Los primeros que comenzaron a evaluar esta alternativa fueron los investigadores de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore quienes basaron sus proyecciones en que la clave para desacelerar y tratar el coronavirus podría estar oculta en la sangre de aquellos que ya se han recuperado de la enfermedad. El gobernador Andrew Cuomo anunció los planes de la utilización de plasma convaleciente durante una rueda de prensa del pasado lunes. El tratamiento data de siglos atrás y se usó durante la epidemia de gripe de 1918. Esa era no existían las vacunas modernas ni los medicamentos antivirales. Esta vez, lo mismo será utilizado en algunos centros médicos de España, uno de los países más golpeados por la pandemia.
Así, la sangre de aquellos que pudieron sanarse podrá servir para intentar recuperar a los más enfermos del COVID-19, luego de un acuerdo entre el laboratorio multinacional Grifols, la Agencia Federal de Alimentación y Drogas de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) y la autoridad de Desarrollo e Investigación Biomédica Avanzada (Barda, por sus siglas en inglés).
Especializada en hemoderivados, Grifols espera empezar a producir inmunoglobulina anti COVID-19 a partir de julio en los Estados Unidos con el fin de ayudar a frenar la evolución del coronavirus. Este es el plazo aproximado que maneja la multinacional, según ha explicado a EFE el presidente del área industrial de la división Bioscience de Grifols, Eduardo Herrero, que recalca, no obstante, que todo dependerá de los ritmos que marque la FDA, la autoridad sanitaria estadounidense.
Grifols pretende usar su experiencia en el terreno de plasma para hacer frente al coronavirus y anunció un acuerdo de colaboración con diversas instituciones estadounidenses y organismos federales de salud pública de ese país, entre ellos la propia FDA, para recoger plasma de pacientes recuperados del COVID-19, procesarlo y producir inmunoglobulinas hiperinmunes.
En una comunicación a la CNMV, el supervisor bursátil español, Grifols precisó que se trataría del primer tratamiento para combatir específicamente el nuevo coronavirus en Estados Unidos desde el terreno plasmático. En virtud de este acuerdo, Grifols pone a disposición del proyecto su red de centros de donación de plasma aprobados por la FDA y se encargará de examinar e identificar a los donantes, juntamente con otros organismos de salud estadounidenses, y de procesar el plasma para producir las inmunoglobulinas hiperinmunes en sus instalaciones especialmente diseñadas y aisladas para enfermedades infecciosas en Clayton, Carolina del Norte.
Herrero ha explicado que Grifols pretende empezar a recopilar plasma de pacientes recuperados del COVID-19 “a principios o mediados de abril”, y que se propone hacerlo en los estados de Washington, California y “posiblemente también en el de Nueva York”. “Si todo va como esperamos, pensamos que en julio podemos disponer de las primeras dosis de inmunoglobulinas”, ha asegurado el directivo, que ha recordado que el proceso de producción de esas proteínas plasmáticas dura “entre unas 4 y 6 semanas”.
Por otra parte, Herrero ha recordado que los Estados Unidos ya ha empezado a tratar a pacientes de coronavirus sin esperar a obtener inmunoglobulinas anti COVID-19, simplemente con la transfusión de plasma de personas recuperadas de esta enfermedad a otras en estado grave, una solución que la compañía quiere empezar a testar en España en un ensayo clínico que quiere arrancar en abril.
Preguntado por si Grifols podría tener que cerrar sus centros de donación en los Estados Unidos si se agrava la expansión del coronavirus en aquella nación, Herrero subraya que la intención de la multinacional es “mantener la actividad en lo posible”, aunque se tengan que reducir horarios. Ha asegurado que se ha tenido que cerrar algún centro en el país temporalmente por algún caso de coronavirus, pero que la red de centros de donación de plasma, al igual que las plantas de Grifols en el país, continúan activas. “Nuestra intención es mantener la actividad de nuestras fábricas y nuestros centros de plasma”, ha concluido el directivo del laboratorio.
La situación en España
España vive momentos de gran dramatismo como consecuencia del brote descontrolado del coronavirus. El país es uno de los más golpeados y se espera que el número de muertos aumente en los próximos días, cuando hoy se contabilizaron 769 decesos en las últimas 24 horas y los casos de positivos continúan en alza.
El balance de muertes aumentó un 18,8% respecto al jueves en España, que es el segundo país del mundo con más muertos por COVID-19. El número de personas que han sanado asciende a 9.357, un 33% más que el jueves, según el gobierno.
España acelera el montaje de hospitales de campaña ante la avalancha de pacientes que se espera en los próximos días. Al mismo tiempo, las autoridades contratan a más médicos y se afanan en conseguir más material para combatir la pandemia.
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