Andrew Cuomo, gobernador de Nueva York -el estado más afectado por el coronavirus en Estados Unidos-, remarcó en los últimos días la necesidad de aumentar significativamente el número de testeos diarios para tener una imagen clara de la presencia de la pandemia en el territorio. El funcionario demócrata pudo proveer las primeras cifras ilustrativas este jueves, cuando informó que según un estudio impulsado por las autoridades estatales, un 13,9% de sus habitantes del estado haber contraído la enfermedad. La cifra equivaldría a 2,7 millones de personas.
Los datos, que fueron elaborados a partir de análisis realizados en 3.000 personas a lo largo dos días en tiendas de alimentación y otros negocios de 40 localidades de 19 condados del estado, apuntan que el 15,9% de los hombres analizados tenían anticuerpos y por lo tanto habían contraído la enfermedad en algún momento, frente al 12% de las mujeres.
De acuerdo con la encuesta, la ciudad de Nueva York -epicentro del brote en el estado- fue la que registró la mayor tasa de pruebas positivas (21,2%). Le siguieron los condados de Westchester y Rockland con un 11,7%, y Long Island, con un 16,7% de casos positivos; el resto del estado reportó un 3,6%.
Cuomo explicó que tomando en cuenta este estudio y que el número de muertos en el estado -según datos oficiales- se eleva a en torno a 15.500, el índice de mortalidad del virus se situaría cerca del 0,5%. No obstante, el propio gobernador reconoció que las estadísticas no registran a las personas fallecidas en sus casas y cuya muerte podría haber sido causada por el nuevo coronavirus, pero no se ha confirmado.
Según la Universidad Johns Hopkins, que sí toma en cuenta dichos casos, el número total de muertos en el estado de Nueva York se eleva a 19.453.
De confirmarse el balance de contagios reportado en el estudio, la cifra sería diez veces mayor a la del recuento oficial: el estado de Nueva York tiene más de 257.000 casos confirmados de coronavirus.
Al desagregar las estadísticas por comunidades, el estudio confirma que los latinoamericanos, con un 22,5%, son los más afectados, seguidos de los afroamericanos (22,1%) y los asiáticos (11,7%). Los caucásicos, con un 9,1% son, hasta el momento, el segmento poblacional que menos ha sufrido la enfermedad.
“Hay varios factores por los que hay un porcentaje mayor de positivos en las comunidades afroamericana y latina: existían disparidades de salud, existía morbilidad, enfermedades subyacentes, diabetes, etcétera y también creo que el mayor porcentaje de los trabajadores esenciales son afroamericanos y latinos”, señaló Cuomo, tras insistir en que se seguirán haciendo más pruebas a estas comunidades y que para ello podrían trabajar con las iglesias para convertirlas en centros de análisis.
En este sentido, el gobernador subrayó que “mientras todo el mundo o mucha otra gente tiene la oportunidad de encerrarse en su casa por terrible que sea, los trabajadores esenciales tienen que levantarse cada mañana y salir y conducir el autobús y manejar el metro y entregar la comida y hacer todos esos servicios esenciales que permiten a la gente quedarse en casa”.
Reconoció, además, que el estudio “puede que no sean perfectamente representativos de la enfermedad”, pero sí están en línea con las estimaciones de las autoridades de que mucha más gente estuvo -o está- infectada y no hay sido reportada hasta el momento. Por ese motivo, los resultados del análisis serán examinados más a fondo por los expertos para dar una imagen más clara de la prevalencia de la infección.
El estudio utiliza análisis de sangre que busca anticuerpos, que son marcadores en la sangre creados por el sistema inmunológico después de que una persona haya estado expuesta por el virus. De esa forma, pueden mostrar si una persona estuvo expuesta anteriormente, incluso después de haberse recuperado de la enfermedad. Las pruebas de anticuerpos también pueden ayudar a encontrar a las personas que estaban infectadas pero que mostraban pocos o ningún síntoma.
Las pruebas de diagnóstico tradicionales, como los hisopos nasales que se usan en las personas que se presentan enfermas en el hospital, verifican la presencia del virus en sí. Sin embargo, no pueden averiguar si las personas estaban previamente infectadas y se recuperaron.
En su rueda de prensa, Cuomo también brindó el nuevo balance del virus, e indicó que el número de fallecidos en las últimas horas se había elevado a 438, el más bajo de los últimos siete días y que la cifra de las hospitalizaciones era de 1.359, la más baja en el último mes.
Destacó la progresiva reducción de muertes, hospitalizaciones e ingresos de pacientes en las unidades de cuidados intensivos, pero reconoció que “los números no están bajando tan rápido como nos gustaría”.
El anuncio del gobernador se produce poco después de que el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, señalara en su rueda de prensa diaria que “el coronavirus está vivo, bien y viviendo en la ciudad” y detalló que ha habido 2.519 nuevos casos de COVID-19 y 320 muertes en las últimas 24 horas así como una disminución en el número de hospitalizaciones.
De Blasio indicó que es posible que “la mitad de los neoyorquinos” contraigan el coronavirus en algún momento mientras que la responsable del área de Salud de la ciudad de Nueva York, Oxiris Barbot, expresó que no le “sorprendería” si en este punto de la pandemia haya habido más de un millón de neoyorquinos expuestos al virus.
Con información de EFE
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