Nueva York confirmó 758 nuevos muertos por coronavirus y el total de víctimas fatales se elevó a 9.385

El gobernado del Estado, Andrew Cuomo, informó que se está achatando la curva de, tanto de fallecidos como de hospitalizaciones. Sin embargo, explicó que no hay aún ningún descenso marcado. Para levantar el confinamiento, adelantó, se necesitarán más test

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Elmhurst Hospital Center, un centro
Elmhurst Hospital Center, un centro médico público, fue uno de los primeros y más afectados hospitales de Nueva York. (Ryan Christopher Jones / The New York Times)

“758 personas murieron ayer de Covid-19. Es un número que espero ver caer porque la curva ha estado aplanándose en un número terrible, es terriblemente alto”, informó Andrew Cuomo, el gobernador del Estados de Nueva York. Con estos nuevos datos, la cifra total de muertos se elevó a 9.385. Este balance de nuevos fallecidos diarios, de todas formas, es menor que los registrados el sábado, 783.

En su conferencia diaria, Cuomo destacó como buena noticia un descenso en el ritmo de hospitalizados, “prácticamente plano a lo largo de los últimos tres días”, que componen un total de 18.700 pacientes.

El gobernador comparó el brote con el 11 de Septiembre -“que se suponía iba a ser la peor tragedia de mi época”-, cuando se perdieron 2.753 vidas, sin embargo remarcó que las víctimas del coronavirus en Nueva York ya son tres veces más que los fallecidos en los ataques a las Torres Gemelas. Cuomo, además, recordó que no son sólo números, sino personas, "y cada familia que ha experimentado una pérdida está en nuestros pensamientos y oraciones”.

El gobernador señaló, sin embargo, que hay “buenas noticias” en este domingo de Semana Santa, y reveló que el número de ingresos hospitalarios ha bajado en las últimas 24 horas. “Este es el número que hemos estado observando porque teníamos mucho miedo de que el sistema hospitalario se viera sobrepasado”, señaló el máximo mandatario de la región, que apuntó además que el número de altas está subiendo.

Pese a la mejora que muestran algunos datos, Cuomo subrayó que aún no se ha hablado de una fecha concreta para reapertura de negocios y la vuelta a la normalidad, aunque dijo que se quiere hacer “lo antes posible”."Las advertencias son que tenemos que ser inteligentes con la manera en la que volvemos a abrir (negocios y colegios)", agregó el gobernador, que apuntó a una “estrategia segura para la salud pública que sea consistente con la economía”.

Cuomo, además, reveló que firmó decreto ejecutivo que ordena a los empleadores a proveer a los trabajadores esenciales tapabocas o máscaras faciales quirúrgicas para que las usen cuando interactúen directamente con el público. “Protegeremos la salud pública haciendo que aquellos que interactúan con el público usen cubiertas faciales apropiadas”, explicó.

El estado de Nueva York es la zona roja del coronavirus en EEUU y el país en su totalidad ya desplazó a Italia en el triste ránking de muertes y contagios. La universidad Johns Hopkins, el centro de datos más confiable sobre las cifras de la pandemia, aseguran que en todo el país hay 20.646 y 530.830 infectados.

Por su parte, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, aseguró este domingo que la situación en la ciudad está mejorando, y reveló un importante descenso en el número de intubaciones diarias, aunque subrayó que no se puede confirmar que se trate de un progreso definitivo."Me alegra muchísimo poder decir que, justo cuando pensábamos que las cosas se iban a poner peor, hemos empezado a ver mejoras", dijo De Blasio, a la vez que señaló que es “importante no llegar a demasiadas conclusiones con demasiada rapidez”.

Aunque en esta ocasión el alcalde no habló del número de fallecidos por el coronavirus en la ciudad, apuntó que hace solo una semana la Gran Manzana estaba registrando de 200 a 300 intubaciones diarias de media, una cifra que para el miércoles había bajado hasta las 100, y en la actualidad se halla en 70.

De Blasio aseguró que esta buena noticia cierra una semana “dura y dolorosa” para los neoyorquinos, a la vez que anunció que a finales de la semana que viene esperan tener activos varios centros de pruebas en las zonas más desfavorecidas de la ciudad, que a la vez han sido las más golpeadas por la pandemia, para ayudar a reducir el ritmo de infecciones.

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