La economía de Estados Unidos se contrajo un 4,8% en el primer trimestre, marcando el decrecimiento más pronunciado desde la Gran Recesión de la década pasada, según las primeras estimaciones anualizadas publicadas este miércoles por el Departamento de Comercio.
En este periodo, el daño por la COVID-19 quedó restringido principalmente a finales de marzo, pero aún así las cifras muestran un brutal impacto, una situación que la economía estadounidense no había experimentado desde el cuarto trimestre de 2008.
Se espera que la situación sea peor en el segundo semestre, período en que la economía se contraerá entre un 20% y un 30%, de acuerdo a Kevin Hassett, asesor económico de la Casa Blanca.
El economista, en una entrevista con la cadena financiera CNBC, aseguró el martes que la caída del Producto Bruto Interno (PBI) de EEUU será entre abril y junio la peor desde la Gran Depresión.
Para el tercer trimestre, este asesor de la Administración Trump confía en que se vea una tendencia “bastante positiva” a medida que se reactiva la actividad.
Hassett pronosticó que la tasa de desempleo en abril alcanzará el 16% o el 17%, disparándose desde el 4,4% registrado en marzo a medida que se hacen sentir los efectos de la pandemia en los negocios del país.
Según los últimos datos, más de 26 millones de trabajadores han solicitado el subsidio por desempleo en las últimas cinco semanas, borrando de un plumazo todos los empleos creados desde la crisis financiera de 2008.
El viernes pasado, el presidente Donald Trump firmó un tercer plan de estímulo por 483.000 millones de dólares para apoyar a la economía de Estados Unidos, duramente afectada por las restricciones impuestas ante la pandemia, que incluye 320.000 millones para que las empresas mantengan sus puertas abiertas y paguen a sus empleados, luego de que se agotó el primer tramo de 349.000 millones de dólares.
Ese primer plan ayudó a 1,6 millones de negocios y protegió a más de 30 millones de empleos, y con los fondos adicionales “decenas de millones de trabajadores se beneficiarán de este alivio crítico”, según el Tesoro.
Sin embargo, el comunicado advirtió que los prestamistas “deben revisar cuidadosamente las regulaciones y las certificaciones requeridas para obtener el préstamo”, una referencia a las reglas que prohíben que grandes empresas se beneficien de este programa.
El gobierno apretó las normas tras la polémica porque grandes cadenas de restaurantes recibieron decenas de millones de dólares del programa.
MÁS SOBRE ESTE TEMA: