El gobierno de Donald Trump está llevando a cabo un proyecto que busca acelerar drásticamente el desarrollo de una vacuna para hacer frente al COVID-19. Se trata de un esfuerzo al estilo “Proyecto Manhattan”.
Dos personas familiarizadas con el tema revelaron a Bloomberg que el objetivo es tener disponibles 100 millones de dosis para finales de año. El proyecto reunirá a compañías farmacéuticas, agencias gubernamentales y al Ejército norteamericano para tratar de desarrollar la vacuna en ocho meses, indicó una de las fuentes a la agencia norteamericana.
El mes pasado, Trump ordenó al Secretario de Salud y Servicios Humanos, Alex Azar, que acelerara el desarrollo de una vacuna, objetivo que ha motivado que funcionarios de la administración se hayan estado reuniendo durante las últimas semanas. Otra reunión estaba prevista para este miércoles en la Casa Blanca. No obstante, las fuentes que hablaron con Bloomberg pidieron no ser identificadas ya que el proyecto aún no fue anunciado públicamente.
Los principales asesores médicos de Trump, liderados por el experto en enfermedades infecciosas Anthony Fauci, indicaron en reiteradas ocasiones que una vacuna contra el coronavirus no estará lista hasta dentro de 12 a 18 meses, como mínimo.
El proyecto costará miles de millones de dólares. Para su avance, las autoridades utilizarán los recursos del Gobierno para probar rápidamente las vacunas experimentales más prometedoras en animales. Luego lanzarán ensayos clínicos coordinados en humanos. Las mejores vacunas irán a ensayos más amplios al mismo tiempo que la producción en masa se acelerará.
Esto implica que habrá un desperdicio significativo al hacer inoculaciones a escala antes de saber si serán seguras y efectivas. Es decir, las vacunas que fallen serán inútiles. Pero al mismo tiempo podría significar tener dosis de un vacuna disponibles para el pueblo norteamericano a finales de este año, en vez de para el próximo verano, según aseguraron las fuentes.
El grupo que está al frente del proyecto está discutiendo qué personas podrían ser vacunadas primero.
En esa línea, se podría aplicar lo que se conoce como un protocolo maestro para probar las vacunas. En lugar de múltiples ensayos clínicos realizados por cada fabricante de medicamentos, compitiendo por los pacientes y los recursos, el Gobierno organizaría un gran ensayo para probar varias vacunas a la vez y hacer avanzar las más prometedoras.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que hay al menos 70 vacunas diferentes contra el coronavirus en desarrollo por parte de los fabricantes de medicamentos y grupos de investigación. No obstante, las fuentes aclararon a Bloomberg que estos fabricantes no han coordinado sus esfuerzos de la forma que lo están haciendo en Washington.
En el marco de esta misión, el Departamento de Defensa norteamericano pondría a disposición sus recursos de investigación animal para el trabajo preclínico sobre las vacunas.
Resultados positivos con remdesivir
Gilead Sciences Inc. informó que los datos de un estudio hecho en los Estados Unidos de su medicamento remdesivir mostraron que la droga había alcanzado el objetivo primario en un ensayo sobre su efectividad en el tratamiento de COVID-19. La compañía dijo en un comunicado que está al tanto de los datos positivos que surgen del estudio del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID, por sus siglas en inglés) para tratar la enfermedad causada por el nuevo coronavirus.
El ensayo, dirigido por los Institutos Nacionales de Salud, tenía como objetivo inscribir a unos 800 pacientes para probar el medicamento y dar una respuesta definitiva sobre si puede ayudar a tratar la enfermedad. Un representante del NIAID no respondió de inmediato a una llamada en busca de comentarios por parte de Bloomberg. El remdesivir, que fue desarrollado originalmente para tratar otros coronavirus como el SARS y también se ha probado en el ébola, no tiene licencia ni está aprobado para su uso en ninguna parte del mundo.
Otro revelador estudio publicado hace pocas horas indicó también que el remdesivir inhibe “potentemente” al COVID-19, de acuerdo con el documento. El fármaco de Gilead actúa sobre las células pulmonares humanas y cultivos epiteliales de las vías respiratorias. Para evaluar su eficacia, los investigadores diseñaron un SARS-CoV quimérico que codifica el objetivo viral del remdesivir, la ARN polimerasa dependiente de ARN de SARS-CoV-2. “El remdesivir es un inhibidor antiviral altamente potente del SARS-CoV-2 en cultivos epiteliales de las vías respiratorias humanas primarios”, dice el informe publicado en BioRxiv, un sitio científico dedicado a la divulgación de estudios académicos.
El gobierno de los Estados Unidos se hizo eco de los resultados positivos que el laboratorio Gilead Sciences Inc. anunció respecto de un estudio preliminar sobre la eficacia del antiviral remdesivir en pacientes con coronavirus y, según reportes locales, planea autorizar su uso de emergencia.
La voluntad se manifestó a través de un comunicado del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas -que lidera el principal experto sobre la pandemia de la Casa Blanca, el doctor Anthony Fauci- y la intención de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su acrónimo en inglés) de aprobar oficialmente su uso.
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