Las campañas electorales de Estados Unidos intentan salir del letargo al que las llevó el coronavirus

Fuentes cercanas al Presidente Donald Trump aseguran que el mandatario está poniendo mucha presión a su equipo para empezar a recorrer el país, aunque la indicación médica es que aún debe mantenerse a rajatabla la distancia social

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El presidente Donald Trump, que busca la reelección, y el candidato demócrata Joe Biden
El presidente Donald Trump, que busca la reelección, y el candidato demócrata Joe Biden

Con la reapertura de la economía –o al menos el plan de reapertura- llega la revitalización de la campaña política.

Por el momento todos los actos de campaña están reducidos a encuentros virtuales, pero fuentes cercanas al Presidente Donald Trump aseguran que el mandatario está poniendo mucha presión a su equipo para empezar a recorrer el país. La indicación médica es que aún debe mantenerse a rajatabla la distancia social, por eso en la Casa Blanca se está estudiando la posibilidad de que el Presidente realice viajes durante el día, en los que sólo se reúna con grupos reducidos en distintos puntos del país. Algo similar a lo que ha estado haciendo el vicepresidente Mike Pence para hablar del coronavirus.

Debido a su edad, el presidente pertenece a la población más vulnerable frente al COVID-19. Durante el último mes y medio la única salida que realizó fue a la base militar de Virginia para despedir al buque hospital que partía rumbo a Nueva York.

Más allá del impulso que los viajes le darían a su campaña, ver al presidente en movimiento sería una señal más para los gobernadores que ya han recibido presión de la Casa Blanca para empezar a reactivar las economías locales.

El otro argumento que esbozan quienes apoyan la idea de Trump de empezar a recorrer el país es que el mapa electoral ha cambiado. Antes del coronavirus se consideraba que había seis Estados clave para esta elección. Florida, Arizona, Michigan, Carolina del Norte, Pennsylvania y Wisconsin son los denominados “swing States”, o Estados pendulares, porque ciclo electoral tras ciclo electoral cambian a la hora de favorecer a un republicano o a un demócrata. Eso hace que puedan definir una elección y que sean el epicentro de la batalla electoral (el resto de los Estados al votar de manera más consistente requieren menos esfuerzos de las campañas). Tras el coronavirus, estados que se creían asegurados para los demócratas comienzan a mostrar tendencias de favoritismo al partido del presidente y viceversa. Hoy el mapa electoral es mucho más amplio de lo que se creía.

Trump quiere retomar la campaña cuanto antes (REUTERS/Jonathan Ernst)
Trump quiere retomar la campaña cuanto antes (REUTERS/Jonathan Ernst)

Uno de los casos más emblemáticos es el de Georgia. Tradicionalmente este Estado sureño rural e industrial vota al candidato republicano a la presidencia. Pero Georgia tiene una amplia población afroamericana urbana concentrada en la ciudad más importante del Estado, Atlanta. Este grupo está siendo particularmente afectado por el COVID-19 –incluso de manera desproporcional comparado con otros grupos étnicos- y ya muchos (incluidos los miembros de la campaña del presidente en el sur) empiezan a creer que si esta población está enojada y sale a votar masivamente, las posibilidades de los republicanos allí se ven considerablemente disminuidas.

Caso contrario es el de Nevada, tradicionalmente demócrata pero donde los niveles de desempleo están por encima del 15 por ciento generando mucho descontento entre la población. Lo que comienza a estar claro es que cuando hay descontento la gente tiende a ir contra el statu quo, y eso varía Estado por Estado.

Con un mapa electoral ampliado lo único cierto a casi seis meses de la elección es que noviembre es una gran incertidumbre. Una nueva encuesta realizada por CNBC y Change Research en los seis Estados pendulares tradicionales indica que hoy el público está dividido.

La intención de voto la ganó el presidente Trump con un 47,5 por ciento por sobre un 46,8 por ciento que indicó preferencia por Joe Biden. Cuando se trata de cuestiones puntuales como quién prevendría una nueva pandemia o quién haría el acceso a la salud más económico, los consultados le dieron ventaja de hasta cinco puntos a Joe Biden. El punto fuerte del presidente sigue siendo la economía. Según este estudio, la gente considera que Donald Trump tiene mayor capacidad para sacarnos de una recesión en un 44,4 por ciento contra un 35,5 por ciento que cree que Joe Biden está más capacitado.

Encuestas divididas, un país casa vez más amplio por conquistar y campañas que están empezando a dar las primeras señales de vida después de un periodo en estado de coma. Noviembre es la gran incógnita por descifrar.

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