especialistas, ya que casi la mitad de los cesados no sería recontratado.
Desde fines de marzo, cuando se expandieron las recomendaciones de distanciamiento social, más de 30 millones de personas han solicitado subsidios por desempleo (cerca del 20% de la población en edad de trabajar), y esa cifra no muestra el total impacto: no incluye a millones de trabajadores independientes y subcontratistas.
Un informe publicado por Instituto Becker Friedman de la Universidad de Chicago ahoga el optimismo de la encuesta mencionada. Según su proyección, el 42% de los despidos será permanente, debido principalmente a dos condiciones: muchas empresas están quebrando, por lo que no recontratarán a sus empleados, y otras verán muy reducida su demanda, ante los temores del público y la reducción del consumo.
Ya se han detectado señales negativas que avanzan en esa dirección. Lo recomendado por los economistas es que las empresas suspendan (y no despidan) a los empleados para hacer que la reinserción sea más fácil. “Ayudar a los trabajadores a mantenerse unidos a sus anteriores empleadores podría acelerar la recuperación”, dijo Till von Wachter de la Universidad de California en Los Ángeles. Sin embargo, firmas como General Electric y Nordstrom, que inicialmente había anunciado cesantías (que mantienen activos beneficios como el seguro médico), ahora están convirtiendo esas medidas en despidos efectivos.
“Incluso si una cura milagrosa cae del cielo en julio, la demanda tardará un tiempo en volver a aumentar”, dijo Betsey Stevenson, profesora de economía de la Universidad de Michigan. “No hay forma de que los viajes o las ventas al por menor se vean iguales y traigan a todos de vuelta”, añadió, consultada por el Washington Post.
Frente a la mayor crisis de desempleo desde la Gran Depresión, continúan las presiones para flexibilizar las medidas de confinamiento y así poder reactivar la economía, ya que los analistas señalan que cuanto más tiempo esté la gente sin trabajo, menos probabilidades hay de que la llamen de nuevo.
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