El gobernador del Estado de Nueva York, Andrew Cuomo, aseguró este miércoles que ordenará el uso obligatorio de mascarillas, tapabocas y otros dispositivos para cubrirse el rostro en espacios públicos, siempre que el distanciamiento social no pueda ser cumplido, con el objetivo de frenar los contagios por coronavirus.
La medida entrará en vigor el sábado mediante un decreto ejecutivo y por el momento no está contemplado no ningún castigo por su incumplimiento, aunque un sistema de multas podría agregarse en el futuro, indicó Cuomo en una conferencia de prensa citada por el New York Times.
Tampoco, por ahora, se impedirá el uso del transporte público a quienes no porten mascarilla.
Además, siempre que la orden de mantener una distancia de seis pies (1,8 metros) pueda cumplirse, no será obligatorio cubrirse el rostro.
Días atrás el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, había recomendado el uso de mascarillas en los comercios, avalando incluso que los comerciantes la requirieran a sus clientes.
La de Cuomo es la última de una serie de medidas orientadas a contener la propagación del virus en el estado más afectado por el COVID-19 en Estados Unidos, a su vez el país más golpeado por la pandemia.
En la misma conferencia de prensa Cuomo aseguró que las restricciones estaban dando resultados, y citó la baja en las hospitalizaciones en todo el estado y la leve caída en las muertes como señal del “aplanamiento” de la curva de contagios de coronavirus.
Específicamente, este miércoles se reportaron 752 muertes por coronavirus en Nueva York, poco menos de los 778 registrados el martes, y cerca de 100 hospitalizaciones menos con respecto al día anterior.
Así, el total de muertos en el estado subió a 11.586, con poco más de 200.000 casos confirmados.
En todo el país se han reportado casi 30.000 muertos y más de 600.000 contagios dese el inicio de la pandemia.
De Blasio señaló este miércoles que la pandemia y la cuarentena resultante podrían llegar a costarle a la ciudad de Nueva York, la más golpeada en el estado, hasta unos 10.000 millones de dólares, ante lo cual ha decidido pedirle asistencia al gobierno federal del presidente Donald Trump.
“No vamos a poder proveer servicios básicos y tener una sociedad normal si no recibimos ayuda del gobierno federal”, aseguró Bill de Blasio a la cadena CNN.
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