El 17 de abril, el veterano de guerra Philip Kahn falleció a causa del COVID-19 en su casa de Nueva York. Durante toda su vida, recordó con tristeza a su gemelo Samuel, quien murió hace más de un siglo durante una pandemia que también masacró al mundo.
Los dos hermanos nacieron en diciembre de 1919 en la ciudad de Nueva York. Cuando sólo tenían unas semanas, Samuel contrajo la Gripe Española, una infección letal que había aparecido en 1918, y con rapidez, se había propagado por el globo dejando un saldo de más de 50 millones de muertos. Entre ellos, niños, jóvenes, y adultos.
A pesar de los esfuerzos de los médicos, el recién nacido no superó el virus y la pandemia separó a los dos hermanos para siempre.
Philip Kahn creció solo, deseando haber conocido a Samuel, e imaginando cómo sería. Con los años, se convirtió en militar, y pasó a formar parte del Cuerpo Aéreo del Ejército, llegando a recibir dos estrellas de bronce durante la Segunda Guerra Mundial.
En ese conflicto bélico, Kahn participó en misiones de bombardeo durante la Batalla de Iwo Jima. También intervino en los ataques a Japón, y evaluó desde el aire el daño causado por las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki.
“Fueron cinco meses bombardeando sus casas y a los civiles, y la gente no tenía oportunidad de escapar. Nosotros no sabíamos el número de personas que estaban muriendo; todo lo que sabíamos era que nosotros dejábamos caer las bombas", contó Kahn en 2017 durante una entrevista que concedió a Newsday, donde recordó el horror de aquella guerra que le marcó para siempre.
El viernes 17 de abril de 2020, después de sobrevivir a la Gripe Española y a la Segunda Guerra Mundial, el veterano condecorado falleció en su casa de Westbury, Nueva York, a causa del coronavirus. Según contó su nieto, Warren Zysman, a la cadena de televisión WCBS, desconocen dónde se contagió. Aunque presentaba los síntomas de la enfermedad, la familia no sabía que padecía COVID-19, ya que no le hospitalizaron y le realizaron el test la mañana en que murió.
“Las pruebas confirmaron que tenía COVID-19″, escribió el cardiólogo Sandeep Jauhar en Facebook tras el deceso de Kahn. “Él era un veterano de la Segunda Guerra Mundial, uno de los más mayores de Long Island. Un hombre encantador, con un ingenio irónico y un alma amable. Su hermano gemelo sucumbió a una pandemia diferente, la de La Gripe Española, hace 101 años”, añadió el médico.
El nieto del militar, Warren, contó a la televisora estadounidense que su abuelo siempre hablaba de Samuel. Además, contó que el veterano tenía la creencia de que la historia siempre tiende a repetirse, por lo que pensaba que una nueva pandemia como la de 1918 volvería a sacudir el mundo.
“El lado positivo de esto es que mi abuelo finalmente tendrá la posibilidad de conocer a su hermano gemelo después de 100 años”, dijo Warren.
Dos pandemias con 100 años de diferencia
En 1918, una enfermedad se propagó como la pólvora, aterrorizando al mundo. Fue la primera causada por el virus de la gripe, el H1N1, y demostró una tasa de letalidad muy superior a la habitual: se estima que infectó a 500 millones de personas a nivel global, y provocó la muerte de al menos 50 millones de enfermos, según cifras de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades.
Aunque se le denomina desde entonces como Gripe Española, lo cierto es que se desconoce cuál fue el origen de la pandemia. Mientras que algunos investigadores defienden que comenzó en Francia en 1916, y otros opinan que se suscitó en China en 1917, un último grupo considera que los primeros casos se dieron en la base militar de Fort Riley (EEUU), en marzo de 1918.
En realidad, España no se vio más afectado que otros países por la enfermedad, pero tras la Primera Guerra Mundial, muchos gobiernos -como el alemán, el británico, el francés o el estadounidense- censuraron la publicación de informes sobre la pandemia, entre ellos, las cifras de muertos. Esto no ocurrió en España, una nación que se había mantenido al margen del conflicto bélico y dio a conocer los reportes sobre la mortalidad del virus. Por ello, pasó a conocerse como Gripe Española.
A diferencia del COVID-19, la enfermedad de 1918 afectaba gravemente a pacientes jóvenes y adultos saludables de entre 20 y 40 años, al igual que a los menores de cinco años y a los adultos mayores. Entre los síntomas, se encontraba el dolor de oídos, diarreas, vómitos, cansancio corporal y fiebre elevada.
Del total de 50 millones de enfermos, al menos 675,000 perdieron la vida en EEUU por la Gripe Española.
Ahora, más de cien años después, el mundo vuelve a enfrentar una pandemia terrorífica, que hizo colapsar la economía y dejó hasta el momento un saldo de 204,022 muertes a nivel global, y más de 2,946,366 casos confirmados.
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