Lo último que escuchó antes de morir fue su canción de bodas gracias a su esposa

Cuando Joe Lewinger estaba en proceso de morir, su pareja habló con él y le agradeció el haber pasado la vida juntos

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Maura Lewinger le dedicó su canción de bodas a su esposo al momento de morir (Foto: Facebook@Maura Lewinger)
Maura Lewinger le dedicó su canción de bodas a su esposo al momento de morir (Foto: Facebook@Maura Lewinger)

Joe Lewinger murió el 28 de marzo debido al nuevo coronavirus y lo último que escuchó fue la canción que su esposa y él bailaron el día que se casaron.

Maura Lewinger, su esposa, compartió su historia y se encargó de mantener al tanto a amigos y familiares de la situación en la que se encontraba su esposo después de haber ingresado al hospital por COVID-19. Además de usar esta experiencia como advertencia de lo que puede pasar.

Le agradecí por haber sido el esposo más maravilloso y por haberme hecho sentir cuidada y amada cada día que compartimos”, dijo Maura en una entrevista al canal de noticias CNN.

Pero la tragedia no empezó ahí, ya que el hombre de 42 años comenzó con síntomas, sin embargo, no fue admitido al hospital en un principio, ya que la enfermedad no era lo suficientemente fuerte como para quedarse internado.

En total el matrimonio tiene tres hijos (Foto: Facebook@Maura Lewinger)
En total el matrimonio tiene tres hijos (Foto: Facebook@Maura Lewinger)

“Mi esposo comenzó con síntomas leves, una fiebre muy baja y un par de días después se mantuvo en cuarentena. Pero la prueba le fue negada ya que no tenía los suficientes síntomas, y cuando logramos obtener la prueba, esos resultados se tardaron mucho más y nos dijeron que si empeoraba, que fuéramos a la sala de emergencias”, explicó la mujer.

Su esposa continuó explicando que fue el 17 de marzo que fue admitido al hospital, pero que antes de eso los doctores le recetaron antibióticos, pues creían que era solamente una neumonía.

“Pero empeoró, así que inmediatamente le administraron oxígeno y le aplicaron medicamentos para curar la malaria, eso lo tuvo por cinco días, y después de eso le aplicaron un medicamento que se utiliza para la artritis y que ahora están probando para ensayos clínicos contra el virus. Así que en realidad no sé si le aplicaron la droga o simplemente le dieron un placebo. Pero la fiebre le disminuyó 24 horas después de haber recibido esa infusión”, añadió.

Después de eso, Maura trato de relajarse un poco, sin embargo se dio cuenta de que la respiración de su esposo estaba muy acelerada, por lo que trató de calmarlo a pesar de no estar físicamente a su lado.

Maura le agradeció a Joe el haber sido un buen esposo (Foto: Facebook@Maura Lewinger)
Maura le agradeció a Joe el haber sido un buen esposo (Foto: Facebook@Maura Lewinger)

“Pasamos todo el tiempo por videollamada tratando de meditar con él y calmarlo. Tratando de hacerle sentir que no estaba solo. El mundo se está acostumbrando a las clases en línea y nosotros nos estábamos acostumbrando a los cuidados en línea y el estar ahí para el otro”, añadió.

Cuando le preguntaron a Maura sí pudo estar con su esposo cuando falleció, su respuesta fue afirmativa, sin embargo especificó que aunque no estuvo dentro del hospital, sí le habló hasta que dejó de respirar.

“Llamé en la mañana porque le habían puesto un respirador artificial y sedado y después lo transfirieron a la unidad de cuidados intensivos y le dije al enfermero la música que le gustaba, para que se la pusiera [...] Al otro día me esperé un poco para llamar y hablé con una enfermera que me aseguró que estaba estable, sin cambios [...] Cuando la doctora llamó esperaba escuchar la misma información, sin embargo me dijo que estaba preocupada porque su respiración no estaba bien”, detalló.

Fue entonces cuando Maura reaccionó y le pidió a la doctora que hiciera una videollamada con el teléfono de su esposo. La doctora accedió y ahí su esposa le rogó a Joe que no se fuera, porque era necesitado por sus tres hijos. Pero la doctora le tuvo que cortar la llamada para cuidar del hombre. Lamentablemente, cuando volvieron a llamar fue para explicarle que su esposo ya no tenía más tiempo.

“Cada día me escribía cartas bellísimas y le agradecí, y después recé. Pero la doctora tomó el teléfono y me dijo: ‘lo siento, pero ya no hay más pulso’. Y entonces le puse nuestra canción de bodas”, narró.

Pero Maura no quiere que esto quede en una anécdota más, sino que espera que esto quede como una advertencia para que todo el mundo haga caso y deje de salir de casa. Para que los padres sean estrictos y escuchen que esta enfermedad es grave.

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