Mientras algunos científicos se esfuerzan por encontrar una cura o una vacuna para derrotar al COVID-19, y médicos están arriesgando contagiarse a ellos mismos y a sus familias al tratar a pacientes con esta nueva cepa de coronavirus, existen otros que se aprovechan de la situación para robar dinero a la gente que está asustada y así cometer fraudes.
Un médico en San Diego hizo esto último al vender lo que él describió como una “cura milagrosa”, el cual consistía en supuestos tratamientos preventivos para hacer a las personas inmunes al coronavirus durante por lo menos seis semanas, según el portal de noticias de NBC.
Jennings Ryan Staley de Carmel Valley, quien dirige el Spa Skinny Beach Med, fue arrestado el pasado jueves bajo los cargos de fraude de correo. Esto después de intentar venderle a un agente encubierto del FBI un “paquete de tratamiento contra el COVID-19”, de acuerdo con la Oficina del Fiscal de los Estados Unidos. Al día siguiente, el médico llamó a su audiencia en la corte federal.
El agente pretendió ser un potencial cliente que buscaba comprar seis paquetes de medicamento para él y su familia.
El doctor hacía pruebas de coronavirus y proveía a los pacientes con una mezcla de medicamentos como hidroxicloroquina, utilizado normalmente para tratar malaria y lupus, y que según los investigadores, él conseguía por contrabando desde China. Aunado a esto, el paquete también incluía Xanax y azitromicina. Además, también contenía gel antibacterial y cubrebocas.
Todo el tratamiento tenía un costo de USD 3.995, y Staley lo describía dentro de sus correos como una bala mágica, que era “casi demasiado bueno para ser verdad”.
“Es un fenómeno clínico notable. Nunca he visto algo como este medicamento, para que lo sepas. Realmente, no puedo pensar en nada. Tienes una enfermedad que literalmente desaparece en horas”, fue como Staley describió su mágica cura en una llamada con el agente encubierto.
“Si te escucho bien, si te compro estos kits, eso garantizará que ni mis hijos, mi padre, mi esposa, ninguno de nosotros se enferme, y si lo hacemos, nos curará ¿cierto?”, preguntó el agente tras escuchar sus palabras vía telefónica, a lo que el médico contestó que era una garantía.
Una semana después de esta llamada, el FBI entrevistó a Staley acerca del tratamiento, del cual él negó haber descrito de esa forma.
“Los estafadores que buscan obtener ganancias explotando el miedo y la incertidumbre durante esta pandemia de COVID-19 serán llevados ante la justicia”, sentenció en un comunicado Omer Meisel, agente especial interino a cargo de la oficina local del FBI en San Diego.
La audiencia inicial de Stanley en la corte federal se realizó por teléfono el pasado viernes. Durante esa llamada, el fiscal federal adjunto Rob Huie, argumentó que el doctor es un peligro para el público y, por lo tanto, debería publicar un bono de garantía de USD 100.000 para permanecer libre.
“En este entorno en el que vivimos con la pandemia, con el nivel de ansiedad que enfrenta el público, la información errónea no solo es preocupante y financieramente peligrosa, es peligrosa para la vida. Si alguien ahí afuera cree que es inmune a esta enfermedad, después de haber tomado un kit de tratamiento, está en condiciones de exponerse a sí mismo y a otros”, expresó Huie.
Sin embargo, el abogado defensor Patrick Griffin explicó que su cliente no es una amenaza para la comunidad, sino que es un veterano que ha servido como médico de combate y un buen doctor a los ojos de la comunidad.
Staley ha fungido como médico en esa zona de San Diego por 10 años, no obstante, de ser hallado culpable podría ser sentenciado hasta 20 años en prisión.
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