Entre aplausos, lágrimas y emotivas muestras de cariño, un hombre hispano salió este 12 de abril de un hospital de California, tras haber estado 28 días internado en cuidados intensivos, 20 de ellos en estado de coma inducido, a causa del COVID-19.
Pese a salir en silla de ruedas y con casi 30 kilos menos, Ramón Zúñiga, de 50 años, dejó el centro médico “Providence Little Company of Mary”, en la comunidad de Torrence, con un semblante bastante animado, ya que considera que ahora mismo él se encuentra vivo de milagro.
“Sentí que estaba perdiendo y fue cuando le pedí a Cristo y a Dios que por favor me ayudara”, es como describió su experiencia a Telemundo este sobreviviente del COVID-19. “Cuando desperté, porque estuve bajo coma más de 20 días, perdí el uso de mis manos”, agregó al contar sobre lo que vivió.
Ramón cuenta que se contagió del virus cuatro días antes de su hospitalización, en un evento laboral. “Empecé con temperatura, un poquito de dificultad respirando y tosiendo un poco”, detalló.
Tras ingresar al hospital su estado de salud fue empeorando, por lo que, ya internado en cuidados intensivos, los médicos decidieron inducirlo a estado de coma para conectarlo a un respirador.
“Su oxigenación siguió disminuyendo entonces el equipo decidimos que teníamos que intubarlo”, cuenta Antonio Bonet, uno de los médicos que atendió a Zúñiga.
Luego de dos semanas, este hombre no presentaba mejora alguna, por lo que los doctores que lo atendían llegaron a considerar la decisión de desconectarlo del respirador.
Sin embargo, tras 20 días en coma, Ramón Zúñiga despertó.
“Cuando desperté la primera cosa que se me vino a la mente, claro, fue mi familia”, explicó Ramón, agregando que tenía miedo de haber contagiado a alguno de sus dos hijos o a su esposa, algo que afortunadamente no pasó.
Los especialistas de dicho centro de salud señalaron que más de la mitad de los pacientes con COVID-19 que han conectado a respiradores artificiales, no logran sobrevivir, por lo que este caso en particular les parece sorprendente.
Por su parte, la familia de Ramón se mostró bastante agradecida con el personal médico, a quienes consideran un verdaderos héroes. “Y darle muchas gracias a los médicos, las enfermeras, como dijo mi esposo, [por] la compasión”, expresó la esposa de Zúñiga.
Y ahora lo que queda por delante para Ramón, de acuerdo con los médicos, es un tratamiento de terapia física para recuperar la movilidad de su cuerpo, mismo que podría prolongarse durante meses. No obstante, este hombre sobreviviente del COVID-19, dice no perder la esperanza de recuperarse por completo y poder volver a trabajar.
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